Mi locura es Hades

CAPITULO 11

HADES

Desde que estuve entre sus piernas no he podido dejar de pensar en ella, es que es tan exquisita, tan placentera, tan estrecha, su coño es el más rico que he probado, quede extasiado después de derramarme en ella. Sé que rompí mi propia regla de no hacerlo piel con piel, pero es que estaba tan excitado que no pude evitarlo y no arrepiento, sentir como su coño apretó mi enorme miembro, como lo recibió completo me hace poner duro de nuevo. Me le comí ese coño como un desahuciado, lamí su néctar como un adicto y simplemente ahora quiero más. quiero más de ella.

Esos ojos azules están acabando con la poca cordura que tengo, sus labios son los más deliciosos que he probado, y pude sentir que a la hora de sexo es una dominante, lo noté en la forma y firmeza que me dijo que me pusiera de rodillas, es la misma autoridad y firmeza que yo le a las sumisas.

Esto va a ser todo un reto, porque si ella es una dominante, yo tambien lo soy, y a la hora del sexo, cada uno va a buscar tener el control, pero esto es lo más exquisito, me gusta los retos, vuelvo y digo, lo fácil se me hace aburrido, así como llega se va, en cambio cuando algo te cuesta conseguirlo, te esfuerzas por conservarlo.

Me sobo la gran erección que tengo, no se me ha bajado, y no quiero volver a mis tiempos en los que me tenía que masturbar, es degradante. Necesito de ella, tenerla hoy en mi cama y saciarme hasta que me canse – Cosa que no pasará – Es tan adictiva que dudo que algún día pueda saciarme por completo de ella.

Para mi suerte hoy es viernes. Organicé todo para mañana poder ir a practicar con Mattia, se lo había prometido y no me gusta quedar como un mentiroso. El niño me cae bien, me recuerda a mi cuando tenía esa edad, no me gustaba hablar con cualquiera, sentía que no todos se merecían que yo le dedicara tiempo, iba por la vida ignorando a los que no me interesaban. Bueno, aun lo sigo haciendo, por eso cuando lo vi, me sentí identificado con él. No es solo por ser el hijo de la mujer que me gusta, tiene un aura atrayente, esa aura misteriosa, que te dice que detrás de esa mansa creatura hay una bestia en formación.

Los animales más feroces, suelen camuflarse entre animales mansos, no sabes a qué hora te pueden atacar.

Dejo que el anillo vibrador termine su trabajo y me levanto a limpiar el derrame. Tengo el tiempo justo para llegar a clases y ver a mi hermosa diosa de ojos azules, esa hermosa strega que está acabando con mi cordura, sumiéndome al poso de la locura, el deseo y la perversión.

No sabe en qué infierno ha caído, ya la he marcado, solo me falta poner mis cadenas, para que no se me escape.

Me doy una larga ducha, pero la erección vuelve a parecer – ¡Dios! Se me ve a explotar la polla si sigo así – Tengo que enterrársela de nuevo o me va a dolor ambas cabezas todo el día.

Salgo de la ducha, me seco, busco en el armario que me voy a colocar, me afeito, me echo loción, me coloco un vaquero negro rasgado en la parte de las rodillas, un jersey azul y una chaqueta deportiva, me peino, tomo las llaves de mi hermoso auto y me dispongo a ver, lo que quiero ir a ver cada día desde que apareció en mi vida.

No me toma nada llegar al campus, estaciono el auto y noto que ella ya está aquí. Respiro hondo –Tengo que follarmela de nuevo – Ese pensamiento no ha salido de mi mente desde que estuve dentro de ella.

Camino por los pasillos, noto las miradas que me echan las chicas, pero ninguna de ellas me llama la atención. Sé lo atractivo que soy, mi 1.90, mis ojos grises y mi cabello negro como la noche siempre ha llamado la atención.

Leyendo un libro hubo una frase que me llamó mucho la atención "El mundo nunca entenderá que el cielo está lleno de seres hermosos, pero en el infierno abundan los seres irresistibles" y no hayo más verdad que esas palabras, lo que me dieron en belleza me lo negaron en humanidad. Siempre lo más irresistible es lo más prohibido o las más dañino, pero lo más llamativo, el mundo te vende lo malo, con una hermosa apariencia, y el infierno siempre te brinda más placer que el mismo cielo.