CAPITULO 44

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HADES

Después de tanto pensar y rebanarme la cabeza si debía venir o no, aquí estoy. Sigo enojado, y cada vez que recuerdo la sarta de mentiras en la que me envolvió la red de la maldita Genesis, la ira se apodera de todo mi torrente sanguíneo.

Han sido dos días de mierda, la odio y la extraño, todo al mismo tiempo. Le dije todas esas cosas buscando hacerle daño, asi como ella me lo hizo a mi.

No puedo creer que esa mujer haya armado todo este plan solo para tenerme a sus pies.

Es como es jodido diablo, vestido de mujer sensual y hermosa.

Un demonio, de piernas largas, ojos azul cielo, labios carnosos, culo y tetas maravillosos. Todo un jodido disfrazar para esconder la maldad que en ella habita.

Tejido tan bien su telaraña que yo caí, como un abejorro y me envolví tanto, que ahora no puedo sacármela de la cabeza, la necesito y la detesto al mismo tiempo. Cada noche sueño con ella y me levanto con una jodida erección que me dura todo el día, porque la muy maldita se metió tanto bajo mi piel, que no logro sacarla de mi cabeza.

La misma noche que la dejé, que le dijo toda esa mierda, me fui a uno de mis clubs, intente mirar si podía olvidarla con alguna sumisa, pero después de verlas a todas, ninguna era lo que yo buscaba.

Mi cabeza la odia, pero al parecer a mi corazón no se lo han notificado, y ni hablemos a mi polla.

Tengo que estar concentrado hoy, y con ella en la cabeza no podré. Por eso vine hasta aquí, solo la miraré de lejos, preguntaré como está Mattia y me iré.

Lo que dije es cierto, no los quiero en mi vida.

Camino por el largo pasillo, de paredes blanca, llego hasta la puerta y tomo aire, me acerco al vidrio que ahí y miro hacia la habitación está vacía.

Frunzo el ceño.

¿A Donde mierda se fue?

Está jodida, tenia varias costillas rotas, un hombro dislocado y una maldita herida de bala en el muslo.

Resoplo y siento que soy una jodida bomba. En cualquier momento hago combustión. Me alejo de la puerta.

No me importa.

Ella no me importa.

Puede hacer con su maldita vida lo que desee.

Camino y el deseo de meterle una bala en la frente me inunda.

Encuentro a una enfermera.

-¿Donde esta la mujer de la habitacion 402?

-¡Oh! – Me mira con los ojos abierto, la siento un poco nerviosa – Ella... ella... bueno, ella salió del hospital esta mañana. Se llevó al niño tambien.

-¿Que? – Grito - ¿Y los dejaron salir asi? Estaban jodidos ¿Qué clase de hospital es este?

La noto tensarse y mirarme como si me acabara de salir otra cabeza.

Es una maldita loca.

Mattia lo indujeron a un coma y ella no estaba bien.

No me importa.

Me sigo repitiendo.

Eso no es problema mío.

-Lo sentimos, pero no podemos tener aquí a los pacientes si no lo desean – Traga y evita mi mirada – Ella amenazó al personal que si no la dejaban irse y llevarse a su hijo nos mataría a todos.

Sacudo la cabeza.

La maldita mujer está loca.

No es mi problema.

Mi locura es HadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora