Capítulo 40

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La primavera que recién llegaba, le dio a todo el barrio un nuevo aspecto. Las calles que durante el invierno se llenaron de nieve, volvían a mostrar el grisáceo color del asfalto y las aceras reverdecían una vez más; todo parecía brillar bajo una luz distinta, aunque en el corazón de algunos, el frío del invierno no se había desvanecido. Seis meses después de esa última y terrible pelea, algunas cosas habían cambiado en Ahyeon-dong, y sobre todo, en los chicos del taller.

Wooyoung quería caminar más rápido, pero con las muletas que se veía obligado a seguir usando, no podía ir a otro ritmo. Siempre había tenido paciencia para todo, pero después de aquella noche en el campo de tiro, una de las cosas que habían cambiado fue su actitud, la irascibilidad de su humor, como si la eterna risa que colgaba de sus labios estuviese cansada. Lo único que pudo aplacar su mal genio fue ver a la pequeña Misuk acercarse corriendo hacia donde estaba él, dando su caminata diaria por la mañana como le habían recomendado los sanadores para que no fuese a perder del todo la pierna.

── ¡Woo-woh! ── Le gritó a la distancia con su vocecita cristalina. Incluso la bebé era más rápida que él en ese estado, y justo detrás de ella venía Choi San, intentando alcanzarla antes de que pudiera caerse o peor.

── ¡Misukie! ── Respondió, sonando lo más alegre posible para ella. Le hubiese gustado agacharse para tomarla en brazos, pero no podía soltar las muletas, así que se conformó con dejar una caricia en su cabecita y dejarle abrazarse a su pierda, aunque rápidamente su atención pasó a las muletas. Le divertía verlo caminar con ellas, en su inocencia, pensaba que no era más que un juguete.

── Señorita, no vuelva a salir corriendo de esa forma, ¿Entendido? ── Le regañó San, llegando hasta ellos y tomando en brazos a la niña para que esta pudiera verlo a los ojos mientras le hablaba──. La calle es peligrosa, ya te lo hemos dicho.

Misuk se cruzó de brazos, haciendo un puchero como muestra de enojo, pues odiaba ser regañada o que le prohibieran hacer algo que ella quisiera. No era su culpa, pues, aunque Choi San trataba de educarla con disciplina y buenos modales, el resto de ellos complacía cualquier capricho que la niña tuviera, sobretodo los mayores; Seonghwa y Hongjoong, que eran los más alcahuetas con la menor. Jongho, en cambio, le daba cualquier tipo de ideas para que hiciera travesuras, y en secreto de San, Wooyoung también le seguía el juego.

La relación con Misuk empezó después del enfrentamiento con el señor Choi. Después de esa noche las cosas se habían dado de tal forma que la pequeña terminó en custodia de ellos, y San no dudó en adjudicarse el título y la responsabilidad de "guardián legal", aunque todavía se lo disputaba con Seonghwa, y Wooyoung seguía insistiendo en que era una locura. En broma le decía que él estaba muy joven para ser padre, por lo que Choi San tendría que ser un papá soltero. Lo cierto era que ninguno quería darle la espalda a la bebé, y ella se había acostumbrado tanto a la tía Park y a estar rodeada por ellos que, cuando Bangchan y su gente regresaron a su barrio, no dejaron que se la llevaran. Misuk pertenecía a Ahyeon-dong, se había convertido en la esperanza y en la alegría de todos ellos, algo a lo que aferrarse para seguir adelante con sus vidas y no pensar en lo que habían perdido. Además, habían prometido cuidarla bien y ahora tenían cómo hacerlo; podían cuidar de ella y de todos en ese barrio.

── No la regañes, Choi San. ¿Acaso es culpa suya que no cierren bien la puerta? ── Recriminó Wooyoung, dándole un golpe en la pierna a su novio con una de las muletas──. Ella solo quería saludarme, ¿Verdad, preciosa?

San se quejó por lo bajo por los maltratos de su compañero, pero aun así le acercó a la niña para que pudiese saludarla y contentarla después del regaño, logrando que olvidara rápido su pataleta de hacía un momento solo con un par de palabras bonitas.

𝙎𝙩𝙧𝙚𝙚𝙩 𝙁𝙞𝙜𝙝𝙩𝙚𝙧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora