A diferencia de otros días, Fizzarolli decidió despertar de una manera suave y menos abrumadora a su pareja. Ambos allí, en la enorme cama matrimonial que compartían juntos, se enredaban entre sí como si se trataran de una pareja jovial que experimentaba el primer amor.
—¡Buen día, querido Ozzie panquecito! —exclamó el pequeño imp abriendo sus ojos de par en par y saltando sobre el pecho del más grande— ¡Amor de tooooda mi vida! —arrojó las sábanas a un lado, no se colocó su sombrero de arlequín y le mostró una sonrisa llena de alegría natural y espontánea.
Mostrarse de esa forma era algo normal entre ellos dos. De hecho, Asmodeous era de los pocos que lo habían visto con aquella apariencia, con sus cuernos carcomidos y cicatrizados, pero rotos al fin y al cabo a comparación de otros de su raza.
—Mmm. Buen día, froggie bebé —el enorme pecado abrió sus ojos luminosos, su fuego ardió en un color brillante y luego pasó a sonreírle a su pareja—. Es bueno que hayas recordado despertarme temprano, hoy tengo mucho que-
—¡SORPRESA!
Fizzarolli dio un solo salto hacia atrás y se puso de pie. Estiró sus brazos hasta recorrer la mitad de la mansión y remover todo en su camino sin ningún tipo de consideración a los obstáculos. Tomó la bandeja de la cocina, la trajo a la habitación en cuestión de segundos y la expuso ante los ojos de su preciado novio.
—¡Mira esta cantidad de penes de chocolate rellenos de cream pie extra espeso! —el imp no tuvo miedo de presumirse a si mismo y a sus habilidades— ¡Los hice yo mismo aunque odies que toque la cocina!
Ozzie tomó asiento en su lugar con una evidente expresión de asombro. Claro que eran penes de chocolate, chorreando crema, deformes, escabrosos, hasta parecían monstruos. Sin embargo, el gesto era tan adorable que no dudó en sonreír con ternura y probar el jugo de azúcar de uno con la punta de su dedo.
—Mi amor, lindo. Está delicioso —le sonrió al más pequeño, quien apartó la bandeja y se le enredó en el cuello con sus brazos flexibles y con una linda sonrisa, casi ronroneando—. Y el desayuno en la cama es encantador —prosiguió el pecado, sabiendo a la perfección que había algo detrás de todo eso—. Y... ¿A qué se debe tanta atención? ¿Quieres que probemos algo nuevo esta noche?
—No, no, nada de eso, Ozz —se rio Fizzarolli con algo de nerviosismo. Se apartó de su cuerpo y caminó unos metros lejos de la cama para ver el cuerpo completo de Asmodeous—. Quería algo, si. Es algo repentino, pero...
Fizz se rascó la nuca y le desvió la mirada con cierta inseguridad.
—Bueno... Necesito ir al anillo del Orgullo —largó la petición sin titubear. Luego observó el semblante del contrario, quien agrandó sus ojos verdosos y se quedó entre anonadado y escandalizado por lo que estaba diciendo.
—... Prometiste que nunca volverías allí.
—Si, lo sé... Es que... —el imp quiso apresurarse a explicarle, pero tampoco sabía exactamente que decirle—. He pensado un poco las cosas y... —se frotó el brazo en un claro signo de nervios y se mordió los labios— me gustaría volver a rememorar un poco para sanar, ¿sabes? Tampoco hablamos mucho del tema. Sé que no quieres hacerme sentir incómodo.
La realidad era esa, tal cual. Habían pasado años desde el accidente del circo y las conversaciones que se tuvieron al respecto habían quedado enterradas en el pasado.
La desagradable sensación de experimentar esos recuerdos a flor de piel era muy cruda y Asmodeous lo sabía, ni siquiera tocaba el tema por el bien de Fizzarolli y por el respeto que le tenía a la anterior vida que tuvo y que lo ayudó a evolucionar y madurar como persona.
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You are loving
Fanfiction¿Desaparecieron mis invitaciones? ¿Por qué pusiste tu corazón en cada letra cursiva? Dime por qué diablos no hay nadie aquí... Dime qué hacer para que todo se sienta mejor. Tal vez sea una broma cruel para mí. Es mi fiesta y lloraré si quiero. Llora...