❝Do I Wanna Know?❞ |Buggy| Live Action| EDITANDO

[18]

<<El monte everest no tiene nada contra mí, porque estoy en la cima del mundo.>>

POV;T/N

— Cocoyasi. — Miré al sombrero de paja — Llegamos.

Habían seguido mis indicaciones desde que bajamos del Merry, llegando finalmente a Cocoyasi Village, el pequeño pueblo de pocos recursos donde encontraríamos lo que estaban buscando. Caminé fielmente junto a Sanji, teniendo a Suki del otro lado y a Zoro delante. 

Tiembla Britney Spears, que esta seguridad eh.

Sanji intentó agarrarme la mano para mantenerme cerca, según él, cualquier cosa podría pasar, por lo que era mejor "mantener a una dama segura". Sin embargo, me soltó cuando escuchó la voz de Buggy amenazarlo. 

— No la toques. 

— Eso nunca lo había visto. — Y luego, la voz de Zoro nos hizo prestar atención. 

— Pues no creo que hayan tenido intención de construir una casa al revés — Señalé la chozita — La gente es rara pero no tanto. Lo hizo Arlong — Puntualicé.

— Oigan ¿Y si vuelvo para que el Merry este seguro? — Lo miré de reojo y solté una pequeña carcajada. 

Se estaba meando encima. Aunque por una parte lo entiendo, enserio que sí :(

— Tiene razón — Dijo Luffy — Arlong hizo esto.

— ¡Oigan, sombreros de caca! — Pegué un respingo al oírlo, había olvidado que estaba ahí con tanto silencio — Estamos de acuerdo con que Arlong es malo ¿Por que no mejor dejan de hacer estupideces y me devuelven mi cuerpo? 

— Ya payaso, cállate. — Habló Sanji, con una notable molestia en el tono de voz que usó.

¿Por qué les irrita tanto mi conchudo? A mí me parece que habla de manera moderada, de vez en cuando. 

— ¿O que? ¿Me vas a preparar un soufflé? 

Plim plim truco.

Sanji suspiró ruidosamente, descolgándose la bolsa y ofreciéndole a Usopp.

— ¿Te lo puedo dar un rato? 

— Al nuevo le toca cargar al payaso.

¡Yo! Yo si quiero. 

Estiré mis brazos hacía el rubio, apretando los labios y asintiendo, dándole la seguridad de que conmigo estaría bien. Es Buggy, yo puedo soportarlo mucho mejor que cualquiera de ellos. Tomé la bolsa y la colgué en mi brazo, metiéndome las manos a los bolsillos del pantalón.

— ¡Hola, mi niña!

Solté un suspiro y sonreí levemente, tocándome el corazón mentalmente. ¿En que momento? ¿En que momento me volví tan sensible con el payaso?

¿Será que si me gusta o estoy empezando a ovular?

— ¿Ya nos podemos ir? — Preguntó.

— La paciencia es una virtud, Buggy — ¿De cuando acá yo tan sabia?

Escuchamos unas voces conforme nos fuimos acercando, cosa que los incitó a seguir caminando hacía allá en busca de pistas para saber de Nami, encontrándonos con una multitud que prestaba atención a aquel hombre con cicatrices en el rostro. Me era imposible olvidar esa cara, mucho más cuando era a mí a quien Arlong mandaba para recibir el tributo de esta aldea.

Aparté la mirada cuando sentí la de ellos sobre mí, carraspeando la garganta para ignorar el hecho de que no podía negar que, a pesar de todo, me sentía de una manera extraña cada vez que los veía. Sabía que no me querían cerca, tanto a mí, como a Nami.