Capítulo 9

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La mañana estaba tan calurosa como lo estuvo la noche anterior. Wooyoung despertó empapado en sudor y con el cuerpo adolorido, sin embargo, lo primero que notó fue la ausencia de otro cuerpo a su lado. Con eso se le espantó el sueño y la pereza, se incorporó de inmediato y se dio cuenta que Choi San no estaba ahí, y que su ropa estaba perfectamente doblada sobre la mesita de noche.

Todos los recuerdos de la noche anterior cayeron sobre él como una corriente de agua en la playa, que lo arrastraba hacia mar adentro y luego también el recordatorio de que ese era el día en que San se marchaba. Estuvo sentado en la cama por unos segundos, frotando sus ojos, tratando de despertar por completo para pensar mejor. Buscó su reloj de muñeca en la mesita y se alivió al ver que no era tan tarde, apenas eran las ocho de la mañana, pero ¿a dónde podrían haber ido tan temprano?

Salió de la habitación con el corazón acelerado, muy nervioso, temiendo que todos se hubiesen ido a poner el plan en marcha sin él, pero cuando llegó a la puerta de la habitación de su hermano y vio una notita pegada allí, empezó a calmarse.

"Woonie, baja al taller, les invito el desayuno hoy. Te guardaré lo mejor."

Siempre que su hermano y Yunho discutían, Mingi los reunía a todos y les preparaba una rica comida, todo esto para contentar a Yunho, y lo mismo hacía este cuando la situación era al revés, ya que con gente de por medio, sería más difícil que empezaran a pelear de nuevo. A toda prisa se bañó, se arregló y antes de irse buscó entre las cosas de su hermano alguna pastilla para el dolor muscular y se la tomó antes de salir, esperando que eso le ayudara a calmar el cansancio de su cuerpo.

El taller ya estaba abriendo, saludó a algunos señores de avanzada edad que se sentaban afuera para pedir dinero o simplemente esperando a que Jongho o Yunho les llevaran algo de comer, como acostumbraban a hacerlo. Seonghwa estaba en la entrada, asegurando la enorme puerta metálica justo cuando Wooyoung llegó corriendo hacia él para sorprenderlo con un beso en la mejilla.

── Uugh, sí, sí, buenos días, ya... quita. ── Se quejó el mayor, luchando por despegarse a Wooyoung, pero este ya se le había colgado encima y se rehusaba a soltarlo. Ambos entraron así; Seonghwa caminando como podía, y Wooyoung colgado de él, dejándose arrastrar hasta que sintió que el mayor podría dejarlo tirado en cualquier momento, entonces lo liberó y corrió hacia los demás.

── ¡Mangi-ah! ¿Qué me guardaste, hyung? ── Ahora era el turno de Mingi ser atacado por el menor, pero él ya tenía tolerancia para sus muestras de afecto, así que recibió su abrazo con gusto y le acercó un trocito de huevo cocido en un tenedor para que lo probara.

── ¿Bibimbap? ── Preguntó, aun masticando y tratando de ver lo que su hermano le servía. ── ¿Tú lo hiciste? ── Estaba incrédulo, el mayor no era diestro en la cocina y todo allí se veía inmaculado y olía muy rico, pero luego vio las bolsas de tienda y tuvo su respuesta.

── Lo compré en el puesto de la esquina, para que comiéramos algo muy rico.

── ¿Tan grave fue la pelea de anoche? ── Se burló el menor. Mingi se volteó a mirarle con reproche, pero su rostro enseguida mostró preocupación al fijarse en su hermano.

── Woonie... ¿Qué te pasó aquí? ¿Cómo te... hiciste eso? ── Sus manos ya estaban sobre él, sosteniendo su cabeza para que mirara hacia un lado, dejando su cuello expuesto mientras analizaba las marcas purpura en su piel. "Son como chupones, pero... No, Woonie no..." Mingi ya no sabía siquiera qué pensar.

Wooyoung se asustó, no tenía idea de qué era lo que su hermano veía en su cuello, así que se zafó de sus manos y fue hacia el espejito que colgaba en una de las columnas de soporte del taller.

𝙎𝙩𝙧𝙚𝙚𝙩 𝙁𝙞𝙜𝙝𝙩𝙚𝙧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora