Ante cada gesto o mirada furtiva de Mammon sobre el público, los aplausos y gritos de emoción aumentaban hacia niveles insospechados. Fizzarolli quiso retroceder ante el agarre de su jefe, pero este le sostenía el rostro con bastante fuerza.
—Señor... que gran sorpresa —trató de articular Fizz con una sonrisa falsa y un gran esfuerzo.
El pecado de la Avaricia le sonrió con una desmedida ternura, volteó hacia la gente y rio escandalosamente mientras chispas de electricidad se desprendían por su brillante cuerpo verdoso.
—Damas y caballeros, disculpen mi intromisión. Pero yo, su amo y señor Mammon —se presentó de forma elegante y casual—, como el dueño comercial de los distritos de entretenimiento más lujosos de los anillos del infierno, permítanme darles solo un pequeño descanso antes de presentar a la señorita Mayday.
Blitz, en medio de la multitud, empezó a sentir como su estómago se retorcía de forma desagradable ante la presencia del payaso gigante. Existía un aura muy oscura que invadía su presencia, nunca había sentido algo así con otros miembros de la realeza o pecados. El sujeto de ahí era diferente, su presencia era intimidante y tenebrosa en todo sentido.
Mammon sujetó los hombros de Fizzarolli, volvió a explotar y dejar billetes volando por todas partes y luego lo transportó abajo del escenario. Sujetó una silla, lo sentó a la fuerza corriendo todas las mesas alrededor y lo mantuvo en el centro como un animal de feria. Los reflectores iluminaron a Fizzarolli y Mammon mantuvo sus manos sobre sus hombros de una manera muy firme, sonriendo desde atrás.
—Pues, es hora de hablar de dinero —volvió a reír el rey de la codicia, exponiendo totalmente a un aterrorizado Fizzarolli que observaba como se volvía el total centro de esa masacre.
Blitz sintió un miedo profundo, todas sus alertas se encendieron al mismo tiempo. Estaba por desenfundar el arma que llevaba consigo por dentro de su traje pero, en ese instante, Fizzarolli lo miró desde lo lejos con los ojos llorosos y le negó una sola vez. Le rogó que no hiciera ni el más mínimo movimiento.
Su amigo comenzó a temblar ante esa mirada tan destruida en Fizz... No podía comprender que era lo que pasaba por su mente para negar que interviniera en una situación que podría volverse muy mala en cuestión de segundos.
—Sin tu protector, podemos hacer que esta inocente charla sea un poco más transparente, ¿verdad, Fizzy? —le dijo Mammon a su empleado acariciando la cabeza de su pequeño con una falsa sonrisa de alegría. Luego, se acercó a su costado y comenzó a susurrar—. Sin Asmodeus, no eres más que un bufón indefenso y frágil. Un mal chiste, ¿no es así, amigo?
Fizzarolli empezó a temblar al sentir las manos de Mammon sobre su cuerpo. Él sujetó su mandíbula, enterró sus uñas en su piel y también acarició la parte superior de su cabeza. Fizz miraba al frente con tanto horror... Estaba siendo humillado en público por un ser sanguinario y despiadado solo por el mero placer de demostrar que podía dominarlo a su voluntad.
—¡Quería darte una pequeña noticia a ti y a todos tus espectadores y más grandes fans! ¡Graben esto y difúndanlo por todos lados! —ordenó el pecado alzando un brazo con atrevimiento—. Los lindos Fizzies son un éxito en todos los ámbitos del infierno, bebé. Sin embargo, lo que más vende en el mercado son los cuerpos androides que esos depravados enfermos se cogen sin parar. Esos culos robóticos son codiciados, ¡Idénticos al tuyo si vamos al caso! —Mammon rio con la multitud de personas, los reflectores emitieron una luz blanca más intensa y dolorosa.
Acarició la piel sensible del cuello de Fizz y torció su rostro para empezar a tocar sus mejillas y pecho con su mano sobrante.
Fizzarolli empezó a jadear del miedo. El sudor helado empezó a correr en forma de gotas por su rostro y espalda, al mismo tiempo que mantenía sus ojos bien abiertos hacia un punto perdido de la nada. Solo podía escuchar las risas y la voz asquerosa de Mammon muy cerca de su oído como si fuera la más contundente de las torturas.
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You are loving | Rebuild
Fanfiction¿Desaparecieron mis invitaciones? ¿Por qué pusiste tu corazón en cada letra cursiva? Dime por qué diablos no hay nadie aquí... Dime qué hacer para que todo se sienta mejor. Tal vez sea una broma cruel para mí. Es mi fiesta y lloraré si quiero. Llora...