Parte 14

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¡Maldita sea! Ha pasado una hora y todavía siento su sabor en los labios. Me coloco algunos mechones ya secos de la ducha fría detrás de las orejas y me intento volver a concentrar en el papeleo y las cartas. Pero por desgracia las malas costumbres no se pierden y alguien golpea contra la pared la puerta del despacho. Levanto la cabeza para fulminar a quien se haya atrevido, pero me quedo insegura. Mi padre estaba cubriendo el vano dela puerta, con expresión que utilizaba cuando estaba sobre un ring y frente de un adversario; con la revista dónde Poché y yo somos portada.

-Pa... te lo puedo explicar...

-Será mejor que sea una buena excusa, Daniela Calle - estaba en problemas, me había llamado por mi nombre completo y el apellido - para no habérmelo contado ayer... ¡Hasta preparé mi sándwich especial...

-Verás, pa...

-Ella y yo queríamos mantenerlo en secreto lo máximo posible - intervino Poché de la nada detrás de mi padre. Aunque yo estaba pensando en contarle la verdad.

-¿Por qué no entran y lo hablamos en privado? - dije levantándome y por suerte me hicieron caso yambos entraron y luego cerraron la puerta.

-Explicarme - dijo mi padre mirando de uno a otro fijamente.

-No queríamos dar paso a cotilleos - dijo mientras se colocaba mi lado y me agarraba dela mano, y al momento miles de descargas recorrieron mi brazo - Y ya sabemos que muchas veces las paredes tienen oídos - dijo apretándome la mano levemente.

-Eso es, pa... además queríamos toda la intimidad posible, ni las terremotos lo saben. Todavía... - intenté mentir todo lo que pude - Así que cambia la cara...

-¿Qué caras quieres que ponga cuando me acabo de enterar de que mi hija está saliendo con ella? - dijo señalándola - Que no tengo nada contra ti, pero entiéndelo...

-No, no lo entiendo - dijo Poché soltándome la mano y cruzándose de brazos -. ¿Qué tengo de malo? Soy uno de los mejores luchadores que hay, igual que lo fue usted...

-Cierto. Y todo el mundo te conoce, a ti y a tus conquistas. Podrás ser un crack en el ring y caerme bien fuera de él... pero acostarte con mi hija...

-¡Papá - grité - no me estoy acostando con él!

-Soy viejo, no gilipollas - me contestó - y ahora déjame terminar. Esto no me gusta, no hasta que demuestres que no es otra de tus conquistas. Y para que yo lo crea, vas a tener que intentarlo duramente. Y por supuesto, hazla sufrir, aunque sea una lágrima, un segundo; y haré de tu vida un infierno, desearás no haberme conocido en tu puta vida, ¿te ha quedado claro?

-Sí, señor. Y para que creas, el otro día se la presenté a mi madre - dijo más relajado.

-¿No van muy deprisa?

-No hay quien te entienda, primero quieres que te demuestre que no soy otra de sus conquistas y ahora dices que vamos muy de prisa... - le dije.

-Solo quiero que te lo pienses bien antes determinar con un anillo en el dedo...

-¿Pero quién está hablando de bodas? - dije frustrada - Estamos saliendo para conocernos, no significa que vayamos directos al altar... ¡a lo mejor dentro de una semana ya ni estamos juntos!

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