A ver, Anna. ¿Para qué le besas? Jo, qué bien besa Christian. Estoy confusa. Christian es Christian, siempre va a ser él, siempre va a tener claro que me quiere, siempre va a estar aquí. Anna, cállate y acaba de arreglarte. Has quedado con el señorito despreocupado: Pablo. Esta, sin duda, será la noche más épica de mi vida.
Me acabo de subir un vestido blanco con un poco de vuelo y la espalda descubierta y me pongo los zapatos. Espero que me quite estos zapatos antes de que me destrocen. Bajo las escaleras y veo a mi padre, sentado en el sofá.
-¿Todo bien, papá?
-No has llamado a tu madre.
-He estado liada...
-¿Vas a salir de nuevo?
-Sí, he quedado.
-¿Acaso te da igual cómo esté tu madre?
-Eso no es justo, sabes que me involucro.
-Ella no puede luchar sola y tú te tiras todo el día fuera, ignorando que tu madre no está bien.
-Creía que debía ser feliz.
-¿Desde cuándo has puesto tu felicidad por encima de la de tu madre?
-¿Cómo está mamá, papá?
-Como si te importase. Diviértete, Anna. Mañana nos vemos -dijo subiendo el volumen de la tele y dando por finalizada la conversación-.
Salgo por la puerta bastante rota, para qué mentir. No es justo, no es justo que me exijan tanto mientras mi hermana a saber qué hace. Claro que primero es mi madre, no dejo de pensar en ella cada minuto de mi vida, pero... a veces, necesito un respiro. ¿El mundo se va a acabar porque yo desaparezca un día? Vamos. Aunque es cierto, no he hablado hoy con mi madre. ¿En serio, Anna? ¿Vas a ignorar a tu madre por un chico? Llego al bar donde habíamos quedado. Qué guapo está Pablo.
-Tengo mil preguntas que hacerte asique hoy no me andaré por las ramas -le digo indicándole que entremos en el bar-.
Nos sentamos y pedimos la cena.
-Bien, dispara, pequeña -dice seguro se si mismo-.
-¿De qué tienes miedo?
-¿A qué te refieres?
-A que parece que tienes miedo, constantemente. Pones tu coraza, no dejas ver todo lo que eres. ¿Por qué?
-¿Quién puede querer saber todo lo que soy?
-Yo.
-¿Por qué?
-Para mí es importante saber a quién tengo delante.
-Nadie me ha conocido por completo y se ha quedado para que saliésemos adelante juntos.
-¿Tienes miedo de que se vayan por conocerte?
-Sí, definitivamente sí -suspiró-. ¿Más?
-Oh, claro. ¿Y tú familia? Eres muy joven para estar independizado. Además, no hablas de ellos. De tu madre, tu padre, quizás algún hermano o hermana...
-Tengo una hermana, pequeña. Bueno, tiene 17 pero es mi pequeña y lo será siempre. Estudia en Madrid, no la veo mucho. Mis padres... es algo difícil, ¿sabes? Mi padre pegaba a mi madre desde que yo tengo uso de razón. Cuando yo tenía unos diez años empezó a hacerlo a escondidas pero yo sabía que lo hacía. Un día llegue, con unos quince, y lo pille pegándole a mi madre. No podía permitirlo y le pegué yo a él. Ellos me denunciaron y pidieron que me pudiesen echar de casa. Lo hicieron. Mis padres siguen juntos, ¿sabes? Pero yo intenté que dejase de sufrir.
-¿Te sientes culpable de no haber podido sacarla de eso?
-Sí... -dijo mirando hacia la mesa-.
-No deberías. Hiciste todo lo que pudiste.
-Pero no fue suficiente, Anna. No lo fue -dijo mientras caían algunas lágrimas. Le cogí la cara y le sequé las lágrimas con mi pulgar-. No me gusta esto, sentirme débil.
-Creo que débil no es la palabra más apropiada para definirte.
-¿Más preguntas?
-¿Te quieres?
-Soy irresistible, pequeña.
-No creo que te quieras una mierda.
-Vente conmigo esta noche.
-No tengo pijama.
-Algo tendré -me miró a los ojos y sonrió. Sabía que esto valdría la pena, que él vale la pena-. ¿Puedo preguntar yo ahora?
-Adelante.
-¿Por qué no te quieres?
-No he dicho que no lo haga.
-No lo haces, ¿por qué?
-Mi madre está mal por mi culpa.
-No lo creo.
-Ella se siente culpable por mi culpa y yo me siento culpable de que ella se sienta así.
-Asique somos nosotros los culpables.
-Algo así. Aunque tú no lo seas.
-Quién me lo fue a decir.
-Idiota.
-Anna -dijo mordiéndose el labio-, te quiero.Acabamos de cenar entre sonrisas y manos que se buscaban. Cogimos un taxi y fuimos al camping. No tardamos ni dos segundos en buscarnos el uno al otro. Nos besamos, con miedo pero, sobretodo, con ganas. Fuimos a la habitación del pequeño bungalow, nos dejamos caer en la cama y se puso encima de mí, sin separar nuestros labios. Nuestras manos no dejaban de jugar entre ellas y notamos que nuestra ropa sobraba. Empezó a mordisquear mi cuello y...
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Enamórate de Barcelona
RomansaMe presento, soy Anna y solo vengo a contar una historia más. No sabría deciros si buena o mala pero... si me enseñó, y mucho. ¿Más cosas sobre mí? Pues soy morena, tengo los ojos azules, soy muy persistente, vergonzosa y alegre, si te detienes a co...