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Deki apareció en la puerta de Cuti con una bandeja de facturas, eran de la panadería favorita de Cristian ya que decía que ahí las hacían muy parecidas a las de su país.

Cuti lo recibió con un abrazo y un beso en la mejilla, lo que hizo que Deki se sintiera algo sonrojado. Cuti ni se dió cuenta, estaba muy contento por las facturas.

—Que bueno que Conte no está acá para vernos comer todo esto.

—Ya le queda poco al peluca ese —dijo Cristian con la boca llena mientras le servía su café (había tenido piedad por él).

—Hace rato que venís diciendo lo mismo, ¿sabes algo que yo no?

Cuti le dió una sonrisa misteriosa.

—Cuando pase, te cuento.

Charlaron sobre un montón de cosas: el entrenamiento, el mundial, la música, de la entrevista que le habían hecho al sueco. Deki sabía algo de inglés y un poco de español, Cuti no sabía nada de inglés ni de sueco, así que cuando se les complicaba terminaban hablando en italiano entre ellos. Su conversación era una mezcla rara de idiomas y si alguien los escuchara desde afuera pensaría que eran un par de locos, pero ellos se entendían perfectamente.

Cuando no pudo más con la ansiedad, Deki le preguntó por la camiseta. Cuti sonrió orgulloso como si hubiese estado esperando que él sacará el tema. Se levantó de su silla y salió del living, volvió dos minutos después, con una bolsa de papel grande con el logo de Adidas.

Cómo si estuviera sosteniendo a un recién nacido, Cuti sacó la camiseta de la bolsa y la extendió hacia Deki.

Era hermosa. Estaba algo arrugada pero se veía limpia y en la parte trasera, debajo del número 10, se podía apreciar la firma de Messi. Deki la tomó en sus manos y la observó fascinado. En un arranque de euforia, miró a Cuti y se abalanzó para abrazarlo por el cuello.

Grazie, Cuti, grazie!

Cuti soltó una risa y lo apretó por la cintura, totalmente cómodo con el abrazo.

Para Cuti las muestras de cariño físicas eran algo completamente normal, a diferencia de sus compatriotas suecos, los argentinos eran muy afectuosos con sus amigos. Tal vez Deki se estaba aprovechando un poco de eso, ¿quién podía culparlo?

—Y vos qué no me tenías fe —le dijo Cristian, separándose del abrazo.

Deki se alejó un poco, pero sus manos se mantuvieron en sus hombros y sus ojos claros se encontraron con los oscuros de su compañero. ¿Qué pasaría si besaba a Cristian en ese momento? ¿Podría hacerlo pasar como un gesto amistoso?

En ese momento sonó su celular, obligándolo a alejarse de mala gana. Deki leyó el mensaje de su manager.

—Ya publicaron mi entrevista.

—¿En serio? Vamos a verla —dijo Cuti, pausando la música que había puesto y entrando a Youtube.

—¿Ahora?

—Y sí, boludo.

Así que la vieron. La entrevista no duraba mucho más de 6 minutos, pero fue suficiente tiempo para que Cuti lo cargara por su inglés, por estar "modelando" todo el vídeo y estalló en carcajadas cuando mencionó a Conte.

A Deki no podría importarle menos que se riera de él mientras se siguiera inclinando contra su hombro de esa manera.

Sí, había sido una tarde llena de victorias para él.

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(Tanto el anterior tweet como la historia son reales, créanme que si pudiera poner el vídeo se los pondría, pero igual les dejo un gif)

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Me la juego por vos (Cutison/Cutisevski) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora