Capitulo 18

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Vivien recibió maravillosos regalos, todos le compraron cosas preciosas aquel día

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Vivien recibió maravillosos regalos, todos le compraron cosas preciosas aquel día.

- Mi niña... tenemos una sorpresa para tí _afirma Beatrice.

Se la llevaron a su habitación y le entregaron una caja larga y plana, hasta creyó que sería un libro.

- Muchas gracias, mamá y papá... ¿Qué será? _pregunta emocionada mientras quita la tapa. 

Al notará, vio tres sobres, aquello la confundió mucho, hasta que les dio la vuelta.

- No es posible... _susurra con los ojos brillando de la emoción. 

- Si que lo es _asiente la madre.

- No me digan que...

- Nos regresamos a Japón _anuncian ambos al unísono.

Las imágenes de su país natal atravesaron su mente en un segundo, Vivien estaba más que contenta, aunque le dolería separarse de la vida que ya tenía en París, Japón tenía algo que claramente no encontraría en ningún lado.

Se abrazaron y comentaron entre sonrisas los motivos de su mudanza.

- Papá consiguió una importante gerencia haya, nos permitirá tener una vida más cómoda _comenta la mayor_ ¿estas feliz?

- Claro... no digo que no seamos felices aquí pero... realmente me gustaría volver a Japón... tengo que encontrarlo _habla la pequeña, era obvio sobre a quien se refería. 

- Seguro que si, hija. Yo te acompañaré a voltear las piedras si hace falta _afirma la mayor, abrazándola. 

- Los quiero tanto _dice Vivien en medio del abrazo.

- Y nosotros a ti, hija _responde el padre.

Y días después, la familia Rosellini se encontraba sacando sus maletas de la casa.

- Te enviaje mensajes todos los días, no se te ocurra dejar de responder que tomo el primer vuelo que salga _habla Odille.

- Lo haré, prima _asiente mientras se abrazan.

- La desgracia cae sobre mi casa, se llevan a mi nieta y me dejan sola en mi agonía _exagera la abuela, realmente le había tomado mucho cariño a la niña.

- Mamá tú puedes venir a Japón cuando quieras _afirma Beatrice.

- No es lo mismo _dice seriamente.

Una despedida muy triste de parte de la familia, Vivien vio la casa en la que creció alejarse cada vez más, hasta perderla de vista. 

La idea de que cada segundo estaba más cerca de su hermano, la llenaba de vida. 

Sus padres se habían encargado de comprar una nueva casa antes de su llegada, una más grande que la que solían tener. 

- ¡Espero recordar las calles, ya vuelvo! _anuncia Vivien, saliendo del auto en cuanto se estacionaron en su nueva casa.

- ¿Vivien, a donde vas? _pregunta la madre alcanzando a su hija.

- Al horfanato, se me ocurrió que ellos deben saber donde vive Jude o al menos como se apellida, así puedo buscarlo _afirma.

- Mi niña, estuviste 7 años fuera y no conocías bien las calles aqui, podrías perderte _aconseja la mayor.

- Bueno, si, pero...

- Nada, desempaquemos un poco y luego nosotros mismos te llevaremos _propone con una sonrisa.

- Esta bien _asiente.

- Puedes ir arriba a elegir la habitación que quieras, mientras nosotros acomodamos los muebles en la sala _dice el padre.

- La del balcón es nuestra, así que no te atrevas _advierte la mujer, riendo.

- Lo siento, mamá, papá dijo que puedo elegir la que yo quiera _responde a modo de broma.

Los tres rieron ante aquello.  

La casa estaba literalmente vacía, les salía más barato comprar muebles nuevos que pagar el envío desde París, así que tomaron la primera opción, solo compraron lo básico para pasar la noche. Colchonetas infalibles. 

En menos de una hora y después de las suplicas de su hija, loa Rosellini regresaron a aquel lugar, ahora lucia más que bien, los barrotes levemente oxidados fueron sustituidos por muros firmes de concreto, la pintura vieja se veía de excelente calidad, incluso el jardín se veía más lleno de juegos que cuando ella era una niña.

- Parece que les ha ido bien, me alegro por los niños _comenta Beatrice.

Ambos padres temían que sus sospechas fueran ciertas, si Jude había sido adoptado ya no tenían ninguna esperanza, Vivien no tenía por qué saberlo pero otro de los motivos de su mudanza era que ahora que tenían más dinero, el trámite se les facilitaría para poderlo adoptar.  

Fueron recibidos por la directora del lugar, quien reconoció de inmediato a la niña. 

Pero al oír el motivo de la visita, se puso pálida como el hielo. Sin saber que decir.

- Pues verán... no puedo decirles donde esta tu hermano... por que no lo sé. Al cumplir los 12 años fue llevado a un horfanato adolescente de la cuidad y no sabemos a cual, de entre los tantos que hay y todos los niños que se han llevado...

¿Por que les mintió? Aquello no tenía sentido. 

Los ojos de Vivien se cristalizaron de inmediato.

- ¿Horfanato adolescente?

- ¿Horfanato adolescente?

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Dolor en la Sangre [Inazuma Eleven]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora