Eligió un lugar apartado del centro de Lujuria. El bar era lujoso y se notaba en sus decoraciones impregnadas con piedras preciosas y centros de mesa de cristal, pero no era una zona céntrica, era lo más discreto que podía elegir Fizzarolli aquel día. Estaba sentado en una de las mesas de afuera, bebiendo agua en una enorme copa brillante y revisando su celular de vez en cuando. Una gran sombrilla de colores amarillentos y naranjas cubría la mesa. Fizz cubría su rostro con unos lentes rosados y su vestimenta era bajo perfil.
Estaba esperando una ansiada visita.
Los distintos demonios pasaban de un lado a otro por la calle del costado. Había un murmullo general en el ambiente y un clima templado.
Suspiró algo decaído al ver que Blitz no respondía sus mensajes desde la última vez que se vieron. Debía seguir enojado, ofendido o triste. Ya no estaba seguro.
Un portal se abrió a la distancia. La chica lo cerró en segundos porque no quería llamar la atención. Alzó la mirada y le mostró una sonrisa algo cansada al bufón que lo esperaba.
—Hey... —Barbie saludó con su mano a la distancia y empezó a caminar hacia él con bastante tranquilidad.
—Hey — Fizz hizo lo mismo hacia la chica que llegaba y tomaba asiento frente a él.
No pudo evitar contemplar su reloj, el cual mantenía un cristal único, del color que utilizaban los demonios de Ozzie para transportarse al mundo de los humanos. Sonrió arrogante hacia Barbs y señaló el costoso artefacto que ella usaba para trabajar.
—Lindo cristal. Veo que le das mucho uso —siguió molestando—. ¿Quién habrá sido el bufón amable que te lo obsequió?
—Idiota, voy a pagarte —se rio ella al entrar en la broma—. También a tu Big daddy. Yo no olvido deudas. Además, jamás te traicionaría, Fizz.
Ambos volvieron a reír cómplices. Ellos no frecuentaron muchas veces luego de la recuperación de Fizzarolli, pero pudieron contactar. Cuando Barbie fue internada en rehabilitación, volvieron a perder el contacto. Solo se reunieron hacía poco tiempo porque ella necesitaba de los recursos de Asmodeus para trabajar en el mundo de los vivos y Fizzarolli insistió en ofrecerle el cristal para contribuir en todo lo que le era posible.
Salir de rehabilitación no era fácil, él se sintió desamparado durante el proceso antes de estar con Ozzie. Queria ayudarla en todo. Aún se respetaban y querían, por los viejos tiempos.
—Te he dicho mil veces que es gratis, linda —aseguró Fizz con un rostro amable. Llamó al mesero con un solo gesto de su mano y le indicó que le trajera una bebida a su amiga.
—Y yo te he dicho todas esas veces que te pagaré de todas formas —aseguró ella sin dejar su orgullo de lado. Entonces, sacó un paquete de cigarrillos de su cartera y prendió uno, no sin antes ofrecerle a Fizz.
Ambos compartieron de la caja y fumaron tabaco a la par de que bebían algo fresco bajo ese clima templado. El cenicero era de plata.
—¿De verdad solo tomas agua antes de los shows? Eso es muy deprimente —la chica era observadora, ella bebió un poco de jugo con vodka. Lo más liviano que había bebido definitivamente antes de entrar a la clínica y quedarse.
Fizz se encogió de hombros y normalizó el asunto, contempló su copa de manera aburrida y no dijo tanto, ya que esa era la rutina antes de sus espectáculos desde hacía una década.
—Mammon es muy estricto. Mantiene mi peso controlado por lo menos una vez al mes para no ajustar a los Fizzies y desperdiciar dinero —rodeó el borde de la copa y le agregó mucho hielo—. Soy como un modelo ahora mismo. Mi apariencia debe ser perfecta.
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You are loving | Rebuild
Fanfiction¿Desaparecieron mis invitaciones? ¿Por qué pusiste tu corazón en cada letra cursiva? Dime por qué diablos no hay nadie aquí... Dime qué hacer para que todo se sienta mejor. Tal vez sea una broma cruel para mí. Es mi fiesta y lloraré si quiero. Llora...