Tormenta de emociones.

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***

Katsuki volvió a la mansión Midoriya y, nada más entrar, preguntó dónde se encontraba su marido porque debía hablar con él.

—El señor se encuentra en su despacho, como siempre.

—Bien.

El rubio cenizo se dió la vuelta y fue a toda prisa hacia el despacho de Izuku.

—¡Izuku!—Exclamó al abrir la puerta.

El mencionado se sobresaltó y, en cuestión de segundos, recobró la compostura.

—¡Hola, Kacchan!—Saludó esbozando una amplia sonrisa.—¿Qué te trae por mi despacho?

Katsuki se mantuvo callado hasta quedar frente a Izuku para decirle:

—Venía solamente para informarte de que este fin de semana estaré de viaje.

Aquella frase dejó descolocado al pecoso, que le preguntó:

—¿Viajar? ¿Adónde? ¿Y con quién?

—No tienes por qué saber todos los detalles, simplemente que no estaré.

Izuku sentía que no debía aceptar aquella respuesta y le dijo:

—¡Tengo derecho a saberlo! ¡Eres mi marido!

—¡Nuestro matrimonio es de conveniencia! ¡Así que no debería importarte tanto!

—¡¿Cómo que no debería importarme?!—¡Te amo, Kacchan! ¡Así que claro que me importa!

—Otra vez con eso... ¿Cómo que me amas?—Si eso fuera cierto, lo hubieras dicho antes y no me habrías ignorado durante estos seis meses de matrimonio. Sólo te pones así porque temes perder los beneficios que te aporta mi familia, ¿me equivoco?

—¡Sí, te equivocas!—¡Y ahora me dirás todo sobre ese viaje!

—¿Y si me niego, qué?

—Te pondré vigilancia en tu cuarto y no permitiré que salgas.

Su respuesta indignó a Katsuki, que le contestó:

—¡No puedes hacer eso!

—¡Lo haré!

Viendo la actitud y lenguaje corporal de su esposo, comprendió que hablaba en serio.

—Tks, está bien. Te lo diré pero luego no llores: Voy a irme de viaje con mi amante a una villa que le pertenece a su familia, ¿contento?

No, él no estaba contento. Sino destrozado, sin embargo; hizo un esfuerzo para no llorar.

—No, no lo estoy. Me duele que vayas a pasar tiempo con otro hombre.—Dijo llevándose una mano al pecho.

Al verlo, Katsuki se sintió culpable. Él no quería hacer sufrir a Izuku mas había sido quien acababa de insistir en saberlo todo.

—Te lo advertí y, aún así, no me hiciste caso.—Pero este mal trago no hubiera sido necesario si tú hubieras accedido al divorcio la primera vez que te lo pedí. Así que, volveré a repetirlo: Dame el divorcio para evitar más sufrimiento.

A pesar de que ahora estuviera dolido, el joven de cabellos verdes no se iba a rendir fácilmente. Así que miró directamente a los ojos de su marido para decirle:

—Puede que ahora sea doloroso para mí pero sé que valdrá la pena aguantar para obtener tu amor.

Katsuki se quedó impresionado por su determinación y durante unos segundos permaneció en silencio.

—No te entiendo en absoluto.—Dijo para luego salir del despacho.

Izuku se quedó solo y deprimido.

"Ahora sufro pero esto se verá compensado en un futuro. Le ganaré al amante de Kacchan y será sólo mío."

Su decisión traería discusiones y conflictos en un futuro próximo mas lucharía hasta el último segundo.

***

Más tarde, los esposos se reunieron para cenar a pesar de la resistencia de Katsuki y sus gritos negándose.

El rubio cenizo no estaba nada conforme con la situación pero se contuvo de decir nada cuando llegó al enorme comedor de la mansión para cenar junto a Izuku.

Al principio estuvieron en silencio pero el pecoso no quería que su cena fuera así todo el tiempo, por lo que pensó que sería bueno iniciar con un tema trivial para romper el hielo.

—¿La cena es de tu agrado, Kacchan?

Su esposo lo miró directamente a los ojos y, con el ceño fruncido, le contestó:

—¡¿Qué más da eso?! ¡¿Y para qué me hablas después de lo que ha sucedido antes?!

—Kacchan, tranquilo. Sólo era una pregunta para iniciar una conversación.

—¿Con qué motivo? ¿Quieres conseguir tener sexo conmigo?

—No, Kacchan. No es eso, mi objetivo es que nos volvamos cercanos poco a poco.

"Parece cierto. Le seguiré el juego."

—De acuerdo.—La cena sabe bien, me gusta. ¿Contento?

—Sí, al menos hemos conseguido hablarnos sin gritarnos.

—Como sea. ¿A ti te gusta la cena, Izuku?

—Sí, mucho. Tenemos buenos chefs aquí.

El rubio cenizo asintió y continuó comiendo.

—Oye, Izuku.

—Dime, Kacchan.

—Tú... No me impedirás mi viaje de fin de semana, ¿cierto?

Izuku recordó la discusión en la que él le había asegurado que impediría que su marido saliera de viaje si no le decía el motivo mas, como ya se lo había dicho; no podía faltar a su palabra. Por mucho que le doliera.

—No, no te lo impediré. Puedes estar tranquilo.

Katsuki notó el tono triste de su esposo y se sintió culpable.

"¿Por qué tengo que sentirme así? Él ya sabía que estoy enamorado de alguien más, también le advertí de qué le iba a doler. No comprendo esta sensación."

Terminaron de cenar y cada uno marchó a su respectivo dormitorio sin hacer ningún comentario.

"Mañana será un día mejor y daré mi todo por empezar a llevarme mejor con Kacchan. Yo no me voy a rendir con él."—Pensó cuando entró en su cuarto cerrando la puerta.

***

Notas finales: ¡Hasta aquí por hoy!

¡Espero que os haya gustado!

¡Quiero el divorcio! [Dekukatsu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora