Capítulo 12

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Despertar en un hospital es lo más horrible del mundo. Naori odia todo lo relacionado con eso.

Por eso suelta un quejido al abrir los ojos y quedar cegado por la luz tan blanquecina del lugar. Esto es horrible, definitivamente lo es.

—¡Naori!

La voz de Nara lo regresa a la realidad. Siente la mano de la chica tomar su brazo y ladea su rostro lentamente, encontrándose con su mirada preocupada.

—¿Estás bien?

—No —respondió resentido con dolor—. Me golpeaste... violenta.

—¡Idiota! —alzó la voz pero al notar la mueca de su hermano, aclaró su garganta—. Me preocupaste...

—Escucha... —murmuró mientras entrelazaba su mano con la de la chica—. Tuve un sueño terrible... Íbamos a Italia, Kageyama nos consideraba sus hijos y papá nos venía a buscar.

—Es que eso pasó.

La voz de Kageyama y Hinata lo asustan. Naori abre correctamente los ojos y se encuentra con sus padres parados frente a la cama en la que está acostado.

—Ah, mier.. rayos... —se quejó. Nara suspiró—. ¿Por qué estás aquí?

—¿Tienes el descaro de preguntarme eso? —Hinata luce enojado. Naori asiente sin importarle mucho, cerrando sus ojos otra vez—. Por si no lo sabías, te desmayaste por no comer, Naori Hinata.

—Cosas que pasan.

—No digas eso —Nara reprochó. Naori hizo una mueca y un gesto para restarle importancia—. Sabes que tienes que comer...

—Tú déjame.

Nara quiere golpearlo pero lo hará después.

—Entonces —Naori vuelve a mirar a sus padres—. ¿Ya se reconciliaron?

—No puedo con este niño... —Hinata suspiró, pasando sus manos por su cabello. Kageyama aclaró su garganta y negó.

—Deberían reconciliarse así somos una familia feliz —acotó el chico. Nara respiró hondo—. Sería genial, ¿no lo creen?

—No, Naori.

La mirada de Hinata sobre él lo hace enojar. El adolescente suelta la mano de su hermana y lentamente se sienta en la cama, sintiendo las agujas en sus brazos lastimarlo.

—A ti no te quiero ni ver.

—Lo harás igual porque soy tu padre.

—Kageyama también es mi padre —respondió. Los mayores lo miraron: Uno sorprendido y el otro enojado—. Oficialmente, no tienes todo el poder sobre mí. Solo un cincuenta por ciento.

Naori miró a Kageyama.

—¿Me adoptas? No molesto y sé limpiar.

Kageyama se cruza de brazos, incómodo. Nara suspira.

—Creo que... deberíamos estar más calmados para hablar de esto, ¿no creen? —La chica preguntó. Naori negó, acostándose otra vez—. Papá, ¿puedes ir a buscarme algo para comer?

Hinata asiente rindiéndose, saliendo del cuarto después de unos segundos. Nara guía a Kageyama con la mirada para que lo siga, quien asiente atontado.

Quería quedarse sola con su hermano para tomar el rol de madurez entre los dos y calmarlo un rato, así que tomó su mano y lo miró: Naori lucía cansado, incluso diría que triste.

—Oye.

—¿Qué?

—¿Cómo estás? —preguntó brusca.

Our Dad's Secret | Kagehina Donde viven las historias. Descúbrelo ahora