No Es Imposible [ABDL]

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Lautaro siempre fue considerado un futuro científico o miembro de la nasa, esto dado a que el niño a su corta edad de seis años era un genio en las matemáticas, ciencias e idiomas mucho más que cualquier adulto o adolescente.

Además, también era muy observador, por ende, llego a notar que sus padres tenían otro tipo de relación detrás del matrimonio tradicional. Para empezar, notaba que su padre era muy maltratado por sus abuelos, se solía ocultar detrás de algún mueble mientras escuchaba como su abuelo paterno le llamaba a su hijo “maricon” o “inmaduro” y entre otros apodos no muy bonitos, mientras su progenitor solo soltaba llantos y le rogaba que parara sin parar de pedir perdón como si hubiese cometido un crimen.

También le gritaba que lo único que tenia de bueno de tenerlo como hijo era que se había casado con una mujer de la clase alta. Pues sí, la familia paterna de Lautaro era pobre, mientras que la materna rica.

Por esa razón el niño había comenzado a analizar más el matrimonio de sus padres, notando que trataban al frente de él y de la demás gente que solamente eran marido y mujer. Pero ya dentro de la casa su mamá trataba a su papá como si este fuera un niño pequeño, llamándolo con apodos como “mi bebito lindo” o “pequeñín” con un tono muy infantil, todo esto lo hacían mientras a él lo ponían a jugar o a ver caricaturas pensando que su atención estaría centrada en ello y no en su peculiar comportamiento.

En ese momento estaba en la habitación de sus abuelos mirando fijamente el televisor a las doce de la media noche, sabiendo que Ezequiel (su padre) estaba fuera de la ciudad en un viaje de negocios y Helen (su madre) había viajado a Europa con sus amigas. Había quedado al cuidado de sus abuelos paternos, y como estos eran despistados y poco responsables ya que habían salido pensando que estaba dormido, aprovecho para hacerse unas palomitas y colarse en la habitación a ver una película de terror, si, era muy joven para ese tipo de contenido, pero le gustaba, las caricaturas le parecían aburridas.

De repente sintió unos pasos acercarse y enseguida tomo el control para apagar la TV, pero hubo un problema, no funcionaba, se había quedado sin pilas. Entro en pánico por un momento pensando que si lo pillaban tremendo regaño que le iban a pegar.

Golpeo su frente dándose cuenta que simplemente debía desconectar el televisor y esconderse detrás de algún mueble, se bajó de la gran cama y cuando ya lo había desconectado, la puerta se abrió agresivamente.

─ No me la creo, Ezequiel ─era la voz de su abuelo, sonaba más molesto de lo normal, él niño se extrañó al escuchar el nombre de su padre─ no podías ser más ridículo, ¡sobre todo repugnante y asqueroso!

─ Pa-papi… puedo expli- ─Lautaro se exalto escondido detrás de un mueble cuando sonó una fuerte cachetada después de oír la voz quebradiza de su progenitor─

─ ¡¿Cuántas putas veces tengo que decirte que no me llames “papi” como si fueras un crio?! ¡tienes 26 años por Dios! ─el niño sintió un escalofrió, ¿Por qué su abuelo trataba así a su papá? ─

─ Eres más que una vergüenza ─ahora escucho a su abuela─ yo parí a un hombre maduro para que fuera un buen esposo y padre, ¡¿y resulta que te encontramos con un pañal puesto y tomando leche de un puto biberón como si fueras un enfermo mental?! ¡¿te has puesto a pensar que dirá tu hijo y toda la familia de tu mujer de ti y de nosotros?!

─ Yo-yo… ─Ezequiel había empezado a llorar sin poder evitarlo, tales palabras lo habían destrozado─

Lautaro sentía que su cabeza iba a estallar, ¿su papá usaba cosas de bebés a escondidas? ¿a eso se debía el comportamiento que tenía con su mamá? ¿será que ella lo cuidaba a él como a un bebé a escondidas? Tenía miles y millones de dudas. Pero también se preguntó en porque sus abuelos trataban así a Ezequiel solo por eso, ósea, le parecía que esos gustos de su progenitor eran un tanto extraños, pero no le hacía daño a nadie como para que lo maltrataran de esa manera.