CAPITULO 22

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GENESIS

Me estaba terminando de alistar, hoy es el cumpleaños de Matti. Ya son 9 años desde que ese mini humano, con complejo de gato negro llegó a mi vida, me siento muy feliz, aunque sé que al niño le desagrada el día y si soy sincera le desagrada todos los días de su vida, pero este mas, ya que dice que le gusta recibir atención, pero no abrazos y besos, y por lo general, cuando te felicitan es lo que mas te dan.

-Ya todo está listo – Dice mi madre desde la puerta.

-¿Como me veo? – Le pregunto.

-Hermosa, como siempre.

Me giro y me doy un ultimo vistazo, tengo un vaquero negro, bastante ajustado, resalta mis piernas y mi culo, lo acompaño con un top del mismo color, que deja expuesto un poco de mi abdomen plano, unas zapatillas estilo deportivas y por encima tengo una gabardina de color café claro.

Es una cena informal, ya que Mattia no quiso que se le hiciera una fiesta, somos solo mi madre, Vic, Phill, Matti y yo, me tocó rogarle para que permitiera que mis compañeros vinieran y me dijo que si ellos estaban aquí, él tambien tendría su invitado especial, y pude imaginar quien era.

Desde aquella noche, donde Hades me destrozó el coño, como castigo por según él haberme dejado tocar de otro, no, nos hemos vuelto a ver, ya que tengo días que no he ido a clases, porque he estado ocupada en la compañía. Vic es la que me ha estado colocando al tanto.

-¿Estas lista? – Pregunta mi madre – Mattia ya te está esperando en la sala, no lo hagas esperar que sabes que lo detesta y no quiero un ataque de ira y que mande todo a la mierda.

Blanqueo mis ojos, ese niño tiene un carácter de los demonios, nada le gusta, todo le fastidia, todo le parece una ridiculez, siento que su cuerpo es habitado por un alma de algún anciano amargado.

-¡Vamos! – Le digo a mi madre.

Efectivamente, cuando voy bajando las escaleras ya mi gato está allí, se ve hermoso, con su vaquero gris rasgados en las rodillas, una camisa negra, que la tiene enrollada hasta los codos, su hermoso cabello negro azabache todo despeinado y unos zapatillas deportivas que le hacen juego con la camisa que lleva puesta.

Todavía me sigo preguntando, como es posible, que una cosita tan pequeña y tierna pueda hacer tanto desmadre y pueda ocultar tanta oscuridad y arrogancia en su mirada.

-Tarde – Es lo único que me dice.

Yo me acerco a él con una gran sonrisa, Matti es lo mejor que me ha pasado en el mundo, tan mierda y tanto caos a diario me agotan, pero él, con su presencia hace que todo valga la pena.

-Te ves hermoso, gato – Le doy una caricia con mis nudillos en su mejilla. Veo como rueda lo ojos – Pareces un príncipe.

-Pero del inframundo – Me dio sonríe y con eso me basta.

Lo tomo de la mano y comienzo a caminar junto a él, hacia el jardín, que es donde cenaremos. Mi madre nos sigue unos pasos atrás.

Al llegar casi me da un infarto, hay mesas por todo el jardín, están cubiertas por manteles negros, con lazos rojos, tienen ramos de rosas rojas como centro de mesa, esta bien distribuidas por todo el espacio, en la parte delantera hay una gran tarima tiene unas cartas de esas que se usan en los casinos y unas telas que cuelgan como especie de cortinas, tambien rojas y negras.

El jardín está lleno de adultos y niños corriendo por todo el lugar y me temo, que esto no va a terminar bien.

Fluch.

Mi locura es HadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora