- Entonces, tienes dos días para pagarme por esto, ¿entendido? _habla la mujer del mercado, dándole un préstamo de productos al pequeño castaño.
No era la primera vez que Jude hacía esto, iba a comprar algunas cosas y las pagaba con el dinero que tomaba de su madre, aunque el resultado siempre era terminar golpeado, prefería eso a ver a su hermana pasando hambre.
- Ten, llévate esto también _habla la anciana, dándole una caja de cereales con fruta.
- Pero no tengo dinero para eso _excusa apenado.
- No te lo voy a cobrar, es un regalo, seguro que a Vivien le gustan con leche _afirma para animar al niño.
Sabía casi todo de la situación que vivían los hermanos, desde que su padre los abandonó y su madre cayó en la adicción al alcohol.
Regresó más que contento a casa, pero vio la puerta entreabierta, Vivien no sería capaz de salir sola así que supo que su madre había vuelto, pero le había ordenado a su hermana que no se moviera del dormitorio, así que debía estar sana y salva, ¿o no?
Vio a su madre, cada vez mas demacrada, el cabello despeinado y una evidente borrachera. Aprovecho el estado de la misma, sabía que en ese caso, no notaría que le faltaba dinero y podría ahorrarse la golpiza, tomo lo suficiente para dos idas al mercado y arregló las compras en el refrigerador y subió a ver a su hermana.
La escuchó llorando en una esquina de la habitación, pensó que era por haber visto así a su madre, pero se equivocó, la ropa de verano de la niña, dejaban expuestos los moretones en sus brazos y piernas, una herida sangrante en la mano, causadas por el cristal que rompió, y por el cual fue castigada con brutalidad por su madre.
Jude la abrazó sin decir nada, llorando de impotencia, no estuvo ahí para defender a su hermana del monstruo que tenían por madre, prefería ser el quien aguantara el dolor con tal de ver bien a Vivien, pero no lo hizo.
Al otro día, Jude preparaba un par de huevos revueltos para el desayuno, subió a despertar a su hermana, notando que está se encontraba muy inquieta, respondía débilmente a su llamado, y al tocarle la frente, supo lo que pasaba.
Y así, aquel par de hermanos vivían el día a día, solo se tenían el uno al otro. Mientras su padre hacia su vida lejos y su madre se iba cada vez más, a su propio abismo.
Pero el dinero comenzó a faltar cuando la mujer fue despedida del trabajo, ni siquiera habían pasado dos meses desde la partida de su padre, cuando ambos pequeños ya no tenían de donde sacar para su sustento.
El poco dinero que la mujer ganaba vendiendo los muebles de su casa, lo gastaba en licor, Jude apenas podía tomar cantidades que no alcanzaban para una alimentación decente.
Y entonces ocurrió, la frustración de una adicta sin recursos para mantener su vicio, Jude era el único que sabía del nuevo romance de su madre con un hombre igual de enfermo que ella, pero quizás la mínima cordura, la limitaba a no llevarlo a su hogar, el niño los vio un día que volvía de la escuela con su hermana, pero prefirió callarselo para que ella no sufriera aún más.
Y lo que no paso en dos meses, pasó en dos minutos, la mujer tomó las pocas cosas que le quedaban en casa y en medio de copas, salió de su habitación sin intención de volver.
Los niños vieron el mismo patrón, y sabían lo que eso significaba.
Vivien abrazaba las piernas de su madre, rogándole que no los dejara, jurando por su vida que se portaria bien para no hacerla enojar. Jude trataba de detenerla, pero el esfuerzo de ambos pequeños fue inútil.
Y lo más doloroso, aquel día, la pequeña Vivien alcanzaba a su hermano en edad, ambos tenían 6 años, hasta dentro de unos meses que Jude cumpliría 7.
Su madre la abandonó el día de su cumpleaños.
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Dolor en la Sangre [Inazuma Eleven]
FanfictionJude y Vivien, un par de pequeños hermanos, hijos de un joven matrimonio. Afrontarán con dolor la soledad que el destino les preparó.