Capítulo 19. Cena y respuestas

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AIDEN

Sienna: "Gracias de nuevo por quedarte conmigo toda la noche en la habitación de los sanadores"

Aiden: "¿Estás de broma? ¿Dónde más iba a estar? ¿Seguro que Michelle y tú estáis bien por vuestra cuenta?"

Sienna: "No es que tenga gripe, Aiden. Puedo dar un paseo"

Aiden: "De acuerdo. Llama si necesitas algo"

Sienna: "❤"

Estaba en la cocina con Josh, mirando por la ventana a Sienna y Michelle en el borde del terreno, dirigiéndose a un sendero.

- Estarán bien, hombre —dijo Josh—. No te preocupes.

- Está casi oscuro, es todo —respondí, mirando el sol poniente—. Y después de que ese tipo raro apareciera ayer...

- De todas formas, ¿de qué iba eso?

Sacudí la cabeza. No me apetecía recorrer un camino sin conocer todos sus recovecos.

Todavía quedaban muchas cosas por decir entre Sienna y yo. Lo que ella había mencionado sobre por qué perdió al niño, por ejemplo.

No podía mantenerlo todo en orden. Así que volví a picar verduras.

- Olvídalo —dije—. ¿Qué se supone que vamos a hacer con esto?

- Tíralos en un bol. Boom. Tienes una ensalada.

- No tengo remedio.

Josh se rió un poco.

- Yo tampoco soy un gran cocinero. Me acabo de dar cuenta de que mariné toda la carne como si fuéramos a freírla. Pero vamos a usar el horno.

- Los dos estamos desesperados.

Ahora, los dos nos reímos. Me sentía bien al tener a mi Beta de vuelta. Y mejor aún tener a mi mejor amigo de vuelta, tratando desesperadamente de cocinar la cena para las damas cuando ambos éramos completamente incapaces.

Miré a Josh, preguntándome dónde habían estado exactamente él y Michelle en los últimos días.

- ¿Qué pasó con vosotros dos? —pregunté—. ¿A dónde fuisteis?

- Tras de Konstantin. Pero eso ya lo sabías.

Aquí vamos de nuevo, pensé.

Más de las teorías locas de Josh y de sus persecuciones. Aunque había aceptado tomar sus ideas en serio, ahora, a la luz de todo lo que le había pasado a Sienna, era difícil hacerlo.

¿Había olvidado nuestro viaje a la casa de los Hamptons, cuando había destrozado al vampyro con mis dientes de lobo desnudos?

- Lo recuerdo. Todavía crees que está vivo —dije, suspirando—. Aunque lo hayamos matado.

- Aiden —dijo Josh, poniéndose serio—. Sabemos que está vivo ahora. Y lo que busca.

- ¿De qué estás hablando?

Josh, con los guantes de cocina puestos, cogió la bandeja de pollo y la puso en el fuego.

- Recuerda el temporizador —señalé, riéndome interiormente de esta imagen. Josh, con guantes de cocina, haciendo la cena, mientras intentaba decirme algo tan ridículamente importante.

No se te podría ocurrir una escena más extraña.

- Bien, el temporizador está en marcha —dijo—. ¿Por dónde íbamos?

Lobos milenarios (libro 4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora