Un logro.

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***
Izuku llegó a su mansión en tiempo récord y les ordenó a los sirvientes que buscasen a sus padres debido a que tenía algo urgente que contarles.

-¿Qué asunto es tan urgente como para interrumpir nuestro tiempo de descanso, Izuku?-Le preguntó su padre cuando llegó junto con su esposa.

"Como siempre, mi padre no me da credibilidad."

Inko al percibir desprecio en el tono de voz de su esposo, intervino.

-Querido, seguro que Izuku tiene una buena razón para solicitar nuestra presencia con tanta urgencia.

-Tchs, de acuerdo.-Veamos lo que tienes.

El pecoso se sintió agradecido por las palabras de su madre y continuó hablando.

-No te preocupes, padre. Te aseguro que valdrá la pena que ambos me escuchéis.-Tomad, asiento.-Dijo extendiendo su mano derecha hacia los asientos que había en su despacho.

Los mayores se sentaron y pusieron toda su atención en lo que su retoño tenía que decirles.

-Madre, padre.-Hoy saliendo de paseo en caballo, he visto una cueva que se encuentra a unos dos kilómetros de la mansión y he encontrado esto.-Anunció mostrando unos pocos trozos de minerales que que había arrancado de la cueva.

El matrimonio observó los minerales y quedaron maravillados.

"Finalmente mi hijo hizo algo útil por esta familia."-Pensó Hisashi sonriendo orgulloso.

-¡Bien hecho, hijo!-Ahora, llévanos hacia el lugar.-Dijo su padre.

-Con gusto.-Dijo haciéndoles una reverencia en señal de respeto.

Dicho esto, Hisashi mandó a preparar los caballos y, cuando estuvo todo preparado; emprendieron su camino hacia la cueva.

***
Eijirou y Katsuki se encontraban comiendo en el enorme comedor de la villa.

Sobre la mesa había un montón de comida que era del agrado del rubio cenizo y eso hizo que mejorase su humor.

"Estos cocineros son mejores que los que están en mi mansión. Debería echarlos, aunque hablaré con Izuku para comprobar que esté de acuerdo."-Pensó degustando la comida.

Por su parte, el pelirrojo observaba molesto a su amante, pues notaba que estaba callado y sumido en sus pensamientos.

"Es extraño que Katsuki no me esté hablando. Normalmente a él le gusta buscar cualquier pretexto para iniciar un tema de conversación."

La situación no le gustaba, así que decidió dar el primer paso.

-Katsuki, ¿te pasa algo? ¿Te sientes mal? ¿O la comida no está siendo de tu agrado?

El mencionado volteó hacia su novio y le contestó:

-No me pasa nada, al contrario; estoy muy satisfecho con esta comida. ¿Dónde encontraste a estos cocineros?-Son jodidamente buenos.

-Me alegra que te guste la comida de aquí. Mi familia los contrató por una oferta de trabajo que se anunció en los periódicos más populares del país y se les hizo una prueba a los que se consideraron como mejores.

-Así que fue de esa manera...-Está bien saberlo para un futuro.

Su respuesta dejó confundido al pelirrojo, que no pudo evitar continuar con la conversación.

-¿A qué te refieres?

"Mierda. Debo tener cuidado y no decir que quiero unos cocineros así para la mansión Midoriya. Además, se supone que me voy a divorciar pronto de Izuku."

-¿Katsuki?

Él reaccionó y contestó:

-Ah, me refería a si tuviéramos que contratar a alguien en un futuro cuando nos casemos.

Eijirou pareció creerle y su actitud cambió positivamente.

-Es bueno que te estés haciendo a la idea de un futuro juntos.

-¿Cómo no hacerme a la idea si te amo tanto~

-Aww...-Dijo Kirishima fingiendo estar enternecido.

El pelirrojo se levantó para darle un tierno beso a su amante.

-Te quiero, Katsuki.

-Yo también te quiero, Ei.

La pareja se sonrió y continuaron comiendo hasta que quedaron satisfechos.

-Oye, Eijirou. ¿Te apetece dar un paseo?

-Sí, claro. Así podré enseñarte la zona.

Acto seguido, se levantaron para salir de la mansión e iniciar su caminata juntos.

***

Los Midoriya, junto con varios escoltas; se dirigieron hacia la cueva en la que Izuku había hallado aquellos minerales que previamente habían logrado fascinar a los más mayores.

-Esta es la cueva.-Dijo el pecoso frenando a su caballo.

Sus padres hicieron lo mismo y los tres se bajaron de sus respectivos caballos para luego dejarlos atados a árboles cercanos.

Después hicieron prendieron varias antorchas que acababan de improvisar con unas ramas de árboles. En cuanto estuvieron preparados, se adentraron en la cueva.

-Madre, ten cuidado. Sujeta mi mano.-Dijo ofreciéndole una mano para ayudar a Inko a caminar con seguridad.

-Gracias, querido Izuku.-Le agradeció su madre sonriéndole y tomando su mano.

Los tres fueron avanzando lenta y cuidadosamente por la cueva hasta que por fin llegaron a la zona que estaba repleta de minerales.

-Este es el lugar que he encontrado.-Dijo Izuku.-¿Es interesante, verdad?

-Muy interesante, Izuku.-Has hecho muy bien en mostrarnos este lugar. Gracias a ti nos volveremos aún más ricos.-Dijo Hisashi sintiendo una gran ambición recorriendo sus venas.

-Lo sé, por eso os lo he querido mostrar inmediatamente. Quiero que nuestra familia se vuelva más poderosa.

Su padre le sonrió y posó una de sus manos sobre un hombro del pecoso para decirle:

-Estoy muy orgulloso de ti, Izuku.

-Gracias, padre.-Dijo sonriéndole falsamente, pues su padre no le caía muy bien.

"Con esto espero que Kacchan pueda apreciar lo poderosa y valiosa que se volverá esta familia. De esta manera, conseguiré que no se quiera divorciar de mí."-Pensó esperanzado.

En cuestión de horas, los Midoriya lograron contratar a personas dispuestas a trabajar en la cueva para poder iniciarse en el mercado de la joyería; teniendo la posibilidad de fabricar las más lujosas.

***

Notas finales: ¡Hasta aquí por hoy!

¡Espero que os haya gustado!



¡Quiero el divorcio! [Dekukatsu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora