Avatar; domador del mundo

Grace III

Luego de varios minutos más tarde, la voz de Trudy se escuchó por el altavoz de los cascos, informándole a Grace que estaban llegando a su destino.

Grace, ansiosa por lo que le podría esperar en su ida a la selva, vió por la ventana como la nave descendía, mientras la fauna se alejaba por el ruido del rotor.

Cuando ya la nave aterrizó por completo, Grace tomó su mochila y la ajustó a su espalda, para luego bajarse de la nave.

Trudy, quién no había apagado el motor de la nave, le gritó a Grace por la ventana que estaba al lado suyo.

"¡Más te vale que pongas tu trasero azul en un sitio seguro, para que así salgas del ataúd en donde estás durmiendo, y le expliques a Quaritch el motivo por el cual te traje a esta zona sin autorización!"

"Tranquila, yo cargaré con toda la culpa, además, ¿qué haría? ¿Encerrarme en mi cuarto?" respondió Grace, para luego despedirse de Trudy y adentrarse en la selva.

Con la vista al frente, Grace siguió caminando, mientras escuchaba a la nave despegar a lo lejos.

Una vez que el ruido del rotor ya no se escuchó, la paz volvió a la selva, las ramas y las hojas de los grandes árboles volvieron a menearse con el viento, al igual que el sonido de los insectos y roedores se escuchó de nuevo.

Esto era lo que amaba Grace, esta paz, un término olvidado de dónde venía, aquí, en el corazón de la selva de Pandora, lejos de toda actividad humana, ella se volvía a sentir libre, lástima que despertaba luego en la cámara de génesis y descubría que tenía que seguir como humana.

Pero no era tiempo de distraerse, así que Grace empezó a monitorear su perímetro, si bien la consola que usaba estaba siendo intervenida por el campo magnético, todavía servía para percibir fuentes de calor y movimiento.

Con ello, Grace pudo avanzar tranquila sabiendo que hasta el momento no habría ningún animal acechándola, o un Na'Vi.

Teniendo ese indicio de seguridad, Grace caminó con confianza por la selva, de vez en cuando se agachaba para observar una que otra flor, para luego ver algún insecto.

Fue grande su curiosidad por un Shimmifly, una criatura muy parecida a una mariposa, que Grace se olvidó por un momento de revisar de nuevo su consola.

No fue sino cuando alzó la vista, que vió que frente a ella, una gran criatura la observaba.

Una gran bestia, parecida a una cobra, solo que con quizás una longitud de más de 20 metros, la miraba.

La... serpiente, de color negro, y machas marrón y verde, estaba bien camuflada bajo el agua de un río, con la mitad superior de su cuerpo fuera del agua, en su cabeza tenía una coraza que la protegía, mientras tres pares de ojos grandes la observaban.

Grace, sin el miedo o el temor que debería sentir al estar frente a semejante criatura, estaba más bien ansiosa, y como no estarlo, si dicho ejemplar no había sido descubierto nunca.

Claro está, muchos animales de Pandora seguían siendo descubiertos cada día, pero el hecho de que uno parecido a las serpientes de la tierra, solo que a un escala mucho mayor estuviera viviendo a solo tres horas de la base, emocionó mucho a Grace.

Aún así, el sentido común ganó sobre el impulso de Grace de querer acercarse al ejemplar a investigarlo, y en cambio decidió alejarse de él.

La serpiente gigante, tal vez no sintiéndose amenazada, volvió a recostar su enorme cabeza contra el suelo, para luego cerrar sus ojos, pero de vez en cuando dejando salir dos largas lenguas fuera de su boca, las cuales movía y volvía a meter.

Grace, desde su lugar un poco alejado, siguió observando a la serpiente, mientras tomaba imágenes con su consola.

"Dos largas lenguas"

"Tres pares de ojos"

"Tres pares de colas neuronales"

De vez en cuando, Grace pensaba en voz alta, mientras seguía mirando las características de la serpiente, en especial estando maravillada por los tres pares de colas neuronales que esta tenía. Puesto que hasta el momento, el máximo de miembros eran dos, a parte de que la serpiente podía aplanar sus colas neuronales sobre su cuerpo, haciéndolas pasar desapercibidas, abriendo esto un nuevo camino científico para ella.

Habiendo catalogado lo suficiente, Grace se dispuso a seguir su camino, puesto que ya estaba oscureciendo, y debía buscar un lugar seguro para dormir.

Pero justo en eso, los vió.

Dos formas, en la distancia, tenían forma felina, como dos gatos, solo que de un metro de alto y quizás tres de largo. Grace, olvidándose de su objetivo, no avanzó más, sino que siguió viendo a las dos criaturas.

Los animales en forma de grandes felinos, muy parecidos a los pumas de montañas, jugaban uno con otro, mientras saltaban sobre las raíces de los árboles.

Los felinos, con un diseño único, puesto que tenían ocho extremidades, algo no extraño en Pandora, puesto que gracias a la baja gravedad, los animales habían evolucionado, tendiendo como resultado que muchos tuvieran más de cuatro patas, puesto que así se podían movilizar mejor en el ambiente de baja gravedad.

Lo que si era extraño, eran las dos extremidades sobre sus lomos, parecidos a tentáculos, los cuales terminaban en dos forúnculos llenos de puas largas y afiladas .
De no ser eso suficiente, el color de sus cuerpos era negro, con motas azules, y con ojos amarillos, los cuales parecían brillar.

A parte, desprendían un tipo de luz tardía negra, como neblina cuando se movían. Algo que consternó a Grace bastante.

En ese momento, una rama se quebró bajo el pie de Grace, alertando a los extraños felinos, quienes inmediatamente voltearon a ver hacia la dirección del ruido.

Justo en eso, los dos felinos cambiaron su físico, como si hubieran sufrido una transformación, su color de piel antes azulada, fue cambiado por uno negro con verde, mientras sus ojos se tornaban rojos, e incluso apostaría Grace que crecieron al menos un metro.

Grace, sabiendo que el cambio en las dos bestias no avecinaba nada bueno, empezó a correr, siendo seguida por las dos criaturas extrañas, las cuales iban dejando una estela negra a su paso.