Revelación.

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***

Pasaron tres días y por fin había llegado el momento de revelarle a Katsuki la verdadera naturaleza de Eijirou.

"Shinsou está por llegar. ¡Estoy ansioso por tener las pruebas!"

Decidió seguir con su trabajo para distraerse un poco mientras el detective llegaba a la mansión.

Optó por revisar el libro de contabilidad de su familia, el cual era guardado bajo llave en un cajón, y se entretuvo en comprobar que los cálculos fueran los correctos.

Estuvo concentrado en su cometido al rededor de media hora, momento en el que fue interrumpido por Tenya anunciándole la llegada de Hitoshi.

—Muy bien, hazlo pasar.

El criado hizo una reverencia y trajo al joven de cabello índigo al despacho del pecoso sin saber que habían sido observados y vistos por Katsuki, que tenía día libre en aquel momento.

"¿Quién es ese? ¿Y qué hace en el despacho de Izuku?"

Quería saberlo, así que se acercó sigilosamente a la puerta para poner el oído en ella y poder de esta manera escuchar lo que decían.

—¿Te costó mucho obtener las pruebas, Shinsou?

—No demasiado, Kirishima no es un tipo muy discreto y tampoco es muy inteligente.—Dijo el detective entregándole un sobre marrón y grande con las pruebas que había conseguido.

El pecoso agarró el sobre para ver el contenido de éste. En éste había fotografías y documentos en los que inculpaban al primogénito de los Kirishima en diversos negocios ilegales e ingresos continuos de parte de la familia Yaoyorozu.

"Shinsou tiene razón, Kirishima es un idiota."—Pensó el de cabellos verdes.

—Las pruebas son concluyentes, has hecho un gran trabajo.—Aquí tienes el  pago.—Dijo haciendo una señal a Iida para que le diera el sobre con dinero al detective.

—Muchas gracias, Señor Midoriya.—Pero debo comentarle un detalle antes de irme.

—Dime.

—Por si acaso su marido no creyera en las pruebas, hace unos días escuché a Eijirou Kirishima hablar con Momo Yaoyorozu sobre la cita que tendrían hoy en la cafetería jazmín a las once.

—Muy bien, gracias por la información.

Katsuki, al escuchar lo último, se sintió como si le hubieran lanzado un jarro de agua helada.

"¡¿Eijirou y esa zorra?! ¡No puede ser!"

El rubio cenizo se puso muy ansioso y, mirando la hora en su reloj de pulsera, vio que tenía quince minutos para llegar al lugar y comprobar que lo que había dicho aquel hombre era cierto.

"Me voy antes de que Izuku o ese hombre me vean."

Entonces se alejó del despacho de su esposo y salió de la mansión Midoriya.

***

Una vez que estuvo en la calle, Katsuki se dirigió a la cafetería en cuestión y se quedó escondido fuera tras uno de los árboles que había.

"Aún no están aquí."

Esperó durante unos minutos, primero llegó Momo y, poco después; llegó el pelirrojo.

Ambos se saludaron dándose un beso en la boca y, para colmo, se miraron con afecto.

"Eijirou..."

El rubio cenizo no lo podía creer. Kirishima, al que tanto amaba, estaba junto a una mujer siendo cariñoso y amoroso con ella. Mucho más de lo que el susodicho lo había sido con él.

"¡Hijo de puta! ¡Te voy a arruinar!"—Pensó mientras echaba a correr de vuelta a la mansión entre lágrimas.

—¡Te odio, Eijirou Kirishima!—Exclamó para sí  mismo.

Algunas personas se fijaron en él mas nadie lo frenó para preguntarle el por qué de su comportamiento y eso propiciaría rumores acerca de su relación con su esposo.

***

Cuando finalmente llegó a la mansión, fue directo al despacho del pecoso.

—¡Izuku!—Exclamó abriendo la puerta.

El mencionado dio un respingo y, visiblemente confundido, le preguntó:

—¿Qué sucede, Kacchan? ¿Por qué estás tan alterado?

Katsuki conectó su mirada con la de su marido y fue en su dirección, algo que fue desconcertante para éste.

—Kacchan, ¿qué vas a...?

De pronto, el de ojos esmeraldas se quedó sin palabras al sentir que su amado lo abrazaba.

—¡Perdóname, Izuku!—S-Siento haber desconfiado de ti y haber querido divorciarme de ti, tratándote mal...—Dijo ocultando su cara en el hombro de su esposo.

El primogénito de los Midoriya no estaba entendiendo del todo mas tenía la ligera sospecha de lo que le pasaba a su marido.

—Kacchan, ¿podrías explicarme qué está pasando?—Cuestionó correspondiendo al abrazo.

—E-Escuché tu conversación con ese tal Shinsou y...—Siguió diciendo con voz entrecortada.—Fui a e-esa cafetería que mencionó, entonces yo... ¡Lo vi! ¡Puede verlo siendo afectuoso con otra mujer, más de lo que él ha sido conmigo!

Estaba totalmente desconsolado por la situación porque su corazón estaba roto.

"Así que nos escuchó..."

Sabía que debía aprovechar la situación para acercarse más a su esposo pero antes quería preguntarle algo.

—Kacchan, siento mucho que lo estés pasando mal y no quiero sonar insensible pero quiero saber algo.

—¿El qué?—Preguntó separándose un poco del pecoso, mostrando sus lágrimas.

—¿Has escuchado en el momento en que hablé con Shinsou sobre las pruebas?

—Sí, lo escuché y quiero venganza.

El hombre de cabellos rizados se sorprendió de que el rubio cenizo dijera algo así, sin embargo, le pareció perfecto que su amado quisiera venganza, pues eso significaba que Katsuki no volvería junto al pelirrojo.

—Te ayudaré con eso, ¿quieres ver las pruebas?

—Sí, quiero verlas.

Izuku le dio las pruebas y el rubio cenizo se enfadaba cada vez que veía una nueva muestra de la clase de persona que realmente era Eijirou, el hombre por el que casi tira su futuro por la borda.

—Haz que se publique todo esto, Izuku.—Quiero que sufra.

***

Notas finales: ¡Hasta aquí por hoy!

¡Espero que os haya gustado!






¡Quiero el divorcio! [Dekukatsu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora