You are loving | Rebuild

De verde a azul

Abrieron la celda exageradamente protegida con unos barrotes gruesos aprueba de bombas nucleares. Blitz no entendía, observó al guardia con un rostro aburrido y fastidiado luego de estar encerrado allí dentro más de seis horas. De la nada se había convertido en el villano más grande y peligroso de toda la nación infernal. Eso o tenían demasiado presupuesto de sobra para invertir en una celda de esa naturaleza para encerrar a un imp, quien sin armamentos efectivamente no podía huir de allí ni dañar de gravedad a ningún demonio.

—Ya puedes salir, cucaracha —señaló un guardia con rostro de pez globo—. Alguien pagó tu fianza.

Blitz se puso de pie y le dirigió una mirada muy molesta. Lo trataron como un terrorista y solo había insultado a una perra que se lo merecía. ¿Qué le harían a los criminales de verdad? Salió de la celda y fue conducido por el guardia hasta un cuarto fuera de la penitenciaría. El sujeto abrió la puerta y lo empujó hacia adentro, luego la cerró. La sala era extensa, con solo algunos sofás y una mesa vacía dentro.

—¡BLITZ!

Stolas se le arrojó en un abrazo potente. Él pagó su fianza lo más rápido posible, el dinero no era nada para él. Lo esperó en todo ese tiempo en ese lugar y exigió que todo el proceso fuera rápido, jamás se iría a ninguna parte sin él. El propio Blitz jadeó de la impresión y se le aferró de la misma forma, había ansiado tanto verlo y se lamentaba tanto no haber podido darle ese abrazo tan necesario en el momento en que fueron separados en medio de la corte.

—Solo te necesitaba a ti —Stolas se arrodilló ante él para esconder su rostro contra el cuello de su pareja y besar su piel, también restregar su mejilla contra la suya y brindarle todo el cariño que necesitaba darle.

—Fui muy impulsivo. Perdóname... —Blitz lo abrazó de la cintura y le sostuvo la mejilla con una mano, para luego besar su costado y manterlo fuertemente sujetado—. No podré ser tu testigo.

Stolas le negó. Eso no importaba a esas alturas. Lo único que necesitaba era a Blitz para poder sanarse a sí mismo. Rodeó los hombros de su hombre y besó sus labios, desesperado por sentir su protección y su presencia tan cálida y pasional. El contrario lo besó de la misma forma, cerraron sus ojos y empezaron a besarse con mucha calma y un fuerte impulso por sentirse cada vez más cerca. Ambos se necesitaban de una manera que no se podía transmitir con palabras.

Cuando Blitz se separó, lo observó preocupado. Su cuerpo y sus labios seguían muy fríos. Lo alzó entre sus brazos y lo colocó sobre uno de sofás del salón. A pesar de que Stolas se veía muy feliz en ese instante, sabía que su cuerpo no estaba bien y que podría volver a colapsar nuevamente si recaía ante alguna emoción horrible o tormentosa.

—Me diste mucha fuerza. Me estaba derrumbando —el príncipe acunó la mejilla suave de Blitz con una de sus manos temblorosas y con una sonrisa esperanzada—. Pero cuando llegaste y me miraste de esa forma... supe que todo estaría bien.

Blitz se conmovió al oírlo y formó una semblante de sufrimiento. Alguien como él de verdad lo ayudaba con su presencia y con lo poco que podía otorgarle. Stolas estaba tan enfermo y débil en ese instante y su dolor era tan grande... Y aún así, Blitz con solo estar allí, lo pudo animar y darle algo de vida. Quería hacer más, quería ser suficiente. Stolas no merecía conformarse con tan poco.

—Siempre llegas en el momento adecuado, destruyes todo a tu alrededor y envuelves a todo el mundo con tu fuego y tu pasión —Stolas estaba muy frágil, como una hoja seca partiéndose contra una brisa fuerte—. Eres mucho más que un héroe para mí. Eres todo.

Blitz se mantuvo a su lado y lo abrazó con tanto deseo de protegerlo de todo el mal que le estaban haciendo en ese juicio. Estaba asustado... No podía estar allí con él en todo momento y solo pudo ingresar ese día mediante la fuerza. Y cuando lo hizo, vio la forma en como Stolas sangraba y parecía perder cada rastro de la luz que tenía. La imagen fue tan aterradora y traumática. Tenía miedo de soltarlo y que algo terrible le fuera a pasar si no estaba junto a él.