CAPITULO 12

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GENESIS

Me estiro en la comodidad de mi cama, hoy es un día de mierda, ya que, a Hades se le dio por encontrarse con Mattia, para practicar tiro al blanco, por más que intenté persuadir a Matti, no pude, su respuesta fue contundente y cuando algo se le mete en la cabeza no hay poder humano que se lo saqué. Es un niño muy autoritario y no permite que nadie le lleve la contraria. Y es que yo tambien lo he enseñado a ser así, la vida que le espera no permite que sea débil y blando, su palabra tiene que tener poder y tiene que denotar poder, autoridad y superioridad.

Me levanto de la cama, con más pereza de lo normal, ayer fui al club, no hice nada, solo me tomé unos tragos, ya que desde que Hades me folló en aquella aula de clase, no logro borrar sus caricias, ni sacar de mi mente esas salvajes embestidas, las daba con tanta fuerza, con tanto salvajismo, con tanta dureza que casi pensé que me iba a partir en dos.

Veo que entran a mi habitación sin tocar, y no tengo que adivinar quién es. Ya que siempre entra a todos lados como si le pertenecieran.

-¡Buenos días madre! – Me dice la dulce voz.

-¡Buenos días, príncipe! – Le digo.

-¿Todavía no estas lista? – Se cruza de brazos, dándome esa mirada de desaprobación – Sabes que odio llegar tarde, me gusta tener palabra y no puedo quedar mal, solo porque mi madre ayer se fue de rumba toda la noche y hoy tiene resaca.

Me incorporo de inmediato, parece él, el adulto y yo la niña.

-No vas a quedar mal – Le digo, tomando aire – Ya me iba alistar. Además, el encuentro es dentro de 3 horas.

-Lo adelanté – Me suelta – Después de ahí tengo otros planes con Hades, así que, quiero que el día nos rinda. Date prisa y deja de hacer pereza en la cama.

-Cariño – Tomo aire – Recuerdas lo que te dije. Lo de... no puedo hablar con todos.

-Porque un privilegio deja de ser privilegio cuando lo tiene todo el mundo y yo soy un príncipe, que se está preparando para ser un rey y eso me hace ser inalcanzable.

-¡Muy bien! – Le digo con una sonrisa – Entonces... no es...

-No empecemos madre – Alza la mano para que haga silencio – Sé con quien hablar y con quien no, sé quién merece mi tiempo y quién no. Y lo de hoy no está en discusión. Ahora deja de hacerme perder el tiempo y alístate, hay que desayunar para irnos.

Lo veo darse la vuelta y salir de mi habitación. Mattia tiene 8 años, pero parece un adulto. Tomó aire y me levanto de la cama, es caso perdido pelear con él, no va a retroceder.

No quiero ver a Hades, me hace querer pecar otra vez y no puedo, él es un niño, le llevo 8 años de diferencia, ante la sociedad estoy siendo una mujerzuela. Dejo que el agua fría terminé de despertarme. Recuerdo el dominante que se me acercó ayer, no me habló, simplemente me dio una mirada que me hizo apretar los muslos, y mi cuerpo sintió que me desnudó por completo, es alto, no pude ver su rostro, ya que como yo llevaba antifaz, pero toda su aura denotaba peligro, poderío y sensualidad.

Debo estar loca, ya que me gustan ser ama y no sumisa, pero este hombre, me dio ganas de volver a esos tiempos, donde era sumisa y no ama.

Salgo de la ducha, intentando borrar aquellos pensamientos. Mentalizándome en que voy a ver al causante de mis delirios sexosos y el que está haciendo que pierda la cordura por un crio.

Me coloco unos vaqueros negros que se ajustan a mis caderas, una blusa de tiras negra y una chaqueta cuadros azul y blanco. Me hago un moño alto y me calzo los zapatos deportivos.

Mi locura es HadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora