Petición repentina.

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***
Habían pasado seis meses desde que habían contraído matrimonio, ambos esposos seguían con sus trabajos, durmiendo en habitaciones separadas y Katsuki viéndose con Eijirou a espaldas de Izuku.

El rubio cenizo estaba de buen humor aquel día porque por la tarde vería a su amado pelirrojo.

"Estoy ansioso por ver a Kirishima, hace días que no lo veo debido a su dichoso viaje de trabajo. Pero esta tarde lo tendré sólo para mí."-Pensó emocionado intentando acabar con su trabajo en la empresa de sus padres, la cual exportaba madera a varios países.

Katsuki estaba muy concentrado en su trabajo cuando alguien llamó a su puerta.

>Señor Midoriya, le traigo unos documentos. ¿Puedo pasar?

Al oír ese apellido, frunció el ceño. Odiaba compartir apellido con el pecoso.

"Como me gustaría cambiármelo."

-Sí, pase.

El chico entró y le dejó unos papeles, yéndose de allí rápidamente.

Katsuki agarró los documentos y los leyó antes de firmarlos. Cuando lo hizo, se enfadó.

-Voy a hablar con el viejo inmediatamente.

Se levantó de la silla y salió directo en dirección al despacho de su padre.

Cuando llegó ni siquiera se molestó en llamar a la puerta, él entró sin avisar.

-Katsuki, ¿qué pasa? ¿Por qué estás tan alterado?

-¡Viejo! ¡¿Qué me pasa?!-Dijo con furia.-¡¿Qué es esto?!

Estampó la documentación contra el escritorio de su padre, que agarró los papeles y los leyó detenidamente.

-No veo el problema con lo que hay escrito, ¿me puedes explicar de qué se trata?

-¡¿No lo ves?!-¡El jodido problema es el porcentaje que los Midoriya se llevan gracias a este trato! ¡No es justo!

-¿Por qué no?-Nuestra familia gana el mismo porcentaje de los contratos que ellos firman. Además, tú eres un Midoriya ahora.

-Es cierto que nuestra familia se lleva el mismo porcentaje que los Midoriya pero ellos acumulan muchos más beneficios que nosotros porque poseen más negocios. Y sé que soy uno de ellos pero pronto ya no perteneceré a esa familia.

El de cabello castaño lo miró sorprendido y le preguntó:

-¿Cómo que ya no pertenecerás a esa familia?

-Porque me divorciaré de ese nerd y me casaré con el hombre al que realmente amo.

Masaru se puso muy serio por las palabras de su hijo, pues intuía a quien se refería.

-Ni se te ocurra, Katsuki.-Ni tu madre ni yo permitiremos que te divorcies ni que contraigas matrimonio con el hijo de los Kirishima.

-¿Ah, sí? ¿Y cómo se supone que vais a impedir eso?-¿Con un sicario o mediante veneno?

-Ninguna de las dos pero sí que tomaríamos medidas drásticas que seguro que no te gustarían.

-Jajaja. Qué miedo.-Dijo sarcásticamente agarrando los papeles de vuelta.-Por cierto, no voy a firmar esta basura.

-Sí firmarás. Al no ser que quieras que algo le suceda a Eijirou Kirishima.

El comentario de su padre lo saco de quicio y agarró a su padre del cuello de la camisa.

-No te atrevas a tocarle un pelo a Kirishima o te aseguro que te mataré.

-Entonces firma y deja de hacer drama.

Katsuki apretó los dientes y soltó a su padre violentamente, provocando que éste cayera al suelo.

-No olvidaré esto jamás.-Dijo el rubio cenizo llevándose los papeles consigo para firmarlos.

***
Entre tanto, Izuku se encontraba en la mansión haciendo su trabajo en casa, ya que se lo podía permitir al pertenecer a la empresa familiar.

"Me pregunto si Kacchan llegará pronto hoy, quisiera comer con él y saber qué tal le ha ido el día."-Pensó feliz al recordar a su marido.

Midoriya quiso apresurarse a terminar las tareas pendientes antes de que el rubio cenizo llegase a la mansión.

-Iida, ¿podrías enviar estas cartas en mi lugar?

-Por supuesto, Señor Midoriya.

El pecoso le dio varias cartas que había escrito y Tenya las agarró para mandárselas a sus respectivos destinatarios.

-Ahora tengo que revisar estos contratos...-Dijo para sí mismo.

Empezó a leer el primer contrato, poniendo toda su atención. Sin embargo, cuando iba a mitad del documento; la puerta de su despacho se abrió abruptamente.

-¡Izuku!-Gritó Katsuki nada más aparecer por la puerta.

El de cabellos verdes se sobresaltó por unos instantes pero también se alegró de ver a su amado.

-¡Hola, Kacchan! ¿Qué tal el día?-Dijo sonriéndole.

Sin embargo, Katsuki no sonrió. Él no estaba de buen humor en absoluto.

-Mal. Tengo que hablar contigo.-Dijo caminando hacia el escritorio de su esposo.

-¿Sobre qué?

-Es acerca de nuestro matrimonio: ¡Quiero el divorcio!

En ese instante, Izuku se quedó sin palabras. No esperaba que se marido le dijera tal cosa de repente.

***

Notas finales: ¡Hasta aquí por hoy!

¡Espero que os haya gustado!

¡Quiero el divorcio! [Dekukatsu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora