❝Do I Wanna Know?❞ |Buggy| Live Action| EDITANDO

[05]

POV; Narradora.

— ¡¿Ya es de noche?!

El payaso asintió.

Te diste vuelta, mirándole todavía parado en la entrada a la carpa. Habías salido cuando te entregó la espada y lo primero que viste fue la luz de luna y el cielo oscurecido. Hiciste un pequeño sonido de queja y caminaste hasta él, colocándote de puntillas.

— ¿Podemos...Quedarnos aquí hasta que amanezca? — Murmuraste.

— ¿Te da miedo o algo? — Miró hacía abajo, notando como hacías un esfuerzo por alcanzar su rostro con tus pies de esa forma.

— ¿Eh? No. — Hiciste una mueca, negando con la cabeza.

— Pensé que si, a lo mejor porque con tu tamaño si una bestia te come le quedarías en un diente.

— ¡¿Acabas de llamarme enana?!

— Sí.

La diferencia de altura era notable. Buggy tenía piernas largas, tu cuerpo se veía pequeño e indefenso cuando estaba tan cerca. Mucho más cuando se inclinaba y te miraba fijamente con aquella sonrisa pintada de rojo.

Apretaste los labios — Voy a dejarla pasar porque te he dicho narizón antes — Suspiraste.

Buggy soltó una risita y se apartó de una zancada, negando con la cabeza e inspirando el aire del ambiente con profundidad.

— ¿Dejarla pasar? Claro, como si pudieras hacerme daño alguno.

— ¿Crees que no puedo? — Volviste a tu altura normal y pusiste las manos en tu cintura.

— ¡Una simple niña como tú no puede vencer al gran Buggy el payaso! — Exclamó con orgullo — Soy valiente, guapo, inteligente y sexy y TÚ — Te señaló — Eres solo una mocosa que necesita aprender de modales.

— ¡Ja! Mira quien habla — Rodaste los ojos y comenzaste a caminar, pasándolo de largo para poder entrar en la carpa de nueva cuenta. — Payaso miedoso... — Murmuraste.

— Oh, bueno, entonces podemos ir con Arlong de una vez si no te molesta.

—  ¡Qué no! — Diste media vuelta y exclamaste.

— Niña asustadiza. — Rio.

— ¿Ah si? ¿Quién es el que le tiene miedo a Arlong aquí?  — Te cruzaste de brazos y esperaste una respuesta de su parte, aun así, lo único que viste fue como miraba hacía otro lado y se hacía el que no escuchó nada.

— Eso pensé. —  Entraste en su humilde morada y desapareciste de su vista. 

Él volvió la cabeza a ti y posteriormente miró al estrellado cielo que le acompañaba cuando le dejaste solo. Decidió quedarse sentado en el piso, tomando un pequeño momento de relajación, solo para él. Suspiró. Maldijo mentalmente por haberse dejado ganar y ceder ante tu petición siendo lo que el llama "Una pececito insignificante que apareció de la nada para pelear conmigo" y "Una niña tonta" 

Pero había algo que suavizaba su expresión a pesar de todo. El silencio. Ese tan satisfactorio silencio en el que el único sonido era su respiración y tal vez cualquier otro ruidito. Pero se vio interrumpido por un pensamiento que invadió su mente ¿Qué estarás haciendo ahora? Miró de reojo en dirección al interior de su propiedad y el grito que soltaste le llamó demasiado la atención.

— ¡Que pasada! — Provino de ti — ¡tienes hasta palomitas aquí!

Buggy rodó los ojos. Vaya que si te comportabas como una niña.