Micaela paseaba por el jardín, viendo a los niños jugando de lo lindo. Mientras Liliana se encargaba de perseguir a Michelle para que no hiciera una de las suyas.
Hasta que una inconfundible silueta se dejó ver a los pies de una pared.
- ¿Mirando el cielo otra vez? _pregunta mientras se sienta a su lado_ ¿Terminaste tus deberes?
Jude asintió en silencio, dejandole ver su libreta con las multiplicaciones resueltas.
- Eres un genio para las matemáticas, recuerdo que a tu edad yo detestaba esto _comenta para felicitarlo_ Bueno aunque en general, tienes un excelente nivel para tu edad.
- Gracias _responde antes de ver a la mayor, quería hablar_ Mis maestros me decían que si tenia buenas calificaciones, podría ir a una buena universidad... así podría tener un buen empleo y cuidar de mi hermana _comenta.
- Que deseo más noble _responde con una sonrisa.
- Si, pero ya no hace falta... _admite decaído.
Micaela entendió lo que quiso decir con eso, se acercó más para hacerle compañía.
- ¿Por que no vas a jugar con los demás? Escuché que se armará un equipo para este domingo, a tí te gusta a mucho el fútbol _propone.
- No tiene caso, nadie quiere a los chicos mayores... _niega.
Oír aquello, le rompía el corazón a cualquiera.
- No te dejes influenciar por Michael... él está triste por que aún no ha sido adoptado y...
- Y quizás nunca lo sea _completa fríamente_ Por eso quise que Vivien se fuera de aquí, al menos uno de nosotros tendrá una familia _admite evidentemente triste, pero alegre en el fondo.
- Créeme que si yo pudiera, seria yo quien te adopte, Jude... _finaliza abrazando al niño.
°◇°◇°◇°◇°◇°
- Esta me gusta mucho _responde la pequeña Vivien a la pregunta de su padre, señalando la muñeca.
- Nos llevamos esa, señorita _indica a la vendedora de la jugueteria.
Aquel domingo la familia había salido a comprar una nueva cafetera, el electrodoméstico predilecto del señor, pero ni siquiera ellos sabían como terminaron ahí.
- Muchas gracias, me encanta _agradece la menor, con su nuevo juguete en brazos.
Todo parecía ser un cuento de hadas, hasta que como cualquiera sueño, no podría durar para siempre.
- Bueno, es muy repentino, no teníamos planes de... _responde al teléfono, dejando hablar a la persona del la otra línea_ Si, comprendo pero tenemos asuntos que atender... _niega hasta que es interrumpida_ esta bien... si, estamos en contacto _finaliza antes de colgar.
Llevo una mano a su nuca, viéndose muy preocupada.
En eso, su esposo llegó.
- Era ella _indica, su esposa solo ponía es cara cuando se trataba de un asunto en particular.
- Igual de insistentes _asiente_ creo que esta vez ya no podremos darles largas...
- Es horrible, ¿tanto les cuesta esperar un poco más? _cuestiona algo enojado.
- Llevan esperando 7 años, querido _admite en un pesado suspiro.
- Pues que remedio... tendremos que llevarla y veamos que tal _asiente.
Su hija dormía plácidamente en su tibia cama, sin saber lo que pasaría pronto.
Al día siguiente ambos padres se dirigieron al horfanato, hacia un tiempo solicitaron que se iniciara un nuevo trámite para la adopción del hermano de Vivien, pero ahora las cosas cambiaban.
- ¿Tiene idea de lo mal que lo hace quedar esto, señor Rosellini? Estaba a punto de enviar su solicitud _reclama la mujer a cargo del horfanato.
- Le juro que no estaba en nuestros planes, señora Stanley, pero no tenemos opción _suplica la mujer.
La pareja le explicó la situación a la mujer, la cual comprendió el terrible motivo que obligaba al matrimonio a posponer los documentos para adoptar al miembro faltante en su familia.
- Visto de ese modo, descuiden, me encargaré de que su historial no sea manchado para que puedan retomarlo en un futuro, si lo desean _asiente la adulta mayor.
- Se lo agradecemos mucho, señora Stanley _asiente la mujer.
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Dolor en la Sangre [Inazuma Eleven]
FanfictionJude y Vivien, un par de pequeños hermanos, hijos de un joven matrimonio. Afrontarán con dolor la soledad que el destino les preparó.