GENESIS
Me puse en posición, tenía que ganar esta pelea, si con eso lograba que Hades se alejara de mí, haría todo lo posible, estaba perdiendo la poca cordura que ya tenía y no podía permitir que eso pasara.
-¡Vamos strega! Dame todo lo que tienes – Sonríe de lado.
-No subestimes al enemigo mocoso – Me troné el cuello.
Lentamente fui avanzando hacia él, lo veía como los ojos grises se tornaban oscuros y yo sentía la adrenalina recorrer mi cuerpo.
Lancé mi primer golpe a su rostro, pero esté lo esquivó con gran agilidad. Lancé otro a su costado y volvió a esquivarlo.
-¡Que ruda eres! – Me dio una sonrisa juguetona – Me encantan las mujeres así.
No sabes ni lo que dices niño.
Mi cabeza lanzó la primera advertencia.
Me giré y le di una patada al costado que no se esperaba, noté como le saqué el aire y sonreí. Lo vi incorporarse de nuevo, ladeo su cabeza y se puso otra vez en posición de defensa. Con el dedo volvió a retarme.
La maldita sonrisa no se le quitaba del rostro. Le lancé un puño a la mandíbula, pero esté lo detuvo, me giró y dejo mi espalda contra su pecho, su agarre, era fuerte, no podía soltarme.
-Voy a ganar esta pelea – Comienza a susurrar en mi oído, la calidez de su respiración toca mi cuello – Porque quiero sentir el temblor de tus piernas, como me entierro dentro de ti, mientras mis labios te besan.
Logré soltarme y darle un cabezazo en la nariz. Vi cómo se echó para atrás. Otra vez esa maldita sonrisa.
-Mamacita me has roto la nariz – Comenzó a caminar hacia mí – Ya te dejé ganar un poco, es hora de que empiece la verdadera pelea.
Caminó hacia mí, lancé el primer golpe y volvió a esquivarlo, lancé el segundo a su costado, y no logré ni tocarlo, una patada en sus costillas y detuvo el golpe, con una de sus manos, con la otra rápidamente me tomó la cintura y me derrumbo.
En el piso me tomó del cuello y comenzó a apretar.
-Quiero pasarte la lengua por el ombligo. Poner a sonar la cama y amarrarte a ella, para castigarte por obstinada – Acercó su rostro a mi cara y me pasó lentamente la lengua por la mandíbula.
-¡Basta! – Pude soltarme de su agarre – Pelea y deja de jugar.
Me estresaba que no me tomara enserio, esto era un juego para él, pero para mí, era la opción de alejarlo.
Lo veo caminar hacia mí, y en cuatro zancadas quedar frente a mí. Toma mi muñeca y chillo, con un rápido movimiento intento escabullirme de su agarre, pero en menos de nada me lanza y me deja de cara contra el piso.
-¿Tan rápido se te acabo lo valiente strega? – Su voz a tomado un tono más rasposo y oscuro.
Me giro y me zafo y vuelvo a incorporarme, es como si previera la maniobra, y vuelve a alcanzarme, vuelve a ponerme contra el piso, lo empujo para intentar escabullirme. Después de intentarlo, lo logro y le lanzo un codazo que lo deja sin aire por un par de segundos, giro entre sus brazos e intento tomarlo de la nuca, pero es más ágil, así que me toma de las manos, me da un giro y vuelve a llevarme al piso.
Mi espalda choca contra las colchonetas y lo tengo encima de mí, sus manos aprisionan las mías por encima de la cabeza y sus piernas están aun lado de mis costillas.
-¡Gane strega! – Me dice sonriendo – Te he hecho caer dos veces.
Me muevo en un ágil movimiento y ahora es él, el que está debajo de mí.
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Mi locura es Hades
RomansaDetrás de la sonrisa amable y la mirada compasiva de Genesis Dalmat se esconde un secreto que podría destruir todo lo que ha construido. Tras una ruptura amorosa que la dejó marcada, decide rehacer su vida. Sin embargo, su pasado la persigue y sus d...