Definitivamente acabado.

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***

El mayordomo llevó consigo a Eijirou hasta donde Katsuki se encontraba.

—Espere aquí un momento, debo asegurarme de que el Señor Katsuki se encuentra disponible.—Dijo el mayordomo.

—Está bien, lo entiendo.

Acto seguido, el hombre entró al despacho del rubio cenizo para avisar de que el pelirrojo se encontraba en la puerta y Katsuki le permitió el paso.

—Puede entrar.

El de dientes afilados se adentró en el despacho y el mayordomo se retiró dejándolos solos.

—¿Qué quieres para que hayas estado gritando en la puerta de mi mansión como un poseso?—Cuestionó el esposo de Izuku.

Kirishima apretó sus dientes con fuerza y le gritó:

—¡No te hagas el tonto! ¡Sabes perfectamente por qué he venido aquí!—¡Quiero explicaciones!

Katsuki sonrió astutamente y le contestó:

—¿Qué explicaciones quieres?—Yo no tengo la culpa de que la tengas pequeña y de que seas un eyaculador precoz.

—¡Katsuki! ¡Deja de mentir!—¡Te exijo que desmientas todo y admitas que lo has dicho por despecho!

A pesar de sus gritos, él no se achantó y no se desdijo.

—No voy a hacer eso porque no he dicho ninguna mentira. Además, esta situación es consecuencia de tus acciones.—Tú me humillaste primero, ahora te jodes.

Sus palabras enfurecieron tanto al primogénito de los Kirishima que éste reaccionó agresivamente haciendo ademán de querer propinarle un puñetazo al rubio cenizo.

Sin embargo, la trayectoria de su puño fue frenada inesperadamente.

"¡¿Quién se atreve a frenarme?!"—Pensó girándose para ver de quién se trataba.

Entonces vió que se trataba de Izuku y frunció más el ceño.

—¡Tenías que ser tú!—¡Desgraciado!—Gritó removiéndose para liberarse.

El pecoso lo observaba con molestia y le dijo:

—Parece ser que en la familia Kirishima carecen de nociones básicas de respeto y saber estar.—Por otro lado, no es mi culpa que tengas un pene pequeño, ni tampoco que seas un eyaculador precoz.

—¡No me  insultes ni a mí, ni a mi familia!—¡Los Kirishima hemos sido humillados y degradados por culpa de tu estúpido esposo! ¡Exijo una compensación!

Tras escucharlo, el joven de cabellos verdes no pudo evitar reírse.

—¡¿De qué te ríes?!—¡Quiero una disculpa y una solución a la dañada reputación de mi familia!

—De un poco hombre patético como lo eres tú.—Mi marido no se va a disculpar y te fastidias, tú has condenado a tu familia. Soluciónalo por ti mismo.—Dijo Izuku soltándolo y apartándolo de un empujón.

Eijirou lo miró con rabia y le respondió:

—¡Esto no quedará así!—¡Volveré!

Dicho esto, salió del despacho de Katsuki y se marchó de vuelta a su mansión.

***

Los esposos se habían quedado solos y en silencio para poder calmarse. Cuando lo lograron, el pecoso se acercó a conversar con su amado.

—Kacchan, ¿estás bien?

—Sí, sólo tuve que ver a ese idiota de nuevo.—Es un completo fastidio.

—Eso te pasa por elegir mal a tu amante.

—Tienes razón, debí de haber roto con él cuando me casé contigo.

—Wow, hasta que lo admites.—No pensé que alguna vez te escucharía decir algo así.

—Yo tampoco pensé que diría esto pero bueno, al menos recapacité, ¿cierto?

—Sí y me alegro mucho por ello.—Gracias, Kacchan.

Se acercó a su marido para besarlo y éste lo aceptó de buena gana.

"Los besos de Izuku son los mejores."—Pensó disfrutando del apasionado beso.

—Izu... Quiero coger.

—Yo también, Mi Kacchan~—Vamos al dormitorio.

A continuación, el primogénito de los Midoriya cargó a su esposo  y lo llevó corriendo hacia su cuarto para hacerle el amor apasionadamente.

***

Rápidamente llegaron a la habitación y el pecoso puso al rubio cenizo sobre la la cama, después fue corriendo para cerrar la puerta para así volver a posicionarse sobre su amado.

—Kacchan...

—Izuku...

Aproximaron sus bocas y se volvieron a besar, desnudándose durante éste, quedando totalmente al descubierto sus cuerpos.

El de cabellos verdes no se demoró y empezó besando el cuello del pasivo, dejando algunas marcas en éste.

—Aah... Izuku.—Ngh~

"A Kacchan siempre le gustan los besos en el cuello y a mí me encanta su manera de gemir, de temblar de placer..."

Cuando tuvo suficiente de su cuello, procedió a descender por el torso de Katsuki.

—Mmm... Izuku... Sólo fóllame de una vez.

—¿Seguro? ¿No quieres más estimulación antes?

—No la necesito, házmelo.—Dijo con tono sensual.

El pecoso no se pudo aguantar y se dispuso a preparar a su esposo para luego penetrarlo.

—¡Ah! ¡Izuku!—¡Aaah!

—Ah... Ah... Kacchan...

Él no podía dejar de admirar cada gesto, cada reacción y cada parte del cuerpo del joven de ojos rubí. También disfrutaba de los gemidos y jadeos que hacía, pues eran música para sus oídos.

—¡Ah! ¡Ah! ¡Izuku!—¡Más, más!—Exclamó Katsuki aferrándose con sus piernas a las caderas del activo para poder mover también sus caderas.

—¡Kacchan! ¡Ah! ¡Aaaah!

Las embestidas de Izuku se incrementaron cada vez más, escuchándose así más sonidos obscenos a la par que eróticos.

—¡Izuku! ¡Izuku!

—¡Aah, Kacchan...!

Se estaban volviendo locos de placer, aumentando el calor de la habitación y el sudor de sus cuerpos.

—Izuku... Aaah...—¡Más fuerte!—Le exigió aferrándose con mayor fuerza a los hombros del contrario.

Obviamente, como buen marido que era, el de ojos esmeralda atendió a la petición de su querido Katsuki y movió sus caderas con mayor brío.

—¡Aaaah...!—¡Joder, Izuku! ¡Voy a venirme!

El mencionado siguió moviéndose hasta que tanto él como el rubio cenizo alcanzaron el orgasmo. Logrando así desfogar su pasión.

—Te amo, Kacchan.—Dijo abrazándolo.

—Yo también te amo, Izuku...—Contestó abrazándolo.

Ambos permanecieron así, quedándose dormidos por el agotamiento.

***

Notas finales: ¡Hasta aquí por hoy!

¡Espero que os haya gustado!



¡Quiero el divorcio! [Dekukatsu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora