[ AU de Twitter ‼️]
Todo el mundo ama a Sonny y Sonny ama ser amado por todo el mundo, casi tanto como ama ver celoso a Cuti.
Cuti ama a Sonny, pero no le gusta compartir.
Deki solo está esperando su oportunidad.
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Sonny se sentía terriblemente irritado.
Harry no ayudaba dándole esa mirada interrogativa.
Tampoco el ruido de los sudamericanos peleando y jugando, que por lo general le divertía pero ahora tanto bullicio le ponía los pelos de punta.
Cuando miró en dirección a Cristian y a su grupo, lo vio riendo y con Dejan Kulusevki colgando de su brazo. Son desvió la mirada y frunció el ceño.
Era tan ridículamente obvio. Y Cristian era tan estúpidamente despistado por no darse cuenta. La gente era muy evidente cuando se sentía atraída por alguien. ¿Cómo Cuti era tan inteligente como para notar cuando alguien le tenía ganas a Sonny pero era tan idiota como para no ver que el sueco babeada por él?
Y encima le regaló una camiseta de Argentina. Era la SEGUNDA que le daba. Sin mencionar que se volvió su publicista personal con la entrevista que el sueco dio. ¿Y se atrevía a hacerle una escena de celos a él por tontear un poco con sus compañeros? ¿Cómo tendría que estar Son entonces sabiendo que pasó la tarde a solas en su casa con el tipo que obviamente estaba encandilado con él?
No es como si Sonny estuviera celoso.
Porque no lo estaba, en lo absoluto. Cuti era el celoso en esa relación, no él.
No es como si fuera una relación verdadera tampoco, así que nadie tenía derecho a reclamarle nada al otro.
No es como si Sonny quisiera reclamarle a Cuti por llevar a Deki a su casa, y ponerle música, y regalarle una maldita camiseta de Messi autografiada…
—Sonny, ¿me estás oyendo?
—Perdón, ¿qué decías?
Son le dio una sonrisa de disculpas a Pedro, quien era su compañero de ejercicios esa tarde. Él había rodeado el cuello de Son con su brazo y lo había alejado de Cuti haciéndolo ver como un juego, pero Sonny ya se había dado cuenta que sus intenciones iban más allá de una amistad.
No era como cierto cordobés que parecía incapaz de darse cuenta cuando…
—Sonny —lo llamó de nuevo Pedro.
—Lo siento —dijo, apenado—. Estoy algo distraído.
—Ya lo noté —le dijo Pedro, sonriendo amablemente y sin parecer ni un poco enojado—. ¿Está todo bien? ¿Te preocupa el partido de hoy?
—No. Digo, cada partido me importa, pero por lo general nos va bien contra este rival. ¿A vos te preocupa?
—¿Vos? —repitió Pedro, divertido—. Veo que aprendiste el español argentino.
Sonny sintió un pinchazo de amargura, recordando a cierto argentino. Giró la cabeza y notó que Cuti los estaba mirando fijamente, enojado y celoso como de costumbre. También notó que su compañero era Kulusevski, quien estaba demasiado pegado a él sin que el cordobés pusiera distancia alguna.
Sonny sintió un latigazo de rabia y se giró hacia Pedro, dándole una de sus mejores sonrisas.
—Sí, es lo que me tocó por mis compañeros sudamericanos y nuestro anterior entrenador. Pero tal vez tú podrías enseñarme un poco de jerga española —le dijo, bajando un poco el tono de su voz y apoyando una mano en su hombro para hacer un estiramiento de pierna innecesario—. ¿Qué te parece?
El rostro de Porro se iluminó de tal manera y asintió con tanto entusiasmo que Sonny sintió un poco de culpa. Pero luego recordó lo de la maldita camiseta y a Deki pegando su pelirroja cabeza junto a la de Cuti, y el sentimiento fue reemplazado por otro mucho más espeso y amargo.
