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No fue el sonido de la puerta del baño abriéndose lo que llamó su atención, sino el sonido de unos pasos deteniéndose abruptamente detrás suyo.

Sonny levantó la mirada y se encontró con los oscuros ojos de Cuti mirándolo a través del espejo. Sus manos se congelaron debajo del agua del lavabo.

Por la ligera expresión de sorpresa en el rostro siempre tan expresivo de Cuti, era obvio que no esperaba encontrarlo. 

Por supuesto que no. Había estado evitando cualquier tipo de contacto con él desde que llegó. Sonny también evitó mirarlo, pero más que nada porque no quería encontrarse con la indiferencia de Cristian cada vez que buscaba su rostro.

Las cejas de Cristian se fruncieron y apretó la mandíbula, esquivando su mirada y girándose para meterse en un cubículo rápidamente.

Sonny se quedó congelado en su lugar. No es como si estuviera esperando un beso y un abrazo, pero al menos podía saludar o disculparse por no contestar sus mensajes. Al menos podía dejar de tratarlo como si no existiera.

Sonny se secó las manos con furia y se fue hacia la salida. Abrió la puerta y luego... la volvió a cerrar, quedándose de pie en la entrada del baño. Esperó unos minutos, antes de que Cristian saliera del cubículo y saliera a lavarse las manos.

Sonny lo observó en silencio unos segundos, admirando el movimiento de su espalda, sus grandes manos apretando con fuerza el recipiente de jabón, su piel bronceada por el sol.

Sonny carraspeó, Cuti se asustó y soltó una puteada en español, antes de girarse hacia él.

—Hola —dijo Sonny, con un hilo de voz.

Toda la furia que tenía por ser ignorado desapareció de inmediato. Los nervios le retorcían las entrañas y de repente se sentía un tonto por haberse quedado a esperarlo.

—Hola —dijo Cuti, su rostro serio, mientras se giraba y terminaba de enjuagarse.

—¿Cómo… cómo te fue en tu viaje a Argentina?

—Bien —respondió, secándose las manos y dirigiéndose a la puerta.

Sonny se interpuso en su camino antes de pensarlo y dio una sonrisa vacilante.

—¿No me vas a preguntar cómo me fue a mi? 

Cuti tomó una respiración honda, viéndose harto.

—Permiso.

—Te escribí y no me respondiste —habló Sonny, no podía callarse a sí mismo.

—¿Me dejas pasar?

—Entiendo que estés enojado pero me parece de mala educación que...

—Correte, Son —dijo Cristian, ya sin amabilidad alguna.

Sonny tragó saliva, un destello de dolor en sus ojos. Cristian tuvo que desviar la mirada, ya había caído demasiadas veces por esos ojos. Estaba cansado de perder.

—Solo quiero hablar...

—Pero yo no —dijo Cristian, tajante—. Y no siempre se va a hacer lo que vos querés. Así que déjame pasar.

La frialdad de sus palabras lo estremeció. Sonny estaba acostumbrado al Cuti cálido y cariñoso al punto de ser asfixiante. En ese momento lo sentía más lejos que nunca, y aunque una gran parte de él quería huir lejos a lamerse las heridas. También era la primera vez que Cuti lo miraba y le hablaba en días, y Sonny no podía perderse eso.

Sonny puso una sonrisa ladeada en su rostro y estiró una mano, para tocar descuidamente su pecho.

La mano de Cristian lo detuvo antes de que llegara a tocarlo, su mano cerrada alrededor de su muñeca.

Me la juego por vos (Cutison/Cutisevski) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora