Poché llamaría a la puerta de un momento a otro y yo todavía no tenía decidido que ponerme. ¿Cómo de formales son las fiestas de su madre? Porque antes, cuando todo era una falsa como que me daba más igual lo que pensase de mí. Pero ahora que las cosas han cambiado, quiero mejorar la primera impresión que tuvo. Aunque tengo claro que voy a ser yo misma.
Miré los vestidos esparcidos por mi cama. De una u otra forma tenían un toque clásico que nunca pasan de moda. Y todavía estaba observando cuando el timbre de la puerta sonó. Cogí la bata de seda y me la puse tapando el juego de lencería color champán. Bajé las escaleras rápidamente y abrí la puerta.
-Por mucho que a mí me guste - dijo mirándome de arriba abajo hambrientamente - no creo que sea lo apropiado para una fiesta...
Ésta irresistible. La chaqueta del traje negro de tres piezas le acentúa la amplitud de los hombros en contraste con sus caderas. El chaleco también era negro junto con la corbata, haciendo que el blanco de su camisa pareciese deslumbrante.
-No sé qué ponerme - dije sonrojada mientras le dejaba pasar y cerraba la puerta - Pero veo que es casi de etiqueta...
-¿No te lo dije?
-Obviamente no - dije mientras subía rápidamente de vuelta a mi dormitorio. Creo que tengo el vestido perfecto.
Estaba tan metida en recordar dónde coloqué el vestido que no me di cuenta del sonido de pasos siguiéndome. Entré en el vestidor de mi habitación y me puse a buscar. Cuando lo encontré no pude evitar una exclamación de alegría. Pero me quedé parada al salir y ver el cuerpo voluminoso de Poché sentado en mi cama, con la espalda en el cabecero y los vestidos que antes estaban allí, apartados. ¡Y yo que pensaba que mi cama era amplia! Su cuerpo ocupaba la mitad. Impresionante. Aun que lo último que necesito es tener una imagen de ella en mi cama.
-¿Qué haces? - pregunto cómo una tonta.
-Ponerme cómoda para esperarte - dijo obviamente.
Me volví para meterme otra vez en el cambiador.
-¿Dónde vas?
-¿A cambiarme?
-Hazlo aquí - demandó.
-Eh, no.
-No creo que tengas algo que no haya visto antes - rio.
Era una oferta muy tentadora, pero no es que el conjunto cubriese mucho, al contrario. El sujetador es más transparente que los normales y la parte de abajo un tanga de la misma tela. Aunque pensándolo bien, el único que puede acabar mal es ella, ¿no? Va a ser ella quien me vea lo más parecido a estar desnuda.
Así que sonreí mientras desataba la bata y la deje caer al suelo. Ella se acomodó más en mis almohadas con una sonrisa depredadora. Eso sí, no ocultó el bulto que se empezó a formar en sus pantalones. Pero hay una cosa en que no había caído: la sensación que producía en mí saber lo que provoco en ella y su mirada recorriéndome de arriba abajo. No pude evitar que mis pezones se notasen. Poché también lo notó.
Intenté concentrarme sólo en bajar la cremallera del vestido y evitar las ganas de tirarme en sus brazos y violarla. Me puse el vestido por los pies e intenté abrochármela yo misma, pero me era imposible.

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TUYA
Hayran KurguEsto es lo que pasa cuando una mujer se hace cargo de un Gimnasio de boxeo. Daniela Calle nos demostrara que es dificil pero no imposible, aunque a todos no les parezca. Poche gip Adaptacion Caché Historia real "Soy tuya" de (EstherR4)