Mi locura es Hades

CAPITULO 32

"Tienes unos ojos que me atraen, y un cuerpo que me muestra a la muerte"

Hannibal Lecter.

GENESIS

Me encuentro sentada nuevamente en una de las sillas del aula de clases, después de todo la jodida mierda que me ha tocado pasar, de poner en orden mis pensamientos y de poner en marcha la segunda fase de mi plan. Decidí que era hora de volver, no solo para mantener controlado a Hades, si no, porque realmente quiero poder graduarme, esta carrera me servirá de mucho y no me gusta dejar las cosas comenzadas.

-Supiste que encontraron el cuerpo de un hombre en un rio – La voz de Victoria me saca de mi ensoñación – Llevaba meses semanas desaparecido.

Me quedo callada, esperando a que siga con la historia.

-Cuando vi la noticia y el nombre de la persona, casi me da un infarto – Suelta un suspiro – Juro que caí de culo al piso y mi cuerpo temblaba.

Arqueo una ceja. Esperando a que termine con la introducción de la historia y vaya al punto de por qué estarme diciendo esto.

-Todo mi cuerpo tembló, era como un maldito animalito asustado – La veo pasarse las manos por su delicado rostro – Y luego, sentí un alivio en mi cuerpo, y una tranquilidad en mi corazón, era como un suave bálsamo, para mis heridas. Tambien pensé que soy mala persona, porque aliviarme y sentir paz por la forma en que este hombre murió.

Muerdo mi labio inferior queriendo gritarle que me diga el maldito punto de esta conversación.

Cuenta hasta diez Genesis.

Me mantengo callada, dejándola divagar. Desde que conozco a Victoria, ha sido una persona maravillosa conmigo, en algún punto, llegó a decidir que yo soy su mejor amiga, y yo no me he tomado el tiempo para contradecirla.

Creo que es porque me cae bien.

Es como un cachorrito que te dan ganas de tener a tu lado y cuidarlo.

-¿Quien era este hombre, Victoria? – Me exaspero.

Me mira con los ojos abiertos y despliega esa sonrisa que siempre me da, cuando se da cuenta que ha estado divagando.

Si no estuviera tan obsesionada con Hades, tomaría a Victoria y la convertiría en una de mis sumisas, es hermosa, tiene un gran carisma y un cuerpo que pone a babear a mas de un hombre.

-¡Lo siento! Comencé a divagar otra vez – Las mejillas se le sonrojan, y puedo ver que se le expande por el cuello y mas abajo del jersey que lleva puesto.

Me la quedo mirando y me gustaría saber hasta donde le cubre el rojo.

-¿Y?

-¡Oh! Bueno, este hombre que encontraron, es el tipo que conocí aquella vez – Se remueve inquieta – Ya sabes, con el que tuve problemas.

-¡Oh!

Una sonrisa quiere invadir mi rostro, pero me esfuerzo por contenerla.

Asi que ya lo encontraron. Les tomó bastante tiempo hacerlo.

-¿Como murió? – Pregunto. Sabiendo como lo hizo y cuando disfruté torturándolo, hasta que le robé el ultimo aliento.

-No tenia ojos, le mutilaron el cuerpo y tenia la polla en la boca – La veo estremecerse – Fue algo sangriento.

Ladeo mi cabeza.

-¿Te molesta que haya muerto de esa manera?

-Para nada, por eso me siento una mala persona – Baja la vista hasta su regazo y la barbilla casi le llaga al pecho.