Tras la caída.

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***

Eijirou volvió a su mansión después de haber sido humillado de nuevo y sabiendo que ya no podía hacer nada más.

"¡Mierda! ¡Puto Katsuki!"—Pensó golpeando la puerta de su mansión con rabia.

No tenía valor para entrar y ver a sus padres a la cara, así que decidió sentarse en el escalón que había antes de la puerta.

"Me quedaré un rato aquí sentado."—Pensó sentándose con la cabeza gacha.

Planeaba estar así bastante tiempo, mas su plan se truncó cuando la puerta se abrió tras él.

—Señorito Eijirou, su padre lo llama para que vaya a su despacho.

Con sólo oír la voz del mayordomo, su cuerpo se tensó por unos segundos, quedándose congelado.

"Joder. Sabe que estoy aquí."

El pelirrojo sabía que debía entrar cuanto antes para evitar más problemas, así que se levantó y caminó para adentrarse en su hogar para enfrentar a su padre.

—Señor Kirishima, su hijo está en la puerta.—Anunció el mayordomo.

—Dile que pase inmediatamente.

—Sí, Señor.

Sabiendo que Eijirou lo había escuchado, el hombre le hizo una señal con la cabeza y el susodicho entró en el despacho.

—Buenas tardes, padre.

Su padre lo miró con odio, se levantó y le dio un bofetón.

—¡¿Cómo te atreves a ser tan sumamente inútil?!—¡Eres la vergüenza de la familia!

—¡Padre, yo...! ¡Hice lo que pude por esta familia!—¡Por el bien de todos!

—¡Deja de mentir y decir estupideces!—Le gritó propinándole un puñetazo.

Iba a decir algo más pero ya no se atrevió a hablar.

—¡Y que sepas que, desde este momento, ya no eres un Kirishima!—¡Quedas expulsado de la familia!

—¡Pero yo soy tú único hijo!

—¡Da igual!—¡Nombraré heredero a tu primo Tetsutetsu! ¡Él sí que es un hombre de verdad!

—¡No! ¡No lo voy a permitir!

—¡¿Me estás desafiando?!

—¡Sí!

Daiki lo miró con odio una vez más y le respondió:

—¡Eres un insolente y un estúpido!—¡Fuera de esta casa!

A Eijirou no le salían las palabras, sólo agachar la cabeza y salir del despacho para recoger todas las pertenencias que pudiera de su habitación.

"Al final soy un fracasado."—Pensó con sus maletas en la mano.

***

Al poco tiempo, todo el mundo sabía que Eijirou había sido expulsado y había tenido incluso que abandonar la ciudad.

Katsuki se había quedado satisfecho por el resultado de su venganza. No le suscitaba ninguna pena el hecho de que su examante estuviera en la completa ruina.

"Qué se joda. Él intento hacerme a mí lo mismo."—Pensó sonriendo ampliamente dejando el periódico sobre la mesa.

—Hmp. Creo que ya he tenido suficiente del trabajo por hoy, es momento de buscar a Mi Izuku~

Se marchó de la empresa de su familia y volvió a la mansión Midoriya junto a su esposo. Cuando llegó, fue directo al despacho de su marido.

—¡Hola, Kacchan!—Lo saludó Izuku al verlo entrar en su despacho.—Hoy has vuelto temprano.—Dijo acortando la distancia con el rubio cenizo.

¡Quiero el divorcio! [Dekukatsu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora