Me metí en medio de la pista y me dejé llevar porel ritmo de la música. No sé si mis amigas me siguieron, tampoco importaba.Solo estábamos la música y yo. Dejé mi mente en blanco y solo me moví. Supe queLucia y Laura me habían seguido cuando oí su risa por encima de la música, perotampoco las presté atención, necesitaba olvidar donde estaba y quién estabaallí. Ella ya me perseguía demasiado en mis pensamientos de día y en mis sueñosde noche. Así que cerré los ojos con más fuerza.
Me sobresalté levemente cuando unas manos se posaron en mis caderas y un cuerpo firme pegado a mi espalda se empezó a mover a la par. En mi fuero interno deseé que fuese Poché, pero sabía que no lo era. No había esa sensación de cosquilleo como cuando está cerca ni mi corazón, que parece que se ha convertido en un radar, no está como loco. Pero igualmente me dejé llevar. Necesito sacármelo de mi sistema y como se dice: un clavo saca a otro clavo.
No sé cuánto tiempo estuvimos moviéndonos al ritmo de la música, pero no me atreví a girarme y verle la cara. Hasta que el cosquilleo del demonio empezó. Ella me estaba mirando. Lo sé. Lo siento. Eso medio la valentía para girarme. Me encontré cara a cara con unos ojos azules claros. El chico no estaba mal, con tacones teníamos la misma estatura y su cuerpo no está nada mal. Atractivo.
Pero detrás de él pude ver a Poché, que sigue rodeado de busconas y me miraba fijamente.
Me costó, pero le ignoré y me concentré en Ojos Azules. Él me sonrió de medio lado y yo se lo devolví. Sus manos me apretaron más y yo me dejé llevar. Su cabeza descendió y tampoco le paré. Cuando sus labios tocaron los míos no fue un primer beso lento, sino que el hombre iba a por lo que quería. Pero, aunque hay que reconocer que el chico besa bien y sabía a vodka, no sentí nada. Y mientras, no me pude resistir y mirar a Poché. Nuestros ojos conectados y su cara se endureció y aún con la distancia que nos separaba supe que estaba cabreada. Pero no se movió, no hizo nada. Como una estatua de mármol, que contempla su alrededor sin poder hacer nada, aunque en este caso creo que tampoco quiere.
No sé si tendré algo mal en mí, pero esto de que me estuviera mirando cómo me besaba con otro y saber que eso le cabrea, me hace sentir poderosa. Saber que siente más por mí que lo que deja ver. Pero al final vi como dejaba de un golpe la copa que sujetaba y se marchaba hecho una fiera. En vez de apartar a Ojos Azules, seguí besándolo, sin pensarlo, porque mi cabeza estaba en otra parte, con otro.
Cuando nos separamos, él tenía el pulso mucho más acelerado que el mío. Supe por su mirada que él esperaba que esta noche acabase en algo más. Pero hay una gran diferencia entre besar en un bar y hacerlo en la soledad de mi habitación. Así que le dejé en medio de la pista diciéndole que aquí se acababa todo. Pensará que soy una calienta braguetas y me da igual.
Me puse a buscar a mis amigas, pero ninguna estaba, así que decidí ir a fuera y toma un poco el aire. Al salir, mi móvil empezó a vibrar cuando tuve otra vez cobertura. Eran mensajes de mis amigas.
"HEY! Nos vamos a casa. No hagas nada que yo no haría ;). Lucia"
"Si te acuerdas de nosotras y no nos ves. Note asustes. Estamos en casa sana y salvas. Y muy solas. Diviértete. Lala."
Mientras leía los mensajes, una mano me agarró fuertemente del brazo. Mi pulso se puso como loco y quise gritar, pero sólo conseguí abrir la boca.
-No grites - dijo la voz cabreada.
Después de que mi corazón dejase de latir tan rápido, sentí el cosquilleo. Poché.

ESTÁS LEYENDO
TUYA
FanfictionEsto es lo que pasa cuando una mujer se hace cargo de un Gimnasio de boxeo. Daniela Calle nos demostrara que es dificil pero no imposible, aunque a todos no les parezca. Poche gip Adaptacion Caché Historia real "Soy tuya" de (EstherR4)