Me la juego por vos (Cutison/Cutisevski)

8

Apenas Cristian salió de su auto, Deki lo abordó en el estacionamiento.

—¿Me trajiste la camiseta?

Cuti se llevó una mano a la cara.

—Que boludo —se lamentó—. Me re olvidé, perdóname. Tengo la cabeza en otro lado.

—Stai bene? —Deki notó de inmediato que Cristian no andaba con el mismo humor jodón de siempre.

—Un mal día.

—Pero si recién empieza.

—Eso es lo peor —contestó Cuti.

Deki se mordió el labio, pensativo.

—Me gustaría tener la camiseta de algún ídolo mundial para dartela y animarte.

Cuti sonrió ligeramente y Deki sintió un pinchazo de alegría por haber sido él quien provocó eso.

—Yo no te di la de Messi todavía así que estamos a mano, pero me alegrarías el día si tomas mate con nosotros hoy.

Deki resopló. Cuti tenía una fascinación por inculcarle a todos su cultura: los obligaba a tomar mate, les ponía su música rara, los invitaba a comer asado casi todos los meses y un día hasta le dió de probar Fernet con Coca-Cola. Debió advertirle que le haría ir al baño.

—Pero amargo no —Deki no toleraba el sabor del mate, solo cuando le agregaba azúcar se volvía más pasable.

Cuti rodó los ojos y lo apretó por los hombros, llevándolos dentro del predio del Tottenham.

—Ma se sei già troppo dolce —le dijo Cristian, divertido.

Deki le dió un codazo en las costillas, intentando ocultar su sonrojo.

—Chiudi la bocca —le dijo y escuchó la risa de Cristian en respuesta.

—Yo no traje pero seguro que podemos robar algo de azúcar de la cafetería, vamos.

Deki sonrió, primero porque Cristian estaba dispuesto a tomar mate dulce por él y segundo porque de alguna manera sentía que ahora estaba de mejor humor que cuando llegó.

Llamenlo ingenuo, pero él estaba dispuesto a disfrutar de las pequeñas victorias.

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Deki y Cuti entrenando

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Dado que no se encontraba muy comunicativo por mensajes, Son intentó hablar con Cristian en cuanto llegó al predio.

Como siempre, llegó temprano, pero Cristian no estaba ahí cuando dejó sus cosas en el casillero. Él apareció diez minutos después, justo antes de que Son estuviera a punto de escribirle para preguntarle si vendría a los entrenamientos.

Cristian entró, con esa sonrisa ligera que siempre ponía cada vez que acababa de molestar a alguien. Su evidente víctima actual entró con él, atrapado en ese agarre bruto y cariñoso que Sonny conocía muy bien.

Son observó con atención cómo se acercaban a saludar a Emerson y a Rodrigo. Después de eso, Cristian y Deki se sentaron en las colchonetas y empezaron a estirarse, conversando entre ellos en italiano.

Sonny se llevaba bien con todos, definitivamente nunca tuvo ningún problema con Deki, pero últimamente creía que Deki tenía algún problema con él. Era el único que no se reía cuando hacía un chiste, él único que no le devolvía la sonrisa de "buenos días". Y a veces, le daba una mirada extraña.

No era el tipo de miradas que Son recibía de Richy o de Porro. Tampoco era una mirada amistosa como le daba Harry o Rodrigo. Y definitivamente no era del tipo de miradas que Cuti le daba (aunque dudaba que alguien pudiera igualar esa mirada). Había algo más ahí.

Sonny notó como Deki si se reía de los chistes de Cuti, y aunque Son sabía que Cristian era un tipo muy gracioso, tampoco era un comediante como para que Deki se riera tanto.

Tampoco veía necesario poner las colchonetas tan juntas.

Y Son definitivamente no pensaba que fuera necesario inclinarse hacia Cristian tan cerca para hablarle.

Y la forma en qué lo miraba...

—¿Qué estás viendo? —le preguntó Harry a su lado, siguiendo el curso de su mirada.

—Esa mirada de Deki —dijo Sonny, pensando en voz alta.

—¿Qué tiene?

—No es una mirada amistosa —murmuró, sin despegar los ojos de ellos.

Harry frunció el ceño, confundido. A diferencia de Son, que ahora lo entendía todo.

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Traducción:

1. "Estás bien?"

2. "Pero si ya sos demasiado dulce" "Cerra la boca"