Avatar; domador del mundo

Cambios vienen.

Afuera llovía a cántaros, el cielo estaba oscuro, el ambiente que debió ser alegre por la victoria recién obtenida, ahora estaba empañada por el peligroso futuro que le esperaba al Olo'eyktan del clan subaiya.

El líder aún no había muerto, pero su salud era grave, la Tsahik del clan Mate'yia había logrado salvarle la vida gracias a Eywa, pero aun así, Sukai no había dado indicios de despertar, obligando a Aleyx a tomar el papel de líder por el momento.

En cuanto a Aleyx, este se encontraba dentro de la cabaña donde estaba la Tsahik cuidando de su padre, luego de cinco días de la posible muerte de su padre, Aleyx portaba unas grandes bolsas de sangre debajo de sus ojos, junto con su cabello desordenado, luego de la victoria sobre los coleccionistas, Aleyx había ordenado que aprisionaron a todos los humanos sobrevivientes de la base, que rondaban en unos 2300.

Dichas personas, habían sido llevadas a grandes jaulas que anteriormente se usaban para encerrar a los nativos, mostrando la ironía en como los que hicieron las jaulas terminaron en ellas.

Por otra parte, Aleyx había dado máxima prioridad en tomar todas las armas, municiones y material importante, siendo llevados al corazón del clan, donde Aleyx los usaría para entrenar a los guerreros con el uso de armas modernas, teniendo así una ventaja sobre los humanos.

En cuanto con la base de los coleccionistas y sus vehículos y aeronaves, Aleyx había decidido dejarlos en la base, hasta el momento ningún nativo sabía pilotear uno, aparte de que sería muy difícil convencerlos para que usaran lo que ellos llamaban demonios sin vida.

Sin embargo, Aleyx sabía que las naves humanas serían de gran ayuda, en especial los dos C-21 que habían quedado intactos, además de cuatro Valquirias, al parecer dichas naves no eran solo propiedad de la RDA.

No obstante, lo que más atesoraba Aleyx fueron los centros de investigación de la base de los coleccionistas, las computadoras junto con las máquinas de investigación avanzada fueron un obsequio que Aleyx amó en un principio, puesto que dicha tecnología le ayudaría con las investigaciones sobre la fauna y flora de Pandora que no había logrado hacer antes debido a que no tenía las herramientas necesarias.

Tos, tos.

Escuchando una débil tos a su lado, Aleyx salió de sus pensamientos, viendo como su padre empezaba a despertar.

"Sempu" dijo Aleyx, mientras de sus ojos dejaba caer las lágrimas que no había soltado en todos estos días de ansiedad. "creí que no te volvería a ver, no sabría como decirle a madre la noticia si murieras, yo solo..." todo lo que Aleyx se había guardado, lo estaba dejando salir, provocando que su ansiedad se mostrara cada vez más.

Sukai, viendo el estado de su hijo, empezó a frotar el cabello de Aleyx, mientras intentaba consolarlo; "Shh, ya pasó hijo mío, no iré a ninguna parte, no hasta que Eywa me llame"

Aleyx, viendo que se había pegado mucho al cuerpo de Sukai, se alejó un poco por miedo a lastimarle las heridas, para luego limpiarse las lágrimas que le caían de la mejilla.

"Esto es tuyo padre" dijo Aleyx, sacando el collar que Sukai le había dado en la batalla antes de quedar inconsciente, "no, ahora es tuyo, ya estoy viejo para ser un Olo'eyktan, pero tu camino como líder apenas comienza" le respondió Sukai, colocando con mucho esfuerzo el collar alrededor del cuello de Aleyx. 

Aleyx, viendo el collar, uno hecho de piedras preciosas de varios colores y formas, con un colmillo de Thanator como amuleto, el collar que pertenecía y usaba el Olo'eyktan de la tribu, anteriormente su padre. Ahora lo usaba Aleyx.

"Sabes que hay que llamar a los líderes de las otras tribus, o se revelarán" comentó distraídamente Aleyx, y es que si bien Sukai decidiera abdicar a favor de Aleyx, los otros cuatro líderes de las tribus bajo el poder del clan Subaiaya debían estar en en el acto en donde Aleyx 'venciera' al Olo'eyktan, lo cual consistía en que Aleyx usara un cuchillo y hiciera un corte superficial a Sukai.

Esto se hacía para que los demás líderes tuvieran la oportunidad de enfrentarse a Aleyx si querían tomar el papel de Olo'eyktan, de resto, si los otros líderes no lo hacían en la ceremonia, cuando dichos líderes quisieran hacer un desafío en contra de Aleyx, Aleyx estaba en pleno derecho de negarse, y el retador no podía hacer nada para evitarlo. A menos que fuera durante la ceremonia de abdicación o periodo de desafíos, los cuales eran una vez cada año, Aleyx podía negar cualquier posible retador que se le presentase.

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Sumey estaba parado detrás de Aleyx, viendo como este miraba a los humanos arrodillados frente a él.

Actualmente estaban en la pista de aterrizaje de la base de los coleccionistas, donde se encontraban al menos unas 970 personas, todas con las manos y piernas atadas.

Aleyx no sabía que hacer todavía con estas personas, claro, no las enviaría de nuevo a la tierra, puesto que sabía que si la información de lo pasó aquí se transmitiera, aquellas personas que patrocinaban a los coleccionistas enviaron más humanos, incluso con más maquinaria de guerra, puesto que no dejarían perder su fuente de la inmortalidad así como así.

Así que ahora estaba en aprietos, claro está, si él quería, podría dar la orden de asesinarlos a todos, pero eso sería una pérdida de oportunidades.

Ellos eran los que sabían cómo pilotar las naves, operar los trajes AMP, además de que podían ser de ayuda para entrenar a los guerreros con el uso de las armas.

Al principio le había pedido consejo a su padre, pero este le había dicho que era ahora su labor tomar las decisiones.

Así que suspirando, Aleyx se dirigió a los humanos arrodillados frente a él; "Su era de destrucción y muerte hacia pandora se ha acabado, ahora están bajo mi mano, aquel que quiera irse es libre de hacerlo, solo que tendrá que irse a pie por el sendero de la jungla, en cambio, aquellos que se queden, estarán bajo mi mando, se les tratará dignamente.... Un poco claro está, y serán los encargados de entrenar a mis guerreros con el uso de sus armas".

"¡Por supuesto que...!" Uno de los hombres, se levantó inmediatamente en señal de protesta, gritando, solo para que fuera atravesado por tres flechas al instante.

Dándoles un asentimiento a los na'vi que habían disparado, Aleyx volvió a mirar a los humanos; "Ahora, ¿quién quiere irse?" preguntó, viendo como todos los humanos agachaban la cabeza, por miedo a ser los siguientes en ser asesinados.