Capítulo dieciocho

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Sungyeol estaba a segundos de atacar al beta, pero en un solo pestañeo, un fuerte aullido y desgarrador lo hizo quedarse inmóvil.


El olor a sangre se impregnó en el aire y la mirada feroz del alfa pelirrubio se encontró con Sejoo siendo aplastado por el otro lobo, pero el miedo le recorrió por todo el cuerpo a Sungyeol cuando notó que ninguno parecía estar respirando.

¿Qué demonios sucedió?

El menor de los Park corrió desesperado hasta ambos lobos y tomó al gris con sus afilados dientes del lomo, arrojándolo hacia un lado sin cuidado.

Cuando vio que Sejoo ni siquiera reaccionó cuando fue liberado del peso del otro, Sungyeol comenzó a empujar su hocico la cabeza de su hermano, tratando que despertara. Lo intentó varias veces más, pero los gemidos tristes salieron inconscientemente de él, cuando ni siquiera eso parecía funcionar.

El alfa pelirrubio dejó escapar un aullido triste y desgarrador, mientras se tiraba al lado de su adorado hermano.

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El omega entró al estudio con pasos torpes y no dijo más nada que tomar temblorosamente la mano de Chanhyuk, para tirar de él y arrastrarlo hacia fuera.

— Baek, ¿qué sucede, cielo? ¿A dónde me llevas?— El pequeño soltó puros balbuceos, mientras seguía guiando al pelirrojo.

Baekhyun, detente. — La voz dominante del líder Park se escuchó detrás de ellos y el omega detuvo sus pasos, pero un fuerte sollozó salió de sus labios. Chanyeol caminó a pasos agigantados y se puso frente a su pareja, tomando su barbilla para ver su cara.

La mandíbula del alfa mayor se tensó y un jadeó salió de la boca del pelirrojo. Chanhyuk no había notado los moretones en el rostro del más joven mientras era llevado de la mano.

— Chan-Channie. — El labio del pequeño tembló. — Sejoo, Sungyeol... Junho...

— Ese hijo de puta. — Chanyeol exclamó furioso, dándose media vuelta, para correr hacia el jardín. Chanhyuk lo siguió y Baekhyun intento seguirlos a su ritmo, pero ellos eran más rápidos.

El alfa Byun los persiguió a una distancia prudente, teniendo un mal presentimiento con todo aquello.

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— Oh, Dios mío, no, no, no. — Baekhyun gritó agarrándose el cabello entre sus dedos y cayendo de rodillas cuando vio a los dos grandes lobos en el jardín sobre el verde césped.

Chanhyuk corrió hasta su lado, abrazándolo y susurrándole palabras reconfortantes.

— Sh, tranquilo, mi cielo. Ellos están bien. — El pelirrojo trató de calmarlo. Baekhyun sacudió su cabeza con fuerza.

— Deja de mentir. — Lloriqueó el omega. — Él... Sejoo...

Chanyeol estaba analizando el daños en los lobos negros y soltó un suspiro aliviado cuando notó la respiraciones en ambos. Estaban bien, sus hermanos estaban vivos. Luego, volteó hacia el libro gris y se acercó para revisarlo, viendo la herida mortal en su cuello.

Se dio media vuelta para ir a ver a sus hermanos y un gruñido bajo salió de Sungyeol.

— A mi no me gruñas, imbécil. — Chanyeol lo retó, arrodillándose a un costado y empujándolo, para poder revisar mejor a Sejoo. — Él está bien, un par de heridas aquí y allá, pero lo importante es que está vivo.

FILLED OF HIS ALPHAS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora