Amor por Eywa.

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Un gran convoy de Na'Vis atravesaba la espesa selva de Pandora, con varios árboles muertos siendo derrumbados gracias a los Titanothere que dirigían el camino, los cuales abrián paso para que los jinetes de Pa'Li y Palulukan pudieran pasar con normalidad.

Los más de dos mil Na'Vis montaban sus monturas, todos detrás del Olo'eyktan, quien cabalgaba sobre Fang, con un gran arco en su espalda y una larga lanza en su mano derecha, todo un líder en pleno derecho.

Llevaban más de dos horas cabalgando, y estaban a pocos segundos de encontrarse con la antigua base humana.

Base que ahora servía como prisión para para sus antiguos amos, de los casi seis mil coleccionistas, ahora solo quedaban unos dos mil trecientos, un número muy bajo, pero el cual se bajo a esa cifra luego de la feróz batalla que dió lugar en la base hace meses.

Ahora, de los coleccionistas, solo quedaba personal de apoyo, logistica y pilotos de naves, carros y trajes, junto con un puñado de no más de cien operadores de armas.

Todo eso lo hizo Aleyx con el proposito de que, si se creaba un motín, este se pudiera detener a tiempo, gracias al tener mayores numeros y que los humanos sobrevivientes no tuvieran acceso a armas o vehiculos sin algún permiso, y como Aleyx no había dado uno, esperando que él llegara a la base, entonces un motín era dificíl de ganar por parte de los humanos.

Al llegar a unos treinta metros de la base, Aleyx logró divisar a algunos Na'Vi escondidos entre las copas de los árboles, y si no fuera por sus sentidos, los cuales habían sido exponenciados gracias a la fruta Su'tre, no podría haberlos visto en primer lugar.

Dejando sonar un extrañoruido de su garganta, el cual se escuchó como un chiflido, Aleyx vió como algunos Na'Vi empezaron a 'salir' de las cortezas de los árboles cercanos.

Los Na'Vi, pintados con tintes y extractos naturales, tenían un camuflaje casi perfecto, logrando así que, cuando salieron de sus escondites, fuera como si salieran de la propia naturaleza.

"Fonaes dora'le Suku, len meiaye Olo'eyktan" (Guerrero Alfa Suku, me presento Olo'eyktan) dijo el Na'Vi, dandose a conocer, mientras se inclinaba y posaba su brazo derecho sobre su pecho.

Aleyx, con todo el significado del decoro, puso su brazo también en el pecho, saludando al Alfa, solo que este primero no se inclinó. "espero que no hayan tenido problema alguno durante todos este tiempo" comentó Aleyx, comenzando a marchar otra vez, acto que copiaron los otros.

"No, Olo'eyktan, las patrullas no han divisado a ninguna persona del cielo, ni sus instrumentos, en cuanto a los humanos cautivos, se les ha dado la comida suficiente para vivir, aunque siguen enjaulados"

"Me parece perfecto, ¿han estado manteniendo la base en optimas condiciones?" preguntó Aleyx, si bien sabía que no podían hacer mantenimiento a las naves y las armas de la base, y no porque no quisieran, sino porque no sabían hacerlo, lo que si les dijo claro fue que limpiaran lo más que pudieran los cuerpos, la sangre y que desecharan las naves que habían quedado destruidas.

"Si, Olo'eyktan, si bien fue dificíl al principio, pero con ayuda de los Angtsìk que usted envió, el trabajo de limpieza se pudo terminar rapidamentes, y en cuanto a las instalaciones interiores, se le hace aseo ocho veces cada ciclo lunar" respondió el Na'Vi, caminando al lado de Aleyx.

Por su parte, Aleyx asintió satisfecho, justo cuando llegaron a la base, con la puerta de esta ya abierta anticipando su llegada, a su derecha, logró ver la gran cerca de acero de la base, la cual estaba doblada y caida, muestra del poder de los Titanothere.

Al entrar en el patio exterior, se pudo ver las naves Samsom, los dos C-21 y las cuatro Valquirias que, aunque no habían sido utilizadas en mucho tiempo, todavía gozaban de buen estado.

"Mi Olo'eyktan, es bueno volver a verlo" Ateyo, el Na'Vi que guió a Aleyx a vincularse a su antiguo Ikran, el cual había muerto en este mismo lugar, recordando que tendría que vincularse a uno nuevo, vino a saludarlo.

"A ti también Ateyo, te noto más viejo" respondió Aleyx, con un chiste propio.

Ateyo, conocido por su larga lengua, no se dejó arremeter; "Bueno, a diferencia de tí, yo he tendio que cuidar a humanos de Na'Vi que quieren matarlos, y en ese grupo me incluyo, así que no puedo dar el lujo de bailar alrededor del fuego y esperar que todo se haga al son de la música" 

"HAHAHA"

Se rieron ambos, para que luego Aleyx se bajara de la espalda de Fang y le diera un fuerte abrazo a su amigo, "Entremos, hemos tenido un largo viaje".

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Esa misma noche, todos estaban en el patio de la base, con los dosmil guerreros, además de los otros Na'Vi que ya estaban habitando la base, todos esperando que Aleyx hablara, el cual estaba parado en una plataforma improvisada frente a todos.

"¡Se que muchos no están de acuerdo en usar y aprender las tacticas, estrategias y enseñanzas de la gente del cielo! pero yo les digo que es necesario, por mucho tiempo hemos estado en desventaja contra ellos, sus monturas son más rápidas, no sienten dolor, son más letales, sus armas son más grandes, más peligrosas".

Con cada palabra de Aleyx, el fuego y fervor de la multitud se fue incrementando, alimentando por el odio y el resentimiento hacia aquellos que habían estado hiriendo su hogar hace mucho tiempo.

"Es por eso que estoy frente a ustedes, no como su Olo'eyktan, sino como un hijo de Eywa, el cual se ha cansado de ver como la selva sufre, como la gente del cielo masacra nuestras tierras, como la explotan, pensando que no tendrán consecuencias" en este punto, Aleyx tenía la voz firme, con una mirada mordaz que amenazaba con asesinar a todo aquello que amenazare al clan.

"¿Estarán conmigo? ¿cómo hermanos, hermanas? como los salvadores y libertadores de Pandora del yugo humano" dijo Aleyx, deteniendose momentaneamente, mientras los Na'Vi asentían con fervor. 

Grace, estando entre la multitud, salió al frente de la fila, y alzando su brazo derecho gritó; "¡Aluo maieya!" (por Eywa) con ese fervor en su voz, dió inicio a demás canticos de los otros reunidos, quienes unieron su voz en su lucha por Pandora... por Eywa.

Aleyx sonrió, mientras veía a Grace entre el público jubiloso, dandole un asentimiento y una pequeña sonrisa por su apoyo.

Subaiya había dado el primer paso, uno de muchos, todo por un futuro en el que la estancia de humanos en Pandora fuera solo un mero recuerdo, y todo empezó con el cantico de una humana que aprendió a amar a Eywa. 

Avatar; domador del mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora