Dejan vio venir a Cuti con esa sonrisa traviesa que siempre tenía. Por lo general le gustaba verlo sonreír, pero esa vez solo sintió una sensación de amargura al imaginarse quien causó esa sonrisa.
Son todavía no había salido, no era muy difícil imaginarse lo que estaba pasando entre esos dos. No entendía como los otros no se habían dado cuenta, tal vez él lo había notado porque pertenecía a su grupo de amigos y siempre lo jodian con su cercanía al coreano.
O tal vez era porque Deki siempre le prestaba atención a Cristian.
Dejan bajó la mirada y arrancó un puñado de pasto con rabia. Sintió a alguien sentarse al lado suyo, pero no le prestó atención hasta que sintió un brazo caer pesadamente sobre sus hombros.
—¿Qué te pasa que andas con esa cara larga, fratello mio? —le preguntó Cuti, sacudiendolo bruscamente.
Deki se encogió de hombros, ignorando el cosquilleo en la boca del estómago.
—Un mal día —dijo, sin levantar la mirada. No se sentía capaz de mirarlo en ese momento.
—¿Alguien te molestó? —le preguntó Cuti, afirmando el agarre en sus hombros—. ¿Querés que patee a alguien?
Deki soltó una risa involuntaria. Era ridículo ese proteccionismo que tenía Cuti sobre él. En parte le gustaba que lo cuidara, por otro lado, odiaba que todo el cariño que Cuti le ofrecía fuera fraternal. Él quería más que eso.
—Sí, podrías patear a Conte —bromeó Deki.
Aunque no era él la peor persona que le caía del equipo, más bien la segunda.
Cuti chasqueó la lengua con molestia.
—Nada me gustaría más —dijo, luego se inclinó más cerca y le habló en susurros—. Non preoccuparti, mio piccolo Deki. No le queda mucho tiempo acá.
Deki lo miró. Tenía esa sonrisa malvada, como si supiera algo que él no. Tal vez Deki hubiera indagado más en el chisme de no ser porque el sentir el susurro en su oído y el tenerlo tan cerca le había acelerado el corazón.
—¿Ah, si? —dijo, intentando controlar su voz.
—Aja. Hay rumores de que lo van a rajar y él también se quiere tomar el palo hace rato —contó Cuti, contento—. ¿Ya estás de mejor humor?
—Algo —murmuró.
Cuti lo soltó y Deki pudo volver a respirar.
—Ya sé que te va a animar —dijo, empujando su hombro juguetonamente—. ¿Te acordás que me habías pedido la camiseta de Messi?
Deki lo miró con los ojos abiertos de par en par.
—¿La conseguiste?
—Autografiada y todo.
—¡Mentira!
—Me duele tu desconfianza, che. ¿No confías en mí?
Deki no sabía qué decir.
—¿Y me la vas a dar a mí? —preguntó Deki, sin poder creérselo—. Pensé que Emer y Rodrigo también la querían —Desde que Cuti le había dado su remera en su anterior triunfo, no tenía muchas esperanzas que le diera otra también.
—Sí, pasa que vos me la pediste primero. Que se jodan los otros.
En realidad Rodrigo había sido el primero en pedírsela, pero él podía pedirle a Suárez que se la consiguiera, así como Emerson podía pedírselo a Neymar. Él era el único contacto que Deki tenía con alguien como Messi, eso sumado a que Deki se lo había pedido con esos enormes ojos celestes suyos a los que se le hacía difícil decirle que no.
Y ahora estaba triste, Cuti odiaba que sus amigos estuvieran tristes.
—¡Sei il migliore, Cuti! —dijo Deki, abrazándolo.
—Lo so, Deki.
————
Traducción:
1. Hermano mío.
2. No te preocupes, mí pequeño Deki
3. —Eres el mejor, Cuti.
—Lo se, Deki.
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Me la juego por vos (Cutison/Cutisevski)
Fanfiction[ AU de Twitter ‼️] Todo el mundo ama a Sonny y Sonny ama ser amado por todo el mundo, casi tanto como ama ver celoso a Cuti. Cuti ama a Sonny, pero no le gusta compartir. Deki solo está esperando su oportunidad.