❝Do I Wanna Know?❞ |Buggy| Live Action| EDITANDO

[Pasado]

Como dice el título.

En esta parte presento meramente el día en que T/N conoció a Arlong.

La verdad no me gustó mucho como quedó, sentí que faltaron cosas, pero ojala les guste :]

[...]

POV; T/N

— Mamá, mi padre es malo ¿Verdad?

Aquella pregunta la tomó desprevenida, sin saber que responder, o bien, sabiendo perfectamente la respuesta pero sin querer decirla.

Acarició mi cabello una vez más y sonrió levemente, con duda. 

— No, tu papá no es malo. Solo... — Hizo una pausa, suspirando — Qué a veces se enoja porque llega cansado de trabajar ¿Sabes? No es muy fácil tener que estar todo el día fuera de casa.

Nah, sabía que no era eso, pero solo tenía que creerle. Era una simple niña, con muchas dudas en su cabeza. Dudas que quizá nadie sabría responder.

— Pero ¿Por que desquitarse contigo?

No quiso responder, no lo sabía y prefería quedarse callada. Comprendía, así que guardé silencio.

— ¿Puedes dormir conmigo hoy? Sin...Sin ver a papá cuando llegué del trabajo.

Ella puso su mirada fija en mí, interrogante.

— ¿Por qué? Tienes que saludarlo, sabes lo que te he dicho.

— Es que no quiero que te vea, porque cuando te acercas o haces algo mal, grita mucho. No me gusta. 

Cuando él llegaba, la paz se terminaba. Cuando mamá se acercaba a su cuerpo cansado para atenderlo, la empujaba o hacía a un lado mientras maldecía en voz baja.

— Así que, mejor que simplemente vaya a su habitación y se duerma. Así esta mejor. — Era un plan un tanto estúpido pero bueno para mí en aquel tiempo — Entonces quédate aquí, conmigo.

Ella soltó una risita, una de esas que no había escuchado en bastante tiempo por culpa de las preocupaciones o problemas que suelen apoderarse la mente de la gente. Sonreí al verla y corrí a mi cómoda y suave cama, inundada de almohadas.

— Aquí — Palmeé las sábanas.

— Esta bien, tú ganas. 

Vino a mí con tranquilidad, tomando asiento a mi lado a la par que tomaba un libro de mi mesita de noche. Era uno de piratas. Algo que ella sabía a la perfección es que amaba las historias de piratas.

— ¿Quieres este? 

Muchos dirían que ya estaba grande para que me leyeran un cuento, pero en realidad, me encantaban.

— Esta bien. 

— Creí que dirías que no. — Se rio. 

— ¿Y por que? Que haya cumplido 12 no significa que me hallan dejado de gustar. Además, necesito leerlos.

— ¿A sí? ¿Por qué?

— Porque cuando crezca, voy a ser un pirata.

Al principio, a mi madre no le gustaba la idea de que me convirtiera en pirata, porque, como a cada madre, le gustaría que su hijo estuviese alejado de los peligros. Pero ser pirata, implicaba demasiados.

— ¿Todavía quieres ser un pirata?

— Sip.

— Tendrás una recompensa alta, seguro.