CAPITULO 33

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HADES

Estaciono mi nuevo auto en el estacionamiento del campus. Llevo las manos a mis rostro y las froto. Luego las paso por mi cabello, tomo una bocanada de aire.

Todo se está yendo a la mierda.

Todo lo que he construido por años se está desboronando como una galleta. 

El maldito fantasma no ha dejado de atacar mis bodegas, me está debilitando y eso me tiene exasperado.

Si tan solo supiera quien es, donde se esconde iría tras él y le retorcería el cuello con mis propias manos, pero, al parecer nadie nunca le ha visto el jodido rostro, ni saben donde se esconde como el cobarde que es.

Maldito cobarde. 

No puedo dejar que me joda la entrega de la siguiente semana si no estoy jodido. A eso debo sumarle que algunas mafias están detrás de mi culo, por el maldito dispositivo que cree, lo que me tranquiliza es que está a salvo. 

Nadie se puede imaginar quien lo tiene y eso me da un margen de tranquilidad.

Estoy exasperado de todo esto.

Quiero irme para la mierda sin tiquete de regreso.

Mientras estoy sumido en mi mierda, siento que dan un golpe en la ventana de mi auto. Elevo la mirada para ver quien es y ¡Oh! Sorpresa es la nueva amiga de Phill.

Blanqueo los ojos y tomo una bocanada de aire, solo la he soportado porque noto como eso disgusta a mi mujer.

¿Te estas escuchando Hades?

¿Tú mujer?

Donde ella me escuchara hablar así de ella, me mata. 

Sacudo la cabeza, como han caído los grandes, nunca había tenido que estas detrás de nadie, y heme aquí, babeando por una mujer que me desea y me odia al tiempo. Que tiene el orgullo y el maldito ego tan grande que prefiere rechazarme a dejarse fundir el llamas de mi maldito infierno.

Tomo una bocana de aire y bajo el espejo.

-¡Hola, Hades! – La delicada voz de la chica me fastidia.

Solo la estoy usando.

Necesito que Genesis acepte lo que siente por mi, para así poder ocuparme de mi maldito negocio.

-¡Hola, hermosa!

-Te vi cuando estaba estacionando mi auto y decidí acercarme ¿Quieres que entremos juntos a clases?

Noto como me devora con la mirada, de hecho lo note desde el primer día que piso el campus, solo decidí ignorarlo, ya que no es la mujer que me interesa.

A lo que muchos piensan, soy hombre de una sola mujer y la que me tiene loco, me ignora.

Estoy jodido, ya que al que quiero que me quiera, no me quiere como quiero, pero me quiere jodido.

-¿Hades? – La dulce voz me trae de nuevo a la tierra.

-¿Eh?

Ella se mueve un poco nerviosa y veo como se muerde el labio inferior. Si no estuviera tan clavado con la maldita strega, la subiría a mi auto y me la follaría aquí mismo, pero realmente desde que probé el buen vino, los demás me parecen algo baratos.

-¿Que si quieres entrar conmigo a clases? – Repite la pregunta.

-Si, si claro.

Me quito el cinturón de seguridad, abro la puerta del auto y salgo. Noto como la chica me devora con la mirada y se le encienden las mejillas a un tierno rojo.

Mi locura es HadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora