- Así que Instituto Raimon _comenta la mujer tras oír la situación_ Tu padre se pondrá como loco con la idea.
- Podríamos ir a ver _propone la menor.
- Además le aseguro que Raimon no es como los otros Institutos de la cuidad, veras como te acaba gustando más que cualquier otro _afirma el castaño.
- ¿Así nada más? Tenemos que llamar y sacar una cita, Vivien _niega la adulta.
Mark vio a Nelly, y esta entendió la señal, aceptando darle gusto al chico.
- No es necesario, me presento, soy Nelly Raimon, mi padre es el presidente de la junta escolar, yo misma puedo encargarme de que se les dé la opción de conocer el Insituto hoy mismo _afirma orgullosa.
- Pues si la hija del presidente escolar nos invita... _dice la mayor_ Esta bien, podemos ir a ver, pero no te prometo nada.
¿Para que hacer la historia más larga? Giancarlo no estaba muy convencido del todo pero al ver lo bien que su hija miraba aquel colegio, no le quedó más remedio que darle gusto e inscribirla.
El próximo lunes iniciarían las clases, su madre la acompaño personalmente a comprar todo lo que le haría falta, desde el uniforme hasta los bolígrafos.
- Vaya día, estoy agotada _afirma Beatrice cayendo rendida sobre el sofa.
- Genial, no está en ningún lado _dice Vivien, buscando en cada bolsa.
- ¿El que? _pregunta la mayor.
- El estuche blanco _habla mientras continúa con su labor.
- Que extraño...
Buscaron en cada bolsa, pero fue inútil.
- Lo único que se me ocurre es que se quedó en el mostrador _afirma la adulta.
- Voy a buscarlo _propone emocionada.
- ¿Que dices, Vivien? Podrías perderte _niega_ Como te pasé algo, sabes que tu padre pondrá de cabeza a todo Japón... nos regresariamos a Francia de la vergüenza.
- Por favor, mamá. Me aprendí el camino de memoria, solo debo tomar el tren hasta el centro de la cuidad _suplica juntando sus manos.
- ¿No prefieres que vaya contigo? _pregunta angustiada.
- Mamá, ya no soy un bebé, por favor, será muy emocionante, mi primera salida sola _afirma.
Ambas guardaron silencio por un momento, Beatrice en realidad no podía negarse a aquellos ojitos qué le ponía su hija así que accedió.
- Pero si no regresas en una hora y media, verás la que se te arma _advierte antes de darle dinero.
- Eres la mejor, mamá, volveré rápido _se despide con un abrazo antes de ponerse los zapatos y salir de la casa.
Caminaba emocionada, recorriendo el mismo camino por el que habían venido.
Fue realmente divertido para ella, tomar el tren que parecía vencer a la velocidad del sonido, una vez en el centro comercial, encontró lo que había olvidado en el mostrador, la recepcionista la reconoció de inmediato y le entregó el producto en una pequeña bolsa con el logotipo de la tienda.
Al salir, vio que tenía mucho tiempo para regresar a casa y quiso aprovecharlo al máximo.
Beatrice por su parte, hacia el máximo esfuerzo de no marcar al teléfono de su hija pero cada vez le era más difícil, sabía que ya era hora de darle un poco de independencia.
Vivien compró un pastelillo para pasar el rato, se divirtió viendo los escaparates de las tiendas, pensando en que no podía ser la última vez que haría eso.
- Ese color es ideal, resalta tus ojos _comenta una chica, saliendo de una tienda junto a un pequeño grupo de amigos.
Vivien se encontraba viendo aquella vitrina cuando vio a aquellos chicos, reconociendo de inmediato a una silueta familiar.
Y más aún cuando escucho que lo llamaban por el mismo nombre.
- ¿Jude? _susurro más que emocionada.
Ni siquiera pensó en lo qué haría, solo siguió a su corazón.
- ¡Jude! _anuncia antes de lanzarce a abrazarlo.
El castaño se giró al oír su nombre, al igual que sus acompañantes, dos chicos y dos chicas. Ni siquiera tuvo tiempo de procesar nada, sintió aquel abrazo de forma muy sorpresiva.
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Dolor en la Sangre [Inazuma Eleven]
FanfictionJude y Vivien, un par de pequeños hermanos, hijos de un joven matrimonio. Afrontarán con dolor la soledad que el destino les preparó.