Dolor en la Sangre [Inazuma Eleven]

Capítulo 21

Al día siguiente, la familia se encontraba de visita en la prestigiosa Royal Academy.

- Necesito un mapa si me quedo aquí _comenta Vivien.

- No hay problema, contamos con una moderna aplicación para los estudiantes de nuevo ingreso, te ayudará a guiarte en todo momento _afirma el director mientras les da el recorrido.

Les hablaron de las grandes ventajas que tendría su hija al estudiar con ellos. 

- Es una idea agradable _afirma Jude, mientras caminaba con sus amigos hacia su clase de álgebra, hablando de sus planes para el fin de semana.

Estaban a tan pocos pasos, tan cerca que podían sentir algo extraño en ellos mismos.

Pero una puerta acabo con sus planes, justo al instante en que el grupo ingresó a su aula de clases, los Rosellini pasaron a un lado, ignorando aquel ademán del destino en hacer que los hermanos se reencuentren. 

Y básicamente así, tenían una lista de 4 posibles secundarias en las que Vivien estudiaría, y esta era la primera.

Salieron de ahí con la suficiente información como para ponerla en la cima de las demás opciones. 

Con todas del mismo modo, pero la joven aún no podía tomar una decisión, había algo que no terminaba de convencerla del todo.

Finalmente regresaban a casa, Vivien iba en el asiento de atrás escuchando música mientras su padre conducía.

Pero fue como si el destino llamara, sintió una sed brutal justo cuando pasaron cerca de una tienda de comestibles.

- ¿Papá, podría comprar algo de beber? _pregunta tranquilamente.

- ¿Quieres que te acompañe? _consulta Beatrice.

- No, gracias, solo comprare algo y salgo rápido _afirma mientras su padre le da un billete y se estaciona.

- ¡Ah, y también unos dulces de arroz, por favor! _pide un cliente, con una gran bolsa llena de golosinas. 

En su intento de sacar el dinero de su bolsillo, el balón que tenía en las manos se le escapo, yendo a chocar contra los pies de la rubia.

- Déjame ayudarte _habla mientras coloca la pelota sobre su carga.

- Muchas gracias, chica _sonríe el portador de tal objeto.

- No es nada _responde amablemente_ Con todo eso parece que tendrás una gran fiesta.

- Bueno, esta tienda es la mejor de la cuidad para comprar esto _afirma con una sonrisa_ ¿no lo crees?

- La verdad no lo sé, acabo de mudarme _admite. 

- Asi que eres nueva, pues mira yo me llamo Mark Evans, es un placer _se presenta tratando de no dejar caer sus compras.

- Encantada _responde del mismo modo_ Vivien Ros... _se presenta hasta que son interrumpidos.

- Ahí estas _llama alguien desde la puerta_ Llegas tarde al entrenamiento.

Aquella escena le causó algo de gracia a la joven rubia. 

- ¿Y quien eres tú? _pregunta la castaña al ver aquella reacción.

- Soy Vivien _asiente como una sonrisa.

- Nelly Raimon, ¿ustedes se conocen? _pregunta. 

- Hace unos instantes, Vivien acaba de llegar de... ¿de donde? _pregunta al notar que no conocía esa información.

- París _afirma.

- ¿Asi que eres francesa? Tienes muy marcado el acento _responde la ojimarron.

- No, que va. Soy japonesa, pero he vivido en Francia durante unos años _narra.

- ¿Y a que escuela vas? _pregunta el castaño.

- Aun no lo sé... La verdad estoy muy indecisa aunque no quiero decírselo a mis padres _admite agotada_ Me he pasado el día conociendo secundarias pero nada que me diga "Este es mi lugar", es raro pero siento que no la he encontrado aún.

- ¿Oye y por que me dices de nuestro instituto? _pregunta Evans.

Vivien leyó las letras en el uniforme que traía el chico.

- ¿Instituto Raimon? _pregunta.

Hizo memoria, la noche anterior su madre lo vio entre las opciones a las que fácilmente llegaría y volvería caminando, un viaje de aproximadamente 30 minutos. Pero lo que detuvo las oportunidades de dicho colegio era una sola cosa. 

- Mi padre rechaza por completo las escuelas de enseñanza públicas, dice que no tienen el nivel de una Academia _admite con miedo a ser malinterpretada.

- Bueno, déjame decirte que yo soy la hija de presidente de la junta escolar, y te puedo asegurar que nuestro nivel no le envidia nada a esas escuelas caras para niños ricos _afirma la castaña_ Nada pierdes con probar.

- Supongo que tienes razón, pero... 

Beatrice apareció, buscando a su hija.

- Vivien, ya me habías preocupado, ¿por que tardaste tanto? _pregunta hasta que ve a ambos acompañantes_ ¿Quienes son ellos?