Celestial

743 72 216
                                    

Blitz corrió por en medio del callejón de la parte trasera del club. Pudo sujetar el brazo de Fizzarolli por detrás y detenerlo antes de que perderlo se vista.

—¿Qué fue todo eso?! —le preguntó fuera de sí a su amigo— ¿Por qué no me dejaste disparar?! Fizz...

—¿Cómo puedes pensar que iba a dejarte disparar?! —Fizzarolli se volteó hacia él derramando lágrimas a más no poder y tratando de no ahogarse con su propio llanto— ¿Estás loco?!

Golpeó el pecho de Blitz con sus dos puños y se sostuvo de él, jadeando demasiado rápido presa de un ataque de nervios que lo estaba destrozando de principio a fin.

—¡Ese maldito hijo de puta puede matarte frente a todo el mundo sin importarle nada! —gritó quebrando su garganta y llorando como estuviera por morirse de angustia. Blitz se abrumó de la preocupación al instante al ver su estado y la crisis que lo hacía desbordarse sin control.

—¿Cómo crees que puedo permitir eso?! ¿CÓMO PIENSAS QUE PUEDO DEJAR QUE TE LASTIME?! ¡ERES MUY IMPORTANTE PARA MI! —volvió a exclamar, jadeó rápido y trató de recuperar el aliento con mucha dificultad—¡ERES MUY VALIOSO Y NO PUEDO PERDERTE OTRA VEZ! Jamás podría... —ya no pudo seguir, se desmoronó contra su pecho y lloró con una profunda amargura que no hacía más que aumentar a cada segundo que pasaba— no puedo... perderte...

Estaba destruido. Mammon logró romperlo. Su cuerpo, su dignidad, su espíritu. Todo se destruyó. Y lo peor era que siempre era así, siempre terminaba así, tan jodido mentalmente que no podía seguir adelante por mucho tiempo. Blitz no entendía lo importante que era y todo lo que lo necesitaba en ese momento. Se acurrucó como un niño herido en su pecho y quiso sentir la piedad de alguien... Sollozó tan fuerte como su garganta le permitió hasta quedarse sin fuerzas.

—Fizz... —Blitz lo abrazó con todas sus fuerzas, protegió su cuerpo y lo mantuvo muy apegado a él. Mammon apagó su luz... era espantoso. Acababa de oscurecer el alma hermosa de Fizzarolli sin compasión, y eso no tenía perdón de ninguna manera.

Blitz sacó su cristal del bolsillo, no dudó en abrir un portal y transportase. Ya no podían permanecer ahí, ya no más. Cuando este se abrió, contuvo a Fizzarolli entre sus brazos y lo llevó con él. Ambos se transportaron hasta su mansión y hasta la habitación que compartía con Asmodeus en menos de diez segundos.

Cerró el portal, depositó el cuerpo de Fizz en la punta de la cama y lo sujetó para mantenerlo allí sentado. Estaba temblando demasiado fuerte y jadeaba con mucho trabajo, como si estuviera sufriendo un inminente colapso nervioso. Blitz sabía que debía hacer algo, debía al menos llamar a Asmodeus en ese momento. Debía decirle todo lo que había sucedido.

Pero abrió sus ojos sinceramente asustado cuando percibió que Fizzarolli enterraba sus propias uñas en la piel de sus costados mientras se abrazaba a sí mismo, haciendo que la sangre comenzara a fluir desde su piel blanquecina.

—Fizz... Te lastimas... —Blitz apartó sus manos con la más intensa preocupación y temblando de la misma forma—. Detent-

No pudo terminar de hablar.

Fizzarolli no solo dejó de herirse. Extendió sus manos hacia Blitz, sujetó sus hombros y lo empujó contra la cama, rápidamente se subió sobre sus piernas y le encajó un beso libidinoso en los labios. Fue extremo, caótico e imprudente. Empezó a entrelazar su lengua con morbo con la de Blitz al mismo tiempo que acomodaba sus muslos sobre los de él con intención de frotarse y hacer que se excitara.

Blitz reaccionó en cuestión de segundos. Sujetó desde las caderas a Fizzarolli y lo apartó bruscamente, tanto así que lo hizo retroceder aún con un rostro muy sonrojado y caliente.

You are loving | RebuildDonde viven las historias. Descúbrelo ahora