Parte 3

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Con cada paso que daba hasta mi escritorio, la habitación parecía encoger. Su gran cuerpo musculoso se movía con gracia felina mientras su mirada estaba fija en mí.

-¿Quién cojones eres tú? Y ¿dónde está mi saco? - dijo cabreada con su voz tosca.

-Soy Dani, la nueva propietaria y como te has podido imaginar, "tu" saco se encuentra en la basura.

Sus ojos verdes como una aceituna se estrecharon.

-Vuelve a ponerlo en su sitio.

-Eh, no.

-Creo que no me has oído, no era una pregunta sino una...

-Orden - completé - Pero lo que pasa es que yo no acato ordenes de otros en MI gimnasio.

-Mi saco. Yo decido.

Hice todo mi esfuerzo por no decirle la frase de: "Nosotras parimos, nosotras decidimos".

-Mi gimnasio - dije mientras me levantaba y apoyaba mis puños en la mesa - mis reglas. No creo que sea tan difícil de entender.

Ella sólo se cabreo más, se dio la vuelta y salió cerrando de un portazo.

Por lo menos ha cerrado la puerta, aunque me da amí que esto no se ha quedado así. Y todo por un jodido sacó, ¡Un saco!, estos están como cabras con sus malditas manías y esas cosas... Mierda. Si es una de sus manías la he jodido. Pero después de que entrase exigiéndome como si ella fuese el amo del lugar, no puedo echarme para atrás o perderé el poco respeto que haya ganado. Y eso no. Así que volví a sentarme en la silla y cerré los ojos intentando relajarme.

Lo estaba consiguiendo cuando la puerta se volvió aabrir de un portazo. ¿¡Es que a todos les gustaba golpear mi puerta o qué!? Abrí un ojo tranquilamente para ver a la zopenca que me había interrumpido. Pero cuando vi a Poché ocupando todo el umbral con el saco viejo entre susbrazos, abrí Ambos ojos como platos. ¡¿WTF?!

-Mi saco - dijo posesiva antes de irse.

Dejé que mi cabeza cayese golpeando la mesa dolorosamente. ¿En qué casa de locos me he metido? Porque lo de esa chica no era normal, pero para nada.

-Jefa... - me llamo Johan. Elevé la cabeza para verle mientras me frotaba laparte dolorida - te dije que no era buena idea. Es muy posesiva con suscosas o con lo que cree suyo...

-Ya me he dado cuenta – resople - ¿Se puede saber que ha hecho con elsaco?

-Volverle a colgar y tirar el otro a la basura.

-¿¡QUÉ!? - me levanté de la silla para salir rápidamente por su lado. Pero antes de ir a ver a la maniática tengo que ir a ver a Bob.

Caminé rápidamente el pequeño pasillo.

-Bob, recoge el nuevo saco que Poché ha tirado y guárdalo.

-Esa loca bastarda - rio al escucharme.

-Por lo menos veo que a alguien le hace gracia - dije cabreándome - pero, ¡ve a por el jodidosaco!

-Sí, sí - contestó rápidamente y salió.

Y ahora a conversar con el otro. Me dirigí con pasos rápidos pero seguros donde Poché estaba golpeando el saco viejo.

-Poché - la llame, pero ella prefirió ignorarme - ¡POCHÉ! - le grite, pero nada.

Nadie me ignoraba, no señor. Cuando vi que iba a golpear otra vez, le di una patada al saco con todas mis fuerzas para que ella no pudiese golpearlo y lo conseguí. Ella se desequilibrio y yo tuve que pararel saco o si no me llevaría un buen moretón.

-¿Estás loca o qué? - me gritó.

-¿Qué hace esto aquí?

-Lo volví a colgar - dijo encogiéndose de hombros.

-¡No me digas! - dije exasperada - ¿Me puedes explicar el porqué de tanto cariño al saco?

-No te importa - dijo volviendo a golpear fuertemente el saco - ¿Por qué no vuelves atu despacho y sigues cotorreando por el móvil y así no te rompes una jodida uña?

-Y después me llamas loca a mí - le dije - ¡A mí! Yo que no soy la que va llorando por un maltrecho saco. ¿Te habla o algo? Porque si no, no me lo explico...

-Cállate de una vez, mujer - me ordenó la morena dejando de golpear -. Poreso no dejamos que una mujer pise el gimnasio, todas son unas...

-Ahora - le interrumpí - la que se debería callar eres tú. Además, deberíasir a mirarte el problemilla de tu obsesión co...

-Tú hablas - me interrumpió el esta vez - pero yo solo oigo blablablabla... -dijo mirándome con sus verdes oliva antes de girarse.

-¡NO TE VA...

-Blablablabla...

No me puedo creer que este teniendo esta conversación con una persona que se supone que es adulta y tiene buena cabeza... Solo de pensar en todo lo que me va a tocar a aguantar ya me duele lacabeza, ¡agh! Además de tener que soportar las risas de Lucia y Laura cuando se enteren, todo perfecto... Con un suspiro me gire para mi despecho y me dicuenta que un inquietante silencio reinaba en el gimnasio y que yo era el centro de toda la atención. Lo que me faltaba para mejorar el día.

-¡QUÉ COJONES MIRÁIS! ¿NO TENÉIS ALGO MEJOR QUE HACER? - dije mientras iba a grandes zancadas a mi despacho y cerraba la puerta de un gran golpe. A este paso la puerta no va a durar mucho.

Sabía que me iba a costar que los chicos confiaranen mí, pero no me esperan esto. Es tan surrealista... ¿Quién diría que una chicade 28-29 años sería tan inmadura? Yo no y menos que fuese un boxeador. Pero claro con mi mala suerte...

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