❝Do I Wanna Know?❞ |Buggy| Live Action| EDITANDO

[03]

Capítulo sin corregir como siempre porque soy una guarra.

[...]

— No te has equivocado.

Él sonrió de lado sin apartar su penetrante mirada de tu figura aún iluminada por el reflector sobre ti. Miraste arriba y luego a él. Luego otra vez. Y otra. Y de nuevo. Hasta dejar tus ojos fijos en Buggy.

— Ah, ya te recordé...— Soltó una risita—Eres la niña de Arlong ¿Qué te trae por aquí, lindura?

Rodaste los ojos al escuchar tal apodo. No podía escucharse peor.

— No lo se ¿Por tu nariz tal vez? — Un dejo de sarcasmo lo hizo salir de sus pensamientos y apretar los puños sobre los posa brazos de su trono.

— ¡Solo responde, mujer! 

— Ya, es muy obvio — Te acercaste a pasos cortos hacía él hasta quedar nariz con nariz roja — Arlong quiere verte, más específicamente que te lleve a Arlong Park. No sé que hiciste, payasito, pero algo lo tiene enojado.

— ¿Qué te hace pensar que iré a ver a ese tarado? 

— Sabía que te negarías, obviamente, es por eso que me obligo a llevarte por la fuerza.

Él rio roncamente, lo suficientemente fuerte como para que las personas presentes lo escuchasen con claridad.

— Hay que ser muy idiota como para enfrentarse a mí sabiendo que perderá, mocosa. — Se puso de pie haciéndote frente y burlándose notablemente de ti.

 — ¿¡Como me llamaste, pelo chicle!? — Exclamaste, poniéndote de puntillas para poder alcanzar su rostro.

Buggy te miró de pies a cabeza y sonrió de lado, inclinándose levemente. Puso ambas manos en tus hombros y te dio palmaditas. El tipo era bipolar, seguro. Hiciste una mueca y alejaste tu rostro del suyo, evitando cruzar miradas debido a que te ponía algo incomoda.

— Tienes un bonito rostro como para ser tan enojona.

— Y tú una bonita nariz — Pusiste ambas manos en tu cintura y sonreíste con superioridad.

Que mala elección de palabras.

Los dedos de Buggy se apretaron alrededor de la fina y delicada piel de tus hombros y sus dientes fueron apretados con ira. Sus ojos por otro lado te fulminaban con la mirada y amenazaban con ponerte la mano encima si volvías a opinar sobre su nariz.

— ¡Deja de burlarte de mi nariz! ¡Ahg! — Se dio vuelta y pegó una patada al aire con los puños apretados, tratando de respirar con calma.

La tenue luz sobre ti ahora se posó en él y su eminente rabia contra ti. Su cabeza se movió de un lado a otro, sacudiendo la decoración en los costados de su sombrero de capitán y sus manos apoyadas sobre su cintura, ejerciendo una leve presión contra él.

Toda tu atención ahora estaba fija en su espalda y la probable rabieta que hacía en su mente. La espesura de tu cabello se alzó gracias a tus manos y fue recogido con una goma, permitiendo que algunos mechones cayeran en tu frente y el resto estuviese bien organizado.

El sonido de un suspiro proveniente de ti llamó la atención de Buggy y le hizo girar de nuevo, contemplando como tu espada era sacada de su funda, lista para ser usada como se debía y precisamente contra él.

— Así que vas en serio... — No pudo evitar murmurar.

— No tengo tiempo para ver como haces una rabieta solo porque dije algo sobre tu nariz, así que...Comencemos —  Lo desafiaste de frente y sonreíste.

— Pero yo no quiero lastimar a una cosita linda como tú. — Hizo un puchero falso y dio una vuelta sobre su propio eje extendiendo las manos — Damas y caballeros — Una macabra risa escapó de lo más profundo de su garganta tras haber proferido aquellas palabras — ¡les voy a dar el maravilloso derecho de divertirse con nuestro nuevo acto principal! ¿Quién dice "Yo"?

Giraste tu cabeza a cada lado de la carpa donde las personas yacían en sus puestos con aquella cadena en sus pies, con las palabras atrapadas en la garganta. No es que no pudieran, o bueno, habían pocas probabilidades de que pudieran vencerte, pero también; no querían 

Una voz rompió el eterno silencio entre cada uno de ustedes, dejándole algo bien en claro a Buggy.

— No vamos a hacerlo.

El de cabellera azul sonrió.

— ¿Qué dijiste?

— Que no vamos a hacerlo. No podemos simplemente irnos contra la chica — Te señaló—  no golpearemos a una mujer. — Cuando completo su oración volvió a quedarse callado.

El payaso miró hacía abajo y negó con la cabeza mientras aún conservaba esa autentica sonrisa suya.

— Por eso dicen que tienes que hacer las cosas por ti mismo. Claro.

— ¿Qué? ¿Acaso no quieres pelear conmigo porque te da miedo? — Soltaste una risita.

— Para nada. Adelante, continua. — Se quedó de pie con total tranquilidad a esperar que lo atacases. 

Eso fue un poquito raro.

Tu mano se aferró con fuerza al mango de la espada que sostenías, tus pies tomaron impulso y dejaron el polvo cuando comenzaste a correr hacía él a la velocidad que tus piernas te permitían. Doblaste el codo estando cerca de él y la afilada hoja del arma se colocó al costado de su estomago, donde le harías un corte por la mitad rápido y fácil.

Recto, simétrico, perfecto.

Abriste tus ojos en busca de lo que sería tu victoria y poder decir que había sido fácil. Sin embargo, lo que viste te dejo desconcertada. Se había separado, sí, pero...Estaba extrañamente en buenas condiciones y mirándote con burla. No había sangre y tampoco una expresión de dolor.

Sentiste tu pulso acelerarse y tus ojos abrirse como platos, un jadeo abandonó tu boca. La misma estúpida risa resonó en tus oídos y la confusión apoderándose de tu sistema sin saber que hacer. Dejaste escapar el aire que estabas conteniendo y te apartaste un paso con lentitud, mirándole a la cara.

— Sorpresa, niña.

Que carajos.

— ¿Q-Qué acabas de hacer, payaso?

— ¿Acaso Arlong nunca te lo dijo? — Volvió a unirse y acortó su distancia otra vez. — Sobre las frutas del diablo...

Aquellas palabras te hicieron abrir los ojos. Claro. Habías hablado con Arlong sobre ese tema debido a tu curiosidad por las frutas, pero no lo habías recordado y mucho menos imaginado que te encontrarías con un usuario. Con que a eso se refería con que no ibas a matarlo al momento de cortarle la cabeza. Menudo cabrón.

Al parecer eso iba a ser más complicado ahora.

— Yo, Buggy el payaso estrella, me comí la fruta parte parte. — Susurró — Ahora todo tiene lógica en tu cabecita ¿No?

— Joder...

— Oww ¿Que pasa? ¿Ahora te muestras asustadita, pequeña? 

Jodido payaso.