Epílogo

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5 años después.

Aunque ha pasado tiempo, todavía recuerdo con precisión ese funesto día en que casi muero. Pero el tiempo nos trata bien.

Al final, Lindsey, a la semana entró en la cárcel, aunque no duró mucho. No es que la soltasen, al contrario. No salió de allí convida. Se suicidó al mes de ingresar después de escribir una carta. En la que básicamente ponía que no podía soportar pensar que Poché estaba conmigo mientras ella se pudría en la cárcel. Todos nos sorprendimos ante la noticia. Aunque no era raro viniendo de una demente.

Por otro lado, Johan se despertó después de varios meses y por suerte sin ninguna secuela del accidente. Eso sí estaba muy demacrado y raro sin rapar, dejando ver su pelo cobrizo oscuro. Y como cabezón que era, a los pocos meses ya estaba subido a un ring luchando. Tanto se esforzó que a la siguiente temporada ascendió de categoría.

Mi relación con Nicole, la madre de Poché, cambio. Ella se sintió mal por lo que hizo la psicópata y fue a verme durante los días que estuve hospitalizada; y de allí surgió una buena relación. Eso sí todavía teníamos nuestros rifirrafes. Sobre todo por el trabajo de Poché. También por tontadas como mi vestuario que en su opinión estaba bastante carente de tonalidades rosas. En fin...

Y Lucia y Laura siguen siendo las mejores en su trabajo. Y aunque no conseguíamos vernos mucho, hablábamos casi todos los días, ya sea por llamadas a tres bandas o mensajes.

Pero ahora estoy feliz. Mi relación con Poché no podía ser mejor. Iba tan bien que hace dos años que somos esposas. Aunque también teníamos nuestras discusiones monumentales, pero lo mejor venía después, con la apasionada reconciliación. Y en una de ellas, pasó. Me quedé embarazada de dos revoltosos mellizos, Damián y Lara. Dos niños castaños, como yo, y con sus ojos verdes como su madre.

En resumen, somos pequeña familia; los abuelos: Nicole y German, las tías Laura y Lucia; el tío Johan, Y nosotros cuatro. Una pequeña familia de grandes personas, como demostraba el gran cuadro colgado en mi despacho de EL Tártaro, de la última foto que nos hicimos todos en Navidad.

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