Mientras Fizzarolli se entregaba de lleno a sumergirse en lagunas mentales de pensamientos erráticos, Blitz le mandó probablemente el mensaje más largo y honesto que pudo escribir.
"No lo sé, Fizz. Tengo un extraño sentimiento en mi pecho. Sonará muy creepy, pero es como el leve presentimiento de que si tu daddy no está al tanto de dónde estás cada puto segundo y se enterara de que sales por lugares peligrosos, te encerraría en su palacio por el miedo de que algún asqueroso psicópata te volviera a secuestrar. Y se volvería un lunático sobreprotector. No con malas intenciones, pero... Bueno, tú entiendes."
Siguiente mensaje honesto.
"Aunque no me hagas caso, debe ser mi imaginación."
Fizz agrandó los ojos con desesperación ante la brutalidad sincera de Blitz en esos mensajes. Entonces, comenzó a pensar un poco más y desde distintos ángulos. Porque ni siquiera era la culpa de Asmodeus... ¿Quién no se volvería así luego de cada cosa terrible que tuvo que pasar? Y no era solo el secuestro, sino cada cosa íntima y pequeña desde que se conocieron a base de su propia desgracia cuando era más joven.
Suspiró y respondió el mensaje. En general, Blitz tenía razón. Se enredó entre sus brazos y se recostó en la cama, bastante abrumado por la situación.
"... Acertaste."
"... Oh, carajo. No jodas."
Blitz no lo pensó demasiado. En su mente solo había una alternativa óptima para que Fizzarolli pudiera volar fuera de allí como un ave fuera de una jaula. Y, al mismo tiempo, que Asmodeus confiara ciegamente en que no volvería a estar en peligro estando solo.
"Ya sé. Voy a enseñarte a pelear y a utilizar armas."
El contrario entrecerró los ojos con aburrimiento. Debió suponer que diría algo así. Blitz era de esos que iba a la acción directa sin medir las consecuencias de sus actos o decisiones.
"¿Qué tiene que ver eso con mi novio controlador lunático?"
"Si te enseño, podrás defenderte de cualquiera, ¿huh? ¡Podrás salir a donde sea y valerte por ti mismo! Eres muuuy flexible, deberías aprovechar esos brazos y piernas. Si, estoy seguro que con algunas armas también serías increíble y veloz."
Fizzarolli apretó el celular entre sus manos y luego lo pensó quitando sus prejuicios de lado. No era una idea tan descabellada. Además, si de verdad podía hacerlo, Ozzie ya no se preocuparía por él. Se sentiría orgulloso de que él tuviera la suficiente fuerza para pelear solo sin un protector. Más bien, él quería tener esa fuerza y ese valor.
Nunca fue de ese tipo de persona realmente. Era lo contrario a Blitz, él no era violento o naturalmente hostil. Y aunque el contrario lo animaba a dar el paso, quería tener la mínima garantía de que todo eso no era solo un tonto plan que saldría mal.
"Blitz... Honestamente, ¿Crees que sea buena idea?"
"Vamos a vernos y te diré si es buena idea o no. Ahora."
Ahí iba de nuevo. Era temprano, pero Fizzarolli se escandalizó ante lo espontáneo y fugaz que era Blitz. Le había perdido el ritmo, sin embargo, era igual que antes. Sin ataduras, sin medir mucho lo que hacía y tratando de solucionar las cosas al ruedo. Una cualidad que admiraba, pero que también le parecía imprudente.
"¿Ahora? ¿Qué? No puedo salir ahora mismo y de una forma tan jodidamente apresurada. ¿En qué carajo piensas?"
"Tranquilo. Iré hacia Lujuria. Estoy libre, es domingo. Un par de horas. Nada más. ¿Qué dices? Si necesitabas salir para respirar un poco, debiste decírmelo desde el principio. Vamos. Por los viejos tiempos ~"
Una memoria agradable recorrió la mente de Fizzarolli. No pudo evitar sonreír ante ese recuerdo.
La forma en como Blitz le sonreía cuando eran más jóvenes. Lo llevaba a todas partes y le aseguraba que todo iba a salir bien mientras estuvieran juntos. Sintió su protección incluso en esos mensajes tan estúpidos... Y se sintió cálido. Era la nostalgia de los viejos tiempos.
"Okey. Sabes dónde estoy. Llámame y saldré de la mansión."
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You are loving | Rebuild
Fanfiction¿Desaparecieron mis invitaciones? ¿Por qué pusiste tu corazón en cada letra cursiva? Dime por qué diablos no hay nadie aquí... Dime qué hacer para que todo se sienta mejor. Tal vez sea una broma cruel para mí. Es mi fiesta y lloraré si quiero. Llora...