Cuando se aseguró por décima vez que el pasillo estaba despejado, se deslizó como un ninja por detrás de las decoraciones e ingresó a la oficina. Cerró la puerta y le colocó doble traba. Apoyó su espalda contra la madera y suspiró larga y nerviosamente. Estaba sudando luego de haber escapado corriendo de la persecución que se desarrollaba fuera del edificio.
No pudo pensar en ello, se encontró con sus empleados y su hija. Moxxie y Millie estaban detrás del sofá ocultos, aferrando sus uñas en el mueble y apenas asomando sus ojos hacia su jefe como si quisieran arrojarse sobre él y ametrallarlo a preguntas. Loona estaba igual, solo que se asomaba por detrás de un sofá individual. Los tres agitaban sus colas y estaban igual de nerviosos que Blitz.
No podía fingir demencia. Un ejército de prensa amarillista estaba debajo desde hacía días.
—¡Buen día! ¡Perdón por llegar tarde! ¡hahaha...! Y por faltar al trabajo los últimos... —Blitz sonrió muy nervioso e hizo una cuenta matemática simple que le costó mucho en su estado—. Cinco días...
Un silencio incómodo invadió la habitación. Un silencio sepulcral. Solo se escuchaban los autos de la prensa llegando en la planta baja y un tumulto de gente gritando barbaridades.
Era hora de ponerse los pantalones en la situación. Blitz se rascó la nuca y trató de explicar lo que pasaba y lo que estuvo pasando en todas esas semanas para llegar hasta ese momento.
—Si, eh... Sucedieron algunas cosas muy raras. Es una historia muy graciosa, ¡no se la van a creer cuando se las cuente! ¡HAHAHAH! —rio exageradamente, pero nadie se rio con él—. Tiene que ver un poco con... Stolas —hizo una pausa y los miró muy ansioso, los tres aún no reaccionaban—. Y... aunque no lo crean, es jodidamente difícil salir de la camioneta y ubicarla en el estacionamiento porque al parecer medio infierno se dio cuenta... Los medios... de que... Eh...
Ahí comenzó el quiebre en su historia. Blitz sintió los ojos de sus empleados y su hija clavarse en lo más profundo de su alma. No juzgaban, pero necesitaban chisme, chisme y sangre. Blitz siempre estaba ahí jodiendo en su intimidad así que merecían meterse en lo más profundo de la de él como venganza. Agudizaron sus miradas implacables, gesto que solo hizo sentir más humillado a su jefe por tener que hablar sobre las buenas nuevas.
—Stolas y... yo... —empezó a titubear sudando de la pena e hizo pausas muy incómodas para largarlo. A pesar de que todos sabían de que hablaba, no lo interrumpieron, querían escucharlo de su propia boca—. Desde hace como... unas semanas... Nosotros... —Blitz en serio se estaba esforzando, se sonrojó muy apenado y les desvió la mirada cruzándose de brazos fingiendo que no le importaba tanto—. Ya no es solo, ya saben... N-No estoy muy seguro... O sea, no se los dije... P-Porque yo...
—¡BLITZ! —Millie ya no resistió— ¡MIRA! ¡MIRA ESTO! —ante la pausada y miserable forma de explicarse, ella corrió hacia él y lo jaló del brazo. Era hora de dejar de pretender. Encendió la televisión y señaló la pantalla.
Nadie dejaba de hablar del escándalo en ninguna parte.
—¡SEÑOR! —Moxxie gritó al lado de su esposa y también señaló la pantalla—. ¡ESTÁ EN TODAS PARTES!
Blitz ya sabía, nada de eso fue más fácil al verlo. En la tele, estaban emitiendo la manera en como besaba a Stolas en su camioneta aquel día que escapaba con él del hospital. Luego los grabaron hasta llegar a la casa de Stolas y luego les tomaron como mil fotografías mientras lo hacían. Si, lo hicieron frente a la prensa. Se dejaron llevar como siempre, Blitz sabía que su sola existencia era el escándalo más grande del infierno en ese momento.
—El búho caliente no deja de salir en todas mis redes —Loona salió de su lugar, señaló su celular y scrolleó frente a él enseñando las fotos de la camioneta y el beso una y otra vez—. ¿Hasta donde le metiste la lengua, Blitz?!
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You are loving | Rebuild
Fanfiction¿Desaparecieron mis invitaciones? ¿Por qué pusiste tu corazón en cada letra cursiva? Dime por qué diablos no hay nadie aquí... Dime qué hacer para que todo se sienta mejor. Tal vez sea una broma cruel para mí. Es mi fiesta y lloraré si quiero. Llora...