NARRADOR
La noche se veía más oscura de lo que suele ser. Ella se sigue mirando al espejo de aquella lujosa habitación. Mira su cuerpo como si fuera la mayor obra de arte que el creador haya creado, sus curvas se son las mayores fantasías de los hombres que en el lugar asisten, sus hermosos ojos azules como si fueran un zafiro se acentúan con el hermoso maquilla que lleva, y es que esa es la mejor arma que tiene, con ellos hipnotiza, es como una gran hechicera que puede poner a cualquier hombre a sus pies. Tiene el cabello con ondas, y semirecogido, su piel es como una porcelana blanca, de las mejores que haya en el mundo.
Su vestido rojo, le da esa imponencia que ella desborda. Unos guantes de cuero, un labial rojo carmesí le da ese toque sensual que busca. Da un giro y vuelve a mirarse de arriba abajo.
-Esto es lo que soy... soy una diosa escondida en un mundo que aún no me entiende.
Un toque en la puerta llama su atención. Está detrás de una cortina, tiene un antifaz que cubre la mitad de su rostro. Aun no se siente lista para mostrar lo que realmente es. Pero el antifaz le da ese toque de misterio y sensualidad que busca, deja ver sus hermosos labios y sus bellos ojos, pero esconde su rostro.
-Siga.
Dice con aquella voz seductora y sensual, ella realmente es fuego por dentro, aunque su exterior sea una capa de hielo.
-¡Hola! soy...
-No te he dado permiso para que hables.
Ella lo interrumpe. El chico se queda congelado, a pesar de que su voz es dulce y seductora tiene ese toque de fuerza y domino.
-Acuéstate en la cama.
Sus demandas deben cumplirse y quieren estar con ella, ese es la condición que pone cada vez que tiene un encuentro de estos.
-Como diga.
-¿Cómo diga qué?
Ella aún sigue de espaldas hacia él, quiere tener todo controlado para poder mostrarse.
-Como diga mi ama.
-Ahora quítate la ropa y acueste.
El chico se siente aun nervioso. Había esperado tanto este momento. La mujer que tiene enfrente es la más deseada en el club BDSM. Es una de las pocas mujeres que es ama en ese club, por no decir que es casi la única, un club plagado de hombres que se creen dueño del mundo, entre ellos está ella.
-¿Ya te la quitaste?
Vuelve a preguntar. El chico está demasiado nervioso, estar delante de la Queen como le dicen en el club es un honor, y más cuando eres nuevo allí, muchos hacen filas, muchos quieren ser su sumiso, aunque sea una sola noche, pero pocos lo logran, es demasiado exigente a la hora de escoger.
-¡Lo siento ama!
Dice el chico con ese tono de nerviosismo. Ella aún no sabe porque lo escogió. Solo lo vio y le recordó a alguien. Queria perderse en esos ojos que son como una espesa niebla cuando la miran. No ha podido encontrar en ese club uno ojos igual, así que se siente frustrada.
-No tardes tanto, si no el castigo que te voy a dar va a ser más fuerte.
Toma aire. Por el espejo que tiene en frente puede ver todo lo que el chico con torpeza hace. Una sonrisa se le dibuja en el rostro. Es demasiado tierno ver como se quita torpemente la ropa, es inexperto en esto.
Cuando ve que ya el chico está completamente desnudo. Toma un collar de cuero en sus manos y se gira. El chico aun no puede verla totalmente ya que la cortina solo deba ver su sensual silueta.
ESTÁS LEYENDO
Mi locura es Hades
RomanceDetrás de la sonrisa amable y la mirada compasiva de Genesis Dalmat se esconde un secreto que podría destruir todo lo que ha construido. Tras una ruptura amorosa que la dejó marcada, decide rehacer su vida. Sin embargo, su pasado la persigue y sus d...